Una ladrona no podrá acercarse a las tiendas de ropa en las que robó
Un juez impone esta medida poco frecuente para tratar de frenar la “actividad” de una conocida delincuente
Desde el pasado viernes y por orden de un juez, una conocida delincuente de la capital tiene prohibido acercarse a menos de cien metros a dos conocidas tiendas de ropa ubicadas en la calle Madre Soledad Torres. A Ana G. C. la cogieron “in fraganti”, cuando trataba de salir a la calle con varias prendas ocultas en un bolso. La alarma sonó cuando la ladrona pasó por el arco de seguridad. Una de las dependientas ya había avisado a la Policía, porque no era la primera vez que la mujer había “trabajado” en ese establecimiento. Una patrulla la detuvo poco después. “¿Otra vez tú?”, le dijeron los agentes, sabedores de que Ana G. C. ha hecho de los pequños hurtos su modo de vida. Todavía llevaba su botín encima: un “body” infantil y tres camisetas, ropa valorada en poco más de 50 euros.
Debido a la escasa entidad del robo, a la mujer solo se le puede juzgar por un delito leve. Otro más, porque su historial es muy amplio: cuenta con numerosos antecedentes por hechos similares, siempre por actuar contra el patrimonio de los demás. A pesar de ello, la mujer seguía en libertad y “trabajando”. Estos delitos leves llevan aparejados como castigo el pago de una multa. En la mayoría de los casos los acusados se declaran insolventes, por lo que no hacen frente ni a sus responsabilidades civiles ni penales.
Por ello, los propietarios de los establecimientos saqueados pidieron al juez en el último juicio que le aplicara una medida poco frecuente para estos casos: una orden de alejamiento. Y el magistrado Miguel Sánchez-Gasca, de Instrucción número 3, la concedió. Ana G. C. no podrá acercarse a estos establecimientos a menos de cien metros. Si entra en las tiendas, puede ser detenida y acusada de un delito de quebrantamiento, que ya sí acarrea penas de prisión. “Es la única manera que hemos encontrado para tratar de poner freno a estas conductas”, asegura Miguel Moreno, el abogado que representa a estas entidades y que ha conseguido la orden de alejamiento. No es la primera vez que la Justicia jiennense recurre a estas medidas, aunque suele aplicarse en casos extremos y con protagonistas muy contumaces en su afán por atentar contra lo ajeno.
Hace miles de años alguien comenzó a vender. Y ya en ese momento, otro robó a ese antepasado tendero. Porque los amigos de lo ajeno existen desde tiempos inmemoriales. Pero lo que muy pocos saben es que esos hurtos generan cada año pérdidas de unos 7 millones de euros en los comercios jiennenses. El dato se extrae del informe “El Barómetro Mundial del Hurto en el Retail”, patrocinado por la empresa de sistemas de Seguridad Checkpoint Systems. Y pone de manifiesto un aumento del 4 por ciento de la actividad de los “cacos” en los establecimientos comerciales con respecto al pasado año, bien en la pequeña tienda de barrio o bien la gran superficie comercial. La acción de bandas organizadas está detrás de ese incremento. Los hurtos en los comercios alcanzaron su punto álgido con la crisis económica. La Policía Nacional y la Guardia Civil ponen en marcha diversas campañas especiales de vigilancia en las épocas de más actividad, como las rebajas o la campaña navideña.