¿Cómo surgió su afición por el Kenpo kárate?

—Desde que era pequeño siempre me había llamado la atención la práctica de artes marciales o lo que yo, por entonces, llamaba “lucha”. Recuerdo que alucinaba cuando, en mitad de una película de acción, comenzaba una pelea. Así fue como cuando tenía seis años asistí por primera vez a una clase de kenpo con algunos de mis primos. Hoy, 13 años después sigo practicando el mismo deporte y con la misma ilusión que el primer día.

¿por qué decidió dedicarse profesionalmente a él?

—Respecto a lo de dedicarme profesionalmente a él, yo no lo enfoco como una profesión o al menos de momento, ya que no se puede vivir del kenpo únicamente ganando competiciones, como sí pasa en otros deportes. Aun así, si el día de mañana tengo la oportunidad y capacidad de enfocar el kenpo como una profesión, me dedicaría a ello.

En la Universidad de Jaén se acogió al Programa de Apoyo a Deportistas de Alto Nivel, ¿cuál ha sido
su experiencia?

—La verdad es que este programa me sorprendió para bien. Al ser mi primer año en la Universidad no sabía nada sobre los ámbitos que esta abarcaba, aparte de los estudios, pero ni de lejos imaginaba que se preocupasen tanto por las personas que compartimos la pasión por el deporte. Estoy muy contento y agradecido por ser parte del programa y ojalá todas las universidades tuviesen en cuenta a los deportistas, como así lo hace la UJA.

¿Qué tipo de apoyo le ofrece la Universidad de Jaén para continuar con su actividad deportiva y académica sin inconvenientes?

—Durante la charla que nos dieron en febrero se barajó la posibilidad de instalar un tatami para las personas que practicamos artes marciales y así poder entrenar con mayor frecuencia. Además, también se ofrece una mayor flexibilidad en época de exámenes, en el caso de que nos coincida con alguna fecha de competición, lo que facilita mucho la organización.

¿Qué mejoraría?

—Es difícil mejorar algo cuando todo son ventajas. El único aspecto que creo que se podría hacer mejor es la fecha para informar a los deportistas sobre el programa, ya que el curso comenzó en septiembre y la charla informativa nos la dieron en febrero. Por lo demás estoy muy satisfecho y no tengo ninguna queja.

¿Cómo ha compatibilizado los estudios con el deporte en estos años?

—La situación se complica cuando intentas comprometerte al máximo con el deporte y con los estudios a la vez. En ocasiones he rebajado las horas de entrenamiento para dedicarlas a estudiar en época de exámenes, como también he faltado algún día que otro a clase para poder asistir a una competición, ya que los torneos se organizan por toda España y es difícil desplazarse el mismo día y rendir al 100%. Afortunadamente, he podido sacar ambas cosas adelante.

¿EL KENPO le ha servido para los estudios?

—Para mí el deporte es otra vía de escape y me sirve para deshacerme del estrés o simplemente para despejar la mente, cosa que ayuda mucho a la hora de estudiar. Además, están relacionados, ya que en ambos aprendes a base de errores, con la práctica y el tiempo que le dediques.

¿Ha tenido apoyo familiar?

—Siempre, desde que empecé a entrenar mi familia se ha preocupado por mí, apoyándome en las situaciones difíciles y celebrando conmigo cada triunfo. Son, sin duda, un pilar fundamental para mí y uno de los motivos por los que sigo practicando kenpo con tanta ilusión. Han sido los que me han llevado a cada campeonato y los que de pequeño me han secado las lágrimas y limpiado la sangre. Les estoy eternamente agradecido.

¿Dónde practica el kenpo?

—Entreno en Linares, mi ciudad natal, en el CD Estudio Martos, un club con gran reconocimiento a nivel nacional y del que llevo formando parte desde mis inicios. Somos una gran piña, donde nos apoyamos unos a otros y si he logrado algo ha sido en gran parte gracias a ellos.

¿Cuáles son sus logros
deportivos?

—Llevo más de 10 años compitiendo por lo que se me hace difícil quedarme con un solo logro, pero si tuviese que destacar alguno sería mi doble oro en el campeonato de España de 2018 y obtener el cinturón negro, que es una de las cosas que todo practicante de artes marciales espera conseguir algún día.

En el plano académico, ¿qué proyectos tiene?

—De momento tengo pensado continuar con la carrera de Fisioterapia, cuando la acabe, no tengo claro del todo que será lo siguiente. Tal vez empiece a estudiar INEF, que también me llama mucho la atención.

¿Tiene claro hacia dónde va a dirigir su futuro?

—Pues la verdad es que nunca me lo he planteado, ya que pocas veces suelo pensar a largo plazo y me limito a vivir el día a día, aunque me gustaría enfocarlo al deporte, como fisioterapeuta de algún equipo deportivo o algo por el estilo. Pero como digo, no lo tengo del todo claro.