Un aplauso sentido entre sones

Un día más llegaban las 20:00 horas, un momento que se ha vuelto una rutina en las calles de Jaén y de toda España con un objetivo común: agradecer a todos los sanitarios, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los trabajadores de los supermercados, los servicios de limpieza, etcétera, en definitiva, a todos los que se dejan la piel estos días para hacer frente al covid-19. Una rutina que los jiennenses esperan con inquietud, minutos antes de las ocho de la tarde, ya hay personas esperando en los balcones para comenzar el homenaje, que esta vez tenía una melodía especial, ya que estaba acompañado de los sones del himno de Nuestro Padre Jesús, “El Abuelo”, que cumplía el 85 aniversario desde que Emilio Cebrián lo compuso. Se escuchaban de fondo a las palmas y convertía el reconocimiento en un sentido agradecimiento de la sociedad jiennense a todos los profesionales que se juegan la vida a diario. Tras el término de la marcha, más aplausos y los vecinos terminaron con un “¡Viva El Abuelo!”.

Antes del confinamiento había una serie de rutinas. Muchos se levantaban casi siempre a la misma hora, iban a trabajar por el camino de todos los días, comían en el mismo lugar, se acostaban más a menos a una hora similar jornada tras jornada... En época de confinamiento algunas de esas rutinas se mantienen, pero muchas han desaparecido dejando espacio a otras como es la de aplaudir a las 20:00 horas. Un hábito generalizado y que hace sentirse orgullosos a todos los que trabajan para ayudar a combatir al coronavirus. Muchos de estos profesionales agradecen el cariño saliendo a las puertas de los hospitales y unirse al aplauso, pitando con los coches de alguna patrulla o encendiendo las sirenas de las ambulancias. Esto también se ha convertido en una rutina que parece que no se van a perder, al menos hasta que acabe el confinamiento porque todos están pendientes del reloj y contando los minutos que quedan hasta las ocho de la tarde y cuando el primer vecino arranca los aplausos, todos los demás se unen con la muestra de solidaridad que saca esta crisis sanitaria en los ciudadanos. Alguna noticia buena tiene que tener el coronavirus y es que quizá cuando acabe, las personas hayan cambiado a mejor.

Los que reciben estos aplausos de reconocimiento se sienten emocionados, una inyección de moral y energía para continuar la batalla, por esta razón, un pequeño gesto como hacer palmas, tiene mucho valor para los sanitarios. Esta iniciativa nació en las redes sociales, comenzó en Italia y se trasladó a España y, con el paso de los días, se ha convertido en uno de los símbolos de la lucha contra el coronavirus y sino en una forma de interacción social entre los vecinos a través de los balcones. Así, las ocho de la tarde se han convertido en la mejor hora del día porque además de agradecer a los sanitarios, también es el momento para aprovechar y tomar el aire, hablar con el amigo de al lado o pasar el rato acompañado del resto del vecindario. Desde que comenzó el confinamiento no ha habido ningún día sin este reconocimiento y el paso del tiempo no parece mermar la participación. Más bien al contrario, las personas están dispuestas a seguir con esta acción mientras dure el covid-19.