Un reclamo del fin de semana

Símbolo auténtico de cada fin de semana y en especial, de cada domingo por la mañana. La churrería de “La Churrera” —como se conoce Inés Parras— que regentan sus familias retomó su actividad el pasado mes de mayo con el inicio de la fase 1 de la desescalada. Fueron días de mucha actividad para ellos, tal y como los recuerda David Jordán: “Después de dos meses cerrados, la gente del barrio vino aquí con los niños y muchas ganas de comer churros”.

Desde hace ocho años, este establecimiento es un reclamo sobre todo para los vecinos del área de Expansión Norte del Bulevar. De ahí que, durante la fase 1 cuando el horario permitido de salida, salvo para mayores, era de 06:00 a 10:00, las colas eran demasiado largas: “Llegaban hasta el Foster’s Hollywood, en especial ahora con el distanciamiento de dos metros que se deben mantener”, asegura Mayca Robles, cuñada de David.

Cada domingo es una tradición en esta zona del Bulevar. Desde las 08:00 horas, David, Mayca y otros familiares preparan los churros con el mismo arte que les inculcó Inés Parras, y también con el esmero que les caracteriza y les hace tan populares entre sus vecinos. “Vengo casi todos los fines de semana y algunas veces hay que esperar mucho para comprar”, señala Miguel Escavias en la cola.

David reconoce ahora que con la llegada del verano la demanda ha caído respecto a los meses de primavera, pero el goteo de personas es constante con colas que, a medida que avanza la mañana, pueden ser de entre seis o siete personas: “El verano es siempre el periodo más flojo por la gente que se marcha a la playa, al campo y también se madruga menos, aunque este año puede ser diferente”.

Es un servicio muy demandado, el cual también tiene todas las medidas de seguridad garantizadas. Los clientes pueden lavarse las manos con el bote de gel hidroalcohólico que hay en la barra: “Ahora limpiamos mucho más con desinfectantes, utilizamos productos de usar y tirar y por supuesto, la mascarilla”, insiste David Jordán.

Los más pequeños de la zona también saben del toque especial que tienen los churros de “La Churrera” y desean con intensidad la llegada del fin de semana para degustar este producto. “Vengo a por churros porque mi hijo, desde las 08:30 de la mañana, ya me está pidiendo los churros para desayunar”, comenta Amalia Viedma mientras espera su pedido. Esta jiennense de Bedmar reconoce que su hijo lo pasó mal: “Es muy fan de David, hasta el día de su comunión vino a comer churros y no quiere ir el fin de semana a mi pueblo porque siempre quiere comer churros”. Hoy arranca una nueva semana, pero a buen seguro que, sobre todo los más pequeños, ya cuenta los días para que llegue el fin de semana y su gran reclamo.