Un antiguo molino de vigas en el Museo Provincial de Jaén

Guías voluntarios sacan a la luz pública una almazara del siglo XIX que la Junta de Andalucía se compromete a poner en valor con el traslado de las piezas íberas

03 mar 2024 / 16:20 H.
Ver comentarios

VÍDEO

Jaén nunca dejará de sorprender a los propios jiennenses. El Museo Provincial, ubicado en pleno Paseo de la Estación, puede dar buena cuenta de ello. Guías voluntarios de este espacio cultural de la capital sacan a la luz, gracias a sus tradicionales visitas anuales, un habitáculo en el que se almacena un antiguo molino de vigas en perfecto estado de conservación. ¿Por qué están ahí esos restos de una intacta almazara? Hay que remontarse a principios del siglo XX para entender de qué se trata. La historia de este edificio comienza en 1920, cuando el arquitecto Antonio Flórez Urdapilleta recibe el encargo de su construcción. Fueron muchos los avatares que sufrió este emblemático lugar desde la Segunda República y hasta después de la Guerra Civil, cuando el Ejército se hizo con gran parte de su espacio y convirtió el entonces conocido como Museo de Bellas Artes en un “Museo disperso”, un periodo que se extendió desde 1938 hasta 1969 y que obligó a repartir las colecciones entre la Iglesia de San Andrés, diversos despachos y cajas de escaleras de la Diputación y el Ayuntamiento de Jaén.

A mediados de los años sesenta, el Ejército devolvió el edificio al Ministerio de Educación y Ciencia, y el 16 de octubre de 1969, mediante decreto, se crea el actual Museo Provincial de Jaén. Fue entonces cuando entró en escena el arquitecto Luis Berges Roldán, quien recibió el encargo de diseñar el proyecto de adaptación definitiva del edificio al uso museístico. En la planta baja, donde se ubicó Arqueología, creó unas entreplantas sobre soportes de hierro para ganar espacio expositivo, de tal forma que, hasta el año 1971, no se abrió al público en este nuevo emplazamiento. El museo cuenta con otros dos edificios funcionales, proyectados también por este mismo arquitecto por aquellas fechas. Uno dedicado a oficinas, biblioteca, talleres de restauración y almacenes y el otro, a Sala de Exposiciones Temporales y a la colección monográfica del Conjunto Escultórico Ibérico de Cerrillo Blanco de Porcuna. Justo ahí, en una habitación cerrada que muy pocos jiennenses conocen, hay escondido un molino museo de viga de desconocida valía que, sin embargo, la Junta de Andalucía quiere musealizar.

Cuenta el propio Luis Berges a este periódico que, cuando él llegó, ya estaban allí aquellas piezas de una vieja almazara. “Me dijeron que, en su día, la idea era construir un Museo del Aceite en la parte posterior, por lo que trajeron de algún lugar aquellos restos de un molino que, finalmente, allí se quedaron porque alguien decidió crear la parte etnológica en el Palacio de Villardompardo y, después, en Baeza”, comenta. Él no tuvo más remedio que dejar aquello en el mismo sitio por una decisión que no le correspondía a él. Anuncia Carpio, experta en aceite, asegura que, en un intento de datar esas vigas de madera y las ruedas de piedra que se pueden ver en las fotografías, consiguió dar con la procedencia: el molino se usó en una casa de la calle Martínez Molina. La familia cedió esos restos de almazara para una futura exposición. “Paqui Hornos —la hasta ahora directora del Museo Provincial de Jaén— consiguió encontrar un documento de cesión mediante el que corroboró que era de aquella casa que, por las dimensiones, yo intuía que era”, comenta. Se muestra ilusionada con que algún día se pueda mostrar al público. “Espero que cuenten conmigo para diseñar el espacio”, apunta.

El delegado territorial de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía, José Ayala, confirma que se trata de una prensa de viga, muy parecida a la que hay en el Puente del Obispo (Baeza), aunque está sin inventariar. “El Museo Provincial tiene elementos que dan muestra de que hubo intención de albergar un espacio etnológico y, en este sentido, este molino es uno más de ellos”, apunta. ¿Qué puede pasar? El responsable del Gobierno autonómico anuncia que, cuando se trasladen las piezas de esta sala temporal al Museo de Arte Íbero valorarán la posibilidad de musealizar todo lo que atesora el Provincial relacionado con históricas costumbres. “Eso sí, habrá que hacer obra para sacar esa prensa de allí, pero antes tenemos que ver qué elementos diferenciadores tiene con respecto a otras que ya hay en Andalucía”, manifiesta el delegado. Lo que está claro es que dar a conocer esa obra de arte aportará un valor añadido a Jaén.

Todo pendiente del conjunto íbero de Cerrillo Blanco

Las esculturas de Porcuna constituyen un grupo escultórico de más de cuarenta piezas, las cuales poseen características jónicas e ibéricas. Aparecieron en el importante conjunto arqueológico llamado Cerrillo Blanco, en Porcuna, cuyas intervenciones arqueológicas se remontan al año 1975. Los restos del yacimiento en el que fue hallado dicho conjunto indican que la ocupación llegó a su fin a finales del siglo VII a. C. A día de hoy, El Museo de Jaén alberga algunos de los fragmentos originales provenientes del trabajo de campo, así como algunas reproducciones de las esculturas. Junto a ellas está el antiguo molino.

Jaén