Un sello por amor a una rubia

Un apasionado de la cerveza propone un timbre con la fábrica de La Imora

29 jun 2016 / 13:30 H.

Pedro Miguel Ortega Martínez ama a una rubia con todas sus fuerzas. Trabajó 47 años en fábricas de cerveza y ahora, una vez jubilado, es un apasionado de su historia. Acude a convenciones de coleccionistas cerveceros e investiga sus curiosidades. Durante la primavera de 2010 acudió, dentro de este singular club, a la fábrica de La Imora. “Quedé impresionado con las calderas de la antigua fábrica, que ahora se exponen en la sala de visitas. Los tanques de cocción y de maceración de cobre son impresionantes”, explica. Este sistema, que generaba un enorme calor y se gestó en 1963, se sustituyó en 1994 por otro, mucho más innovador, de acero inoxidable, según cuenta. Desde entonces, son pieza de museo que sorprenden a las personas que acuden a la planta de Heineken y conocen el proceso de elaboración de la cerveza.

Pedro Miguel Ortega Martínez escribió a la Casa de la Moneda y Timbre para preguntarle si había editado en alguna ocasión algún sello que homenajeara a la cerveza y a su industria. Cuando recibió la respuesta, se quedó sorprendido. “Desde 1850 hasta ahora, nunca se ha editado un sello que rinda homenaje a este producto, pese a que ha sido y es parte activa de la economía, el empleo y la vida social de las ciudades”, recuerda. En un primer momento pensó en proponerlo, aunque, al final, tomó la iniciativa. En una oficina de Correos y Telégrafos se percató de que existe un concurso en el que cualquiera puede crear un sello. Simplemente, lo tiene que presentar y se expone en una página de internet. El concurso se denomina Disello y el diseño vencedor se convierte en un sello oficial. La mitad de la puntuación se rige por los votos que reciba de los internautas, mientras que el otro 50% obedece a la decisión de un jurado de expertos.

Por eso, Pedro Miguel Ortega Martínez utilizó las fotografías que tomó en Jaén, con las antiguas calderas, para intentar que la Fábrica de Moneda y Timbre las convierta en un sello. De hecho, ha elaborado su propia propuesta, que ya suma votos a través de internet.

“Creo que conseguir un sello sería muy importante. Se mostraría como un homenaje para aquellas ciudades, como Jaén, que tienen una enorme tradición cervecera y que formaron a maestros para que la elaboraran. También al empleo que crearon, a los repartidores y hasta a los carpinteros que hacían las cajas”, concluye. De ahí que este madrileño, pese a que trabajó 47 años en la industria cervecera, tiene bien claro que la imagen que vio en Jaén resume la esencia de una rubia a la que ama.