“No se nos ve y no se nos oye ”

Adela Muñoz Páez

11 feb 2020 / 11:30 H.
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—Hoy es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, ¿por qué la niña?

—Porque las científicas tienen que haber sido niñas con curiosidad, que se decanten por la rama científico-tecnológica, porque si no lo hacen desde muy niñas luego se cierran estas puertas. Es necesario despertar la vocación y el interés cuando son niñas, si esperamos a la edad adulta ya es tarde...

—Mujer y ciencia, ¿cual sería el mensaje para este día internacional? ¿El de la igualdad de oportunidades?

—Por un lado se ha avanzado muchísimo, pero por otro hay algunos cambios en los que estamos retrocediendo y hay que recordar a las niñas que la ciencia y la tecnología también pueden ser cosa suya. Este día lo estableció la ONU en el año 2015 y ha tenido un crecimiento espectacular, muy positivo. Ha puesto a la mujer en el punto de mira y ha animado a muchas de ellas a salir de sus laboratorios y contar la ciencia que hacen y lo fascinante que es. En España ha tenido mucha repercusión, a pesar de que en los medios las científicas somos poco visibles y representamos un 39% del personal investigador en España. En Europa, un poco menos. No se nos ve, no se nos oye y parece que la ciencia solo la hacen los hombres.

—La mala noticia es entonces la poca visibilidad...

—Si el relevo científico estuviera asegurado con más chicas no habría problema. Una de las consecuencias de ser invisibles es que las niñas perciben que la ciencia no es cosa suya y hay áreas en las que el porcentaje de mujeres es muy bajo, por ejemplo en Física. En Matemáticas, el porcentaje llegó a ser superior al 52% y ahora estamos en el 38% de estudiantes en España y bajando. Es una profesión de futuro, clave para el mundo. Y en otras áreas es aún peor, como en ingeniería informática, que básicamente diseña los programas que ordenan nuestras vidas. Era una carrera con una presencia femenina superior a un tercio y ahora, en Sevilla por ejemplo, está en el 7% y bajando también.

—¿A qué se deben estos retrocesos que detecta?

—Se debe a la percepción en general de que las ingenieras no son para chicas, por ejemplo. Ha habido algunos cambios sociales y estereotipos que se mantienen sobre gustos e inclinaciones. Todos estos factores suman.

—¿Hay o no hay igualdad real en un laboratorio?

—De entrada, sí. La realidad es compleja. Por ejemplo, una vez se termina la tesis doctoral es normal hacer una estancia en un laboratorio de dos o tres años, que suele ser en el extranjero. Coincide con una edad en la que ya se piensa en formar familia y en el caso de las chicas en tener hijos. Hace falta tener una pareja que comparta el entusiasmo por la carrera científica, que es muy absorbente y requiere mucho apoyo. Eso empieza a ser un problema añadido. Es más duro para las chicas. Los recortes se han ido compensado en todas las áreas, pero en ciencia todavía no...

—¿ Se podrá enjugar de alguna forma el austericidio en la ciencia o no es recuperable?

— Ya podemos decir que hay una generación perdida que se ha ido al extranjero. Mis doctorandos y doctorandas están fuera casi todos. Es necesario luchar para que las generaciones futuras tengan posibilidades reales, tanto chicos como chicas. Se están aprovechando de ese talento los laboratorios de todo el mundo.

Jaén