Un holandés de La Haya fascinado por el olivar y el aceite

El pintor y escultor Alwin van der Linde, al frente de la fundación que lleva su nombre, contribuye a dinamizar la vida cultural en Arjona a través de proyectos de calado e interés social en colaboración con el Ayuntamiento

02 oct 2022 / 18:45 H.
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LA ENTREVISTA

Alwin van der Linde mantiene una estrecha relación con la provincia de Jaén a través del municipio de Arjona. Gracias a la colaboración con el Ayuntamiento trabaja, desde hace unos años, para desarrollar y enriquecer la cultura local. Es un creador mentalizado con la complicada situación actual del medio ambiente, que está muy presente e su obra y que le sirve como una forma de expresar el mensaje que quiere transmitir a la sociedad.

—¿Cuál es su relación con Jaén?

—Tengo una gran amistad de toda vida con un vecino en Arjona y así empecé a conocer el pueblo hace ya dieciséis o diecisiete años. He conocido a varios alcaldes hasta que llegó Juan Latorre, un joven con muy buenas ideas, muy abierto e interesado por la cultura. Gracias a su entusiasmo y sus ganas de hacer cosas, le propuse lo que hago también en Extremadura, colaboración. Eso ha supuesto que por una parte de la extensión de mi fundación tenga como sede Arjona. Ayudé a la instalación de la sala de exposiciones de las iglesia del Carmen, inaugurada hace unos años con una muestra de mi obra. Desde entonces envío todas las exposiciones allí. Luego un día, hablando, me comentó el proyecto del Parque del Olivar. Solar, por si tenía alguna idea. Lo que me interesa es colaboración e involucrar a la gente local; con talleres para los jóvenes, enfocados al aprendizaje de alguna profesión o de la artesanía. Así empezó la cosa. Colaboración con el Ayuntamiento hace posible el proyecto, que tiene una complejidad técnica enorme.

—¿Qué es lo más grato del proyecto del Parque del Olivar?

—Lo más grato es el entusiasmo de la gente. Doscientas personas han pasado por la cerámica y los talleres de forja y restauración, un éxito enorme. No hay boda que se celebre sin que se tomen fotos en el Parque del Olivar. Queremos que sea un espacio de uso para pequeños conciertos de música, la actuación de un mago, catas de aceite..., un sitio de tertulia, donde la gente mayor se sienta. Es más que un parque. Es un espacio que se presta a muchísimas actividades. Es la interacción con los habitantes de un sitio., aparte de atraer turismo. Con la actividad de la fundación busco aumentar la oferta cultural. Arjona tiene cada vez más cosas que ofrecer al visitante.

—¿Cuál es su sensación sobre los proyectos culturales de Arjona?

—Nos olvidamos de que muchas veces la gente considera la cultura una cosa neutra. El papel de la cultura es muy amplio, puede ser gastronómica o lo que sea. La fundación, pretende poner en marcha y favorecer iniciativas. Se ha conseguido el aumento del interés. Es un pueblo que me gusta mucho, muy activo.

—¿Cuál es la próxima iniciativa que tiene previsto realizar?

—Estamos trabajando en un diseño para una rotonda a la entrada del pueblo, que se inaugurará pronto. Participará un taller de gente joven. Se verá la misma narrativa que en el Parque del Olivar. Contará con un hombre-olivo, estatua como de piedra, ser humano, espíritu del olivo, cubierto de hojas de olivo, contemplando un viejo olivo de verdad. Interacción entre el ser humano y el olivar. Metáfora de que dependemos de la naturaleza para la supervivencia.

—¿Y en cuanto a exposiciones?

—Ultimamos una exposición de un pintor de Madrid, Carlos Muñoz-Vargas. Durará dos meses y empezará a finales de octubre. Para después tengo lista otra de otro pintor madrileño. La colaboración es constante.

—¿Va mucho al pueblo?

—Estuve hace poco tiempo en la feria. Voy por el trabajo que estoy haciendo y por ocio. Me siento muy agusto en el pueblo. Es un buen contraste con Extremadura. La covid ha dejado muy tocada la situación allí, por lo que la fundación se encuentra en un momento difícil ahora.

“Los aceites baratos al final no son muy saludables. El de oliva se merece que lo defendamos más”

—El olivo es un icono, ¿qué le inspiran el árbol y el aceite?

