Tres sanitarios irán a juicio por dejar una gasa en una paciente

Se enfrentan a un año de cárcel por un delito de lesiones imprudentes

01 jun 2016 / 13:00 H.

Tres sanitarios jiennenses —dos ginecólogos y una auxiliar de enfermería— tendrán que sentarse en el banquillo de los acusados por dejarse olvidada una gasa en el interior del útero de una mujer, que fue sometida a un cesárea en una clínica privada de la capital. La víctima tuvo el material quirúrgico en su organismo durante once meses y llegó a perder un ovario. Además, antes de que se le detectase ese objeto, le diagnosticaron que podía sufrir un tumor. La Audiencia Provincial acaba de confirmar el auto de procesamiento dictado por el Juzgado de Instrucción número 1 de Jaén contra los tres sanitarios, que deberán responder por un delito de lesiones graves por imprudencia.

Los hechos se remontan a octubre de 2013, cuando la paciente, una vecina de la capital de poco más de 30 años, acudió al centro sanitario para dar a luz. El equipo médico que la atendió le practicó una cesárea que se desarrolló con total normalidad. Sin embargo, presuntamente, olvidaron retirar una gasa quirúrgica. Poco días después de la operación, la mujer comenzó a sufrir dolores y molestias. En un primer momento, atribuyó estos síntomas a las secuelas propias de la intervención. Sin embargo, fueron pasando los días y las semanas, y las dolencias no remitían. Todo lo contrario. Finalmente, decidió acudir al Complejo Hospitalario de Jaén para ser visitada por especialistas. El primer diagnóstico fue un mazazo. Le dijeron que podía sufrir un tumor. Un golpe durísimo. Y todo sin sospechar, todavía, que los síntomas se debían a que tenía una gasa quirúrgica en el interior de su organismo.

La paciente decidió buscar una segunda opinión médica y visitó una clínica privada de Granada. Fue allí donde acabaron con su angustia. Le confirmaron que ese bulto que se apreciaba en su útero podría ser material médico olvidado. Finalmente, en septiembre de 2014, es decir, once meses después de la cesárea, tuvo que ser de nuevo intervenida quirúrgicamente para extraerle la gasa. Como secuela, fue necesario extirparle un ovario, tal y como indican las fuentes judiciales consultadas.

A finales de ese mismo año, en concreto, el 23 de diciembre de 2014, presentó una denuncia por la vía penal para tratar de aclarar lo sucedido. Cayó en el Juzgado de Instrucción número 1 de Jaén. El juez Fernando Moral imputó, en primer lugar, al ginecólogo que practicó la cesárea. Después de escuchar su declaración, también llamó a declarar como investigados a otro ginecólogo y a una auxiliar de enfermería.

A la vista de la investigación realizada, el magistrado entendió que había indicios suficientes como para que los tres sanitarios se sentaran en el banquillo de los acusados por un delito de lesiones por imprudencia. Su señoría estimó que incurrieron en una supuesta negligencia médica. Así que dictó un auto de procesamiento contra ellos y decretó la apertura de juicio oral.

No obstante, la defensa de los implicados recurrió este auto ante la Audiencia Provincial. Un recurso que también contó con el apoyo de la Fiscalía, que pedía el archivo de la causa, al entender que los hechos no eran constitutivos de delito. Sin embargo, esta misma semana, la Sección Tercera ha ratificado la decisión del juez instructor, es decir, que los tres sanitarios deben ser juzgados. La paciente ha pedido un año de cárcel y un indemnización que ronda los 50.000 euros