Un juicio visto para sentencia

La Fiscalía y la acusación reclaman el máximo castigo para los dos procesados

04 jul 2019 / 11:36 H.

Al filo de la una y media de la tarde, se abrió la puerta de la sala de vistas de la Audiencia de Jaén. Ha estado cerrada a cal y canto durante las dos jornadas que ha durado el juicio contra los dos acusados de agredir sexualmente a una adolescente en un portal de la capital. Un ataque en el que también tomaron parte tres menores, que ya han sido juzgados y condenados en otro juicio. Fue a esa hora cuando la presidenta del tribunal, la magistrada María Esperanza Pérez Espino, pronunció la protocolaria frase: “Visto para sentencia. Ya pueden despejar la sala”. Los cuatro policías que custodiaban a Gabriel José C. M., de 23 años y apodado “El Bubi”, y a Miguel Ángel M. R., de 19, los trasladaron de vuelta al Centro Penitenciario de Jaén. Están encarcelados de forma preventiva desde marzo de 2018, cuando fueron detenidos en relación a estos hechos: “Os vais a comer una mierda”, gritó el mayor de los procesados cuando los agentes se lo llevaban de vuelta a prisión.

Ambos acababan de escuchar cómo la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por la familia de la víctima, mantenían su petición de condena y reclamaban para ellos el máximo castigo por delitos continuados de agresión sexual y lesiones: 18 y 17 años de cárcel, respectivamente. “La mejor prueba de cargo ha sido el testimonio contundente de la menor, que se ha mantenido sin contradicciones desde el principio”, apuntó Javier Pulido, el abogado de la adolescente. La joven reconoció sin duda alguna a Gabriel José C. M. y Miguel Ángel M. R. como dos de los cinco hombres que la abordaron en plena calle, la introdujeron por la fuerza en un portal del Paseo de la Estación y la agredieron sexualmente.

Los abogados de la defensa han tratado de demostrar que sus clientes se encontraban muy lejos de aquel lugar en la tarde del 2 de marzo de 2018. Ambos presentaron coartadas ante el tribunal. “El Bubi” aseguró que estuvo con su hermano. El otro procesado alegó que pasó la jornada con un amigo, un hombre de origen colombiano que, actualmente, está en prisión. Además, los letrados de los acusados quisieron desacreditar el testimonio de la víctima, asegurando que el primer reconocimiento fotográfico que hizo en la Comisaría estaba “viciado”. Ese argumento ya fue utilizado en el juicio contra los menores y fue rechazado en la sentencia.

Además de los informes finales, la jornada de ayer también acogió la prueba pericial. Los expertos ratificaron que las lesiones que presentaba la víctima eran compatibles con una agresión sexual, una cuestión que no se pone en duda.

A partir de ahora, los tres magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia ya deliberan para confeccionar una sentencia en un caso que conmocionó a toda la sociedad jiennense.

Las claves de este proceso judicial

La declaración de la víctima

El testimonio de la menor es la principal y casi única prueba de cargo en este procedimiento. La joven, que tenía 16 años cuando fue agredida sexualmente, identificó plenamente a sus cinco atacantes, lo que permitió a la Policía detenerlos. Desde entonces, siempre los ha reconocido sin duda alguna.

En busca y captura los dos menores condenados que están fugados

El Juzgado de Menores de Jaén ha puesto en busca y captura a los dos menores que fueron condenados por la agresión sexual a la adolescente y que se encuentran “fugados” de la acción de la Justicia. Tal y como avanzó Diario JAÉN en su edición de ayer, Juan, de 17 años, y su primo José, que en febrero cumplió los 18, se marcharon de los pisos tutelados en los que se encontraban por orden judicial desde el pasado mes de diciembre. Desde hace unas semanas, pesa sobre ambos una sentencia firme de cinco años de internamiento en un centro de menores en régimen cerrado. Antes de que la Audiencia ratificara la firmeza de esa sentencia, se marcharon de los pisos donde residían en régimen de libertad vigilada, dentro de un grupo educativo de convivencia. Nada más ser detenidos por este caso, Juan y José fueron ingresados en “Las Lagunillas”, donde permanecieron de forma preventiva durante el plazo máximo que permite la Ley del Menor: nueve meses. Pasado ese tiempo sin que se hubiera celebrado el juicio, la juez tuvo que dejarlos en libertad. Los envió a los pisos tutelados, de los que se marcharon hace pocos días.