Una década de devoción trinitaria hacia la Hermandad del Cautivo, aquí el resumen
La cofradía de Santa Isabel cumple diez años de su primera salida procesional

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Cautivo de almas que hace aflorar a Santa Isabel, barrio que cada Miércoles Santo renueva su compromiso de liberarlo por las causas de tantas vidas encadenadas. La Hermandad Penitencial y Cofradía de Nuestro Divino Redentor Jesús Cautivo aumenta cada año su cortejo, lo que refleja la labor incansable de su Hermano Mayor, Jesús de Torres y de su Junta de Gobierno, en su empeño por fomentar actividades todo el año. A la hora prevista, las puertas del templo parroquial de Santa Isabel se abrieron y comenzó a salir el primer tramo de hermanos de luz, precediendo al paso del Señor Cautivo, informa Juanjo Armijo. El paso del Señor presentaba notables estrenos, entre los que destacan la finalización de las cuatro águilas bicéfalas que rematan las esquinas del bombo, así como la primera fase de talla en el frontal del canasto, todo ello realizado por el tallista sevillano Julián Sánchez. Desde hace bastantes años, la banda de La Expiración pone los acordes perfectos para un Cristo que busca encontrarse con su pueblo.
Se cumplen diez años de la primera salida procesional, desde que, en 2015, los hermanos trinitarios enfajados de esparto comenzaran a realizar anualmente su renovación con la semana mayor. La venerada imagen de María Santísima de la Trinidad, obra del imaginero cordobés Juan Manuel Romero Zafra, continúa acrecentando su patrimonio artístico con importantes incorporaciones que realzan aún más la belleza de su paso de palio. En esta ocasión, se concluyó el bordado de la bambalina trasera, ejecutado por el taller de los jaeneros Javier y Martín. Asimismo, se presentó una nueva fase de candelaria, de catorce candelabros de 25 centímetros, diseñados por el orfebre granadino Alberto Quirós. Como parte del ajuar, también se incorpora un delicado encaje de tul de hojilla del siglo XIX, una pieza de gran valor histórico y artístico que aporta un toque de distinción y antigüedad al vestir de la Dolorosa.
La cofradía transcurrió por las calles de su barrio, al que ya no regresaría hasta la noche, tras el popular saludo a la Hermandad de la Clemencia. Tras tomar nota de horas, la Cruz de Guía prosiguió con lentitud por el itinerario oficial dando tiempo a que la Buena Muerte dejará la Calle Campanas libre. El caminar del Cautivo recayó de nuevo en las manos de los capataces Grego Orejuela, Carlos de Pablo e Ismael Torres, quienes asumieron con solemnidad la responsabilidad de guiarlo en su retorno a casa.
María Santísima de la Trinidad fue acompañada por la Banda Lázaro Rueda de Los Villares. Ambos pasos, bajo la dirección general de Manuel Barragán y Fernando Marín. Antes de la medianoche, la cofradía llegó a su barrio con la satisfacción de cumplir de nuevo con su ciudad y con los cofrades que, cada Miércoles Santo, se revisten del blanco y del azul y rojo de su cruz trinitaria.