Último adiós al obispo García Aracil
El prelado de Jaén participa en la misa exequial en Valencia

La Catedral de Valencia acogió la solemne misa exequial por el arzobispo emérito de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, fallecido el pasado viernes a los 78 años y que fue obispo de Jaén durante 16 años, entre 1988 y 2004. “Fue un hombre de fe, amigo fuerte de Dios en expresión teresiana, servidor fiel y prudente que no supo otra cosa que hacer que servir a Dios, cumpliendo su voluntad, en una entrega total y sin fisuras en favor de la Iglesia, a la que tanto amó con todo su gran corazón”, lo definió el arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, que concelebró la misa, junto a una veintena de prelados entre los que estaba Amadeo Rodríguez Magro. Algunos sacerdotes de la Diócesis de Jaén quisieron portar el féretro con los restos de García Aracil.
Posteriormente, el cuerpo del obispo fue trasladado por carretera desde Valencia hasta la localidad alicantina de Penáguila, donde recibió sepultura en el cementerio en el que están enterrados sus padres.