Un manjar dulce para el paladar

El Día de Todos los Santos destaca por sus postres y variedad gastronómica

02 nov 2019 / 11:13 H.

El Día de Todos los Santos se caracteriza por sus muchas tradiciones que, año tras año, se repiten para rendir tributo a los familiares y amigos que están en otra vida. Una de estas costumbres está en el apartado gastronómico donde los dulces tienen una gran presencia en las mesas y meriendas de todas las casas. En esta fecha, hay especialidades que solo se hacen para este día. Algunos de ellos son: los buñuelos, los huesos de santo, pestiños o bocados de mazapán. Manjares que agradece el paladar y el estómago y que no es muy bien recibido por las dietas. Un día es un día podrán pensar muchas personas y es que no siempre están en las confiterías estos dulces típico de los Santos y que tan ricos están.

Las pastelerías presentaron una gran imagen durante toda la jornada, con gente que iba solamente para adquirir algunos de estos productos. Los huesos de santo son unos cilindros de mazapán, a base de almendra, azúcar y patata. Una confitura que se rellena de yema dulce, aunque también hay una gran variedad de sabores como frambuesa, coco, chocolate y otras cremas.

Los buñuelos están en todas las casas en el 1 de noviembre y debe su nombre a que, al freírse, la masa se ahueca y crece hasta doblar su tamaño inicial. Son bastante fáciles de hacer, ya que consisten en hacer una masa con harina, leche, huevos, mantequilla, azúcar, sal y un poco de impulsor químico. Se fríen y se rebozan en azúcar glass. Por último queda lo mejor de este postre, se rellenan por dentro con una manga pastelera y normalmente son de nata y crema. Pero también los hay de chocolate, café, limón, fresa o frutos rojos, arroz con leche, etcétera. Un dulce que se puede adecuar a los gustos de cada persona y que no se puede dejar de comer uno tras otro.

Estos “pecados” para el cuerpo son una de las tradiciones en el Día de Todos los Santos y que se renuevan constantemente para agradar el paladar. Una fecha que las pastelerías aprovechan para hacer productos diferentes, además de tener en sus mostradores los dulces habituales de todo el año.