—Su historia es tan increíble. Aparece en la misma Biblia. Picasso usó una de sus ramas en la paloma de la paz. Es uno de los árboles fundamentales para la literatura y el arte, muy especial. Ya los romanos tenían clarísimos los beneficios del aceite de oliva, uno de los aceites más saludables del mundo. Cuando empecé con el proyecto del solar se me ocurrió ese tema. Tenemos que defender este producto. Estamos descubriendo que los demás aceites con nefastos para el medio ambiente, como pasa con el de palma. Los aceites baratos al final no son muy saludables. El de oliva se merece que lo defendamos más. Es un alimento de primera calidad. Todo lo que contribuya a su promoción nos viene bien. Yo lo consumo todos los días. Lo compro en Arjona. En Extremadura también hay aceite de oliva, pero me gusta más el de Jaén. Lo uso tanto en ensaladas como en frituras. El aceite de girasol es mucho peor.

—Uno de los asuntos que más le interesan es el medio ambiente, ¿cómo ve la situación actual?

—Complicada. Estamos en un momento de transición, con muchos problemas internacionales. Dependeremos más de los renovables. Mucho que tener mucho cuidado para no dedicar las fincas a placas fotovoltaicas. Vamos a necesitar más la producción agrícola. Debemos volver un poco a los estímulos de la producción agrícola. España fue el granero de Europa y no podemos liquidar la tierras buenas. Deberíamos ejercer más higiene energética y favorecer la producción agrícola del país.

—¿Se cuida lo suficiente el medio ambiente en el olivar?

—Todo puede mejorarse. Cada vez, entre mis amistades, veo que hay más conciencia. Cada vez más existen más productores con el aceite ecológico, un producto magnífico y todavía más saludable. Para la tierra es mejor, igual que para la flora, la fauna, los animales. Lo veo muy favorable.

—¿Qué opinión le merece el estado de la provincia jiennense?

—No puedo opinar mucho. Mi relación con ella está muy bien. Ahora, económicamente no sé. Todo el mundo está en una situación difícil. Creo muchísimo en las iniciativas personales. Es cuestión de colaborar y trabajar juntos y ser un poco más generosos. Podemos salir de esto.

—¿Cómo ve el futuro del planeta?

—No lo veo. Cada vez vamos a depender más de iniciativas personales en el ámbito local, para la búsqueda de soluciones. En la industria del automóvil, con los microchips, se nota que la globalización se está parando un poco. Se vuelve a un modelo más de autonomía local, de ver los recursos que tenemos y hacer mejor uso de ellos, de ser generosos y trabajar juntos para sacar iniciativas. Eso va a salir más de los sitios locales que de la gobernanza de los políticos.

—¿Cómo va su fundación?

—Va porque le echo mucha energía. No tengo ayuda económica de la Junta de Extremadura o de quien sea. Encuentro posibilidad de colaboración gracias a personas y así seguir funcionando. Con el Ayuntamiento de Arjona veo muchas posibilidades. Entre una cosa y otra vamos muy bien. Llevo ya diez años de exposiciones de pintores de primera. Mi regla es proponer exposiciones con un interés nacional. Nunca he querido entrar en un localismo de aficionados. Hay suficiente espacio para que los aficionados tengan su posibilidad de exponer. La fundación es cosa de profesionales que se han dedicado toda la vida a la cultura y que tienen buen currículum.

—¿Cómo es su estilo?

—Según un artículo, clarísimamente figurativo. Los críticos me han metido en el hiperrealismo, que es una palabra que no me gusta. Yo me sitúo en el realismo. Creo que estamos en lo que Antonio López llamaba la corriente del realismo español.

—¿Por qué se quedó en España?

—Por el clima —aunque espero que llueva porque todo está muy castigado— y por el carácter de los españoles. Es curioso, porque tienen algo en común con la gente de Holanda que somos bastante directos. El ser latino tiene cierta alegría que contrasta con el norte, donde no podría quedarme. Creo que he nacido con un alma latina. No soy de frío y de nieve.

—¿Qué planes tiene?

—Seguir haciendo lo que hago. Lo que más satisfacción me da son los proyectos al estilo de los de Arjona. Son los que permite que la gente participe y eso hace que pertenezcan al pueblo. Es lo que más me divierte. El año que viene habrá muchos más talleres y más artesanía.

Un holandés de La Haya fascinado por el olivar y el aceite

Espacio para el encuentro con el arte

La Sala del Carmen es todo un lujo para el municipio arjonero, que dispone de un espacio amplio para albergar exposiciones de primer nivel. La impronta del artista neerlandés está muy presente en este recinto.

Un creador polifacético y viajero

Nacido en La Haya, capital administrativa de Países Bajos, en 1957, Alwin van der Linde vivió en su país hasta los dieciocho años. Luego se fue a París. Ha permanecido en Estados Unidos, Alemania, Luxemburgo, Bélgica... Aterrizó en España en 1998 y desde entonces no se ha marchado. Reside a caballo entre Madrid y Montánchez (Cáceres), donde está su fundación. Es un pintor y dibujante digital, también escultor; compone música electrónica y es un enamorado de China y de su milenaria cultura.

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