Un aplauso a la excelencia

Emotivo homenaje a las magistradas Esperanza Pérez y María Jesús Jurado

25 nov 2016 / 11:47 H.

Esperanza Pérez Espino y María Jesús Jurado Cabrera escucharon abrazadas el aplauso que la Justicia de Jaén les dedicó ayer en la sala de vistas de la Audiencia Provincial. Fue lo primero que hicieron las dos magistradas jiennenses nada más recibir la Cruz de San Raimundo de Peñafort, la más alta distinción que puede recibir un jurista en España. Emocionadas y felices, las dos disfrutaron del reconocimiento por sus brillantes trayectorias profesionales que han corrido prácticamente paralelas desde un lejano día de abril de 1984, cuando ambas juraron juntas su cargo en Granada. Juntas también, “estas dos discretas estrellas de la Justicia” —como las definió Lorenzo del Río— entraron ayer en la selecta nómina de jueces que pueden presumir de lucir una “Raimunda” en su toga.

La presidenta de la Audiencia Provincial, Elena Arias-Salgado, fue la encargada de pronunciar la “laudatio”. “Prometo ser objetiva e imparcial, a pesar de que es un hecho indubitado que ellas son mis amigas”, comenzó. Destacó, especialmente, su “labor profesional impecable” y su “extraordinaria colaboración y disposición”. “Ellas son dos baluartes de nuestra Audiencia, aquella que lleva años situadas entre las mejores de España por su eficiencia. A ello habéis contribuido sin duda por ser excelentes juristas pero, sobre todo, mejores personas”.

La primera en tener el uso de la palabra fue Esperanza Pérez Espino. El discurso de la magistrada de Villacarrillo fue, realmente, emocionante. “Ser juez es más que ejercer una profesión. Significa ser, sentir y vivir por la Justicia. Yo estoy orgullosa de ser juez, porque creo en la Justicia”, dijo. Tuvo palabras más que cariñosas para todos sus compañeros de la Audiencia, en especial para Pío Aguirre y Elena Arias-Salgado. También recordó la figura de su preparador, Baltasar Garzón: “Fui la primera a la que instruyó y consiguió hacer realidad el sueño que tenía desde niña”, añadió. Un nudo se apoderó de la garganta de Esperanza Pérez Espino cuando habló de sus padres, Ángel y Ana. “Tengo una suerte inmensa de tenerlos aquí, conmigo. Ellos son ejemplo de bondad, de honradez, de respeto. Mi familia sostiene mis pasos”.

María Jesús Jurado Cabrera también se acordó de sus padres, estos ausentes. “Ellos me dieron la vida y sé que lo están celebrando conmigo allí donde estén”. La magistrada de Baeza dedicó la Cruz a su familia, en especial a sus hijos Juan Ignacio y Manuel Jesús: “Ellos son mis tesoros, las dos mejores sentencias que jamás he firmado”, aseguró.

La magistrada de la Sección Tercera insistió en que su único mérito ha sido trabajar “en conciencia durante 33 años para dar un sentido concreto a la Ley”. “Ser juez ha sido mi refugio, mi escudo contra las preocupaciones y los problemas personales. Por eso, solo puedo dar las gracias a todos”, concluyó, también visiblemente emocionada.

Los detalles
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TRAYECTORIA . María Esperanza Pérez Espino y María Jesús Cabrera juraron el cargo de juez el mismo día de abril de 1984. Comparten destino en la Audiencia Provincial desde 2002.

distinción. El padre de Esperanza Pérez, que fue oficial de Juzgado, también fue distinguido con la Cruz de San Raimundo.

presencia. Más de 200 personas abarrotaron la sala de vistas de la Audiencia.