¿Una mendicidad “profesionalizada”?

En cada manzana de la kilométrica Avenida de Andalucía; sentados en un escalón, en el suelo o de pie, recorriendo la calle. Los separa una distancia de apenas unos cincuenta metros. A veces, incluso menos. Y, con la ayuda de un cartón en el que describen someramente su situación o lo que necesitan, extienden una taza o, directamente, la mano y, con un “señora, por favor”, piden limosna para sobrevivir. Desde hace “unos 10 o 12 días”, el número de personas de nacionalidad rumana que mendiga en las calles de la capital —fundamentalmente, en ese Gran Eje o en la arteria comercial que une las plazas de Los Jardinillos y de la Constitución— se ha multiplicado exponencialmente. Y denuncia el grupo municipal de Ciudadanos (C’s): “La situación se está haciendo insostenible”.

En un comunicado, los concejales de la formación naranja en el Ayuntamiento alertan: “El montaje de asentamientos ilegales por ‘clanes rumanos’, instalando una industria camuflada de mendicidad, hace difícil que Jaén se convierta en una ciudad de turismo interior y merma las ventas de los comercios locales”. Además, añaden: “También existe el temor a que la situación acabe tornándose en ‘miedo social”. En la nota, arguyen: “Las personas que practican esta ‘mendicidad organizada’ impiden el funcionamiento normal de un negocio”. Por estos motivos, el grupo municipal insta al equipo de Gobierno local a que “ponga orden” y “tome medidas” para “paliar” esta situación y contener la presencia de unas bandas “organizadas de mendicidad” que —subrayan los concejales, haciéndose eco de las “quejas continuas” que dicen estar recibiendo—: “Acosan, diariamente, las puertas de los comercios y bloques residenciales de la ciudad, junto con acampadas ‘ilegales’ en solares de propiedad privada”. En concreto, lo que los ediles del partido de Albert Rivera piden al Ayuntamiento es que convoque una reunión de coordinación que integre a las fuerzas de seguridad locales, al Cuerpo Nacional de Policía, a la Policía adscrita a la Junta de Andalucía y también a las organizaciones no gubernamentales.

En este sentido, desde Cáritas Diocesana, su director, Rafael López Sidro, también habla de mendicidad “organizada” y reclama, igualmente, que las administraciones públicas tomen cartas en el asunto. “Mi propuesta siempre es la misma —sostiene López Sidro—. A Cáritas no vienen a pedir porque analizamos la situación de cada persona y, en este caso, no hay forma de ayudarles y tampoco quieren que vayamos a sus asentamientos”. El dirigente de la organización dependiente de la Iglesia habla de indigencia “organizada” porque —explica—: “El dinero que recaudan se lo entregan a unos señores que son los jefecillos y que disponen de los recursos como estiman”.

Sostiene: “Quieren recoger el máximo dinero posible y mantienen su modo de vida, sin trabajar, ni integrarse, ni nada”. “Es muy difícil dialogar con ellos”, insiste el director de Cáritas Diocesana, que, ante esta situación, considera que los poderes públicos “tienen que actuar”. Para López Sidro, las personas que integran estos asentamientos ilegales que están a las afueras de la ciudad “han decidido tomar el monopolio” de la mendicidad. Y lamenta: “La gente no se da cuenta de que no se les debe ayudar porque se está profesionalizando la miseria”.