Un tren sin agua, refrescos ni comida y los baños averiados

Usuarios del media distancia Jaén-Cádiz denuncian la situación

10 ago 2019 / 11:28 H.

Treinta y cuatro grados en la ciudad, las dos y media de la tarde y una familia cuya única intención es pasar el fin de semana en la costa de Cádiz. Parece el inicio de una bonita historia de verano, pero acabó convirtiéndose en un infierno. ¿La culpa? Del tren. Así lo expone Conchi Martínez, usuaria del media distancia Jaén-Cádiz, que pone de manifiesto la “escasez de servicios” que se encontró durante el trayecto.

“Lo primero que nos comunica el revisor al montarnos en el tren es que solo funcionaba el baño del vagón 3 —ella hizo el recorrido en el 1— y que lo disculpáramos por las molestias”, asegura Martínez, que no entiende cómo “encima de que hay protestas porque tenemos pocos trenes en Jaén, están en estas condiciones”. “Para colmo, y a pesar de que todos los servicios estaban averiados, el único baño que funcionaba tenía la puerta rota”, lamenta esta usuaria.

Estos días de escapada a Cádiz empezaron “con el pie izquierdo” para una familia a la que todavía le quedaban sorpresas. “Al rato de estar en el vagón, llega un señor que había ido a comprar agua y nos comentó que la máquina expendedora estaba vacía”, afirma, al mismo tiempo que, tras ir a comprobarlo, se cercioró de que el hombre estaba en lo cierto. “No había nada y no pueden decir que se agotó, porque estábamos aún al principio del trayecto”, apostilla.

Sin refrescos, agua y nada para picar. De esta guisa se encontraron los usuarios del media distancia que une Jaén con Cádiz. Aunque, como suele decirse, quien no se consuela es porque no quiere. “Al menos el aire acondicionado funcionaba a la perfección, incluso toqué madera”, afirma Martínez, que recuerda, en esta línea, que el trayecto dura unas cinco horas. “Menos mal que yo soy previsora y siempre llevo conmigo mi botella de agua, pero hay gente que no tiene por qué hacerlo”, dice.

Este periódico ha intentado sin éxito ponerse en contacto con Renfe para conocer los pormenores y motivos que llevaron a que estos pasajeros, tal y como denuncian, no tuvieran cubiertas sus necesidades durante el viaje. El tren tiene una capacidad para 258 pasajeros y, según esta usuaria, “iba bastante lleno”. “No puede ser, me parece que es algo que hay que denunciar y tanto mi marido como yo lo vamos a comunicar a la empresa en cuanto pongamos un pie en Jaén”, puntualiza Martínez, que hace hincapié en las lamentaciones que se escuchan sobre la falta de usuarios en los trenes de la provincia. “Con estos servicios, ¿cómo quieren que los utilicemos?”, se pregunta retóricamente y ya “sana y salva” desde Cádiz. En este sentido, denuncia que son cinco horas de trayecto en las que los pasajeros “no tuvieron agua, refrescos ni comida en las máquinas expendedoras”. Asimismo, solo pudieron utilizar un baño para todos, el del tercer vagón, que encima tenía la puerta estropeada. Un “calvario” que por suerte ya pasó pero que hoy Martínez denuncia para que no vuelva a repetirse más.

“Esto no tiene que ocurrir nunca, pero es que encima estamos en verano, a una hora clave —las dos y media de la tarde— y con unas temperaturas bastante altas”, sentencia la usuaria, que espera, en su trayecto de vuelta, no tener que pasar de nuevo por una situación parecida.

“Los trabajadores no tienen la culpa, están hartos de poner reclamaciones”
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Conchi Martínez no solo pudo comprobar de primera mano la situación en la que iban a pasar las cinco horas de trayecto que separan Jaén de Cádiz —en su caso, El Puerto de Santa María—, sino que también constató el “hartazgo” de los trabajadores. “Ellos no tienen la culpa del estado en el que se encuentra el tren, lógicamente. De hecho, eso todo el mundo lo entendió”, afirma Martínez, a la vez que pone de manifiesto, según comprobó, que no es la primera vez que los trabajadores ponen una reclamación por el estado del servicio que ofrecen a los pasajeros. Asimismo, también le consta la respuesta que reciben por parte de la empresa. “No hay dinero”, afirma, al mismo tiempo que se pregunta: “¿Cómo no va a haber para arreglar la puerta de un baño o reponer las máquinas expendedoras?”. “Es una barbaridad”, afirma, acerca de una situación que se prolongó durante las casi cinco horas de recorrido, puesto que para ella fue algo menos. “Es que no teníamos la posibilidad, en todo el trayecto, de comprar una botella de agua o un refresco frío. Nada. Los pilotos de la máquina estaban todos en rojo indicando que los productos se encontraban agotados”, lamenta una usuaria asidua del tren en Jaén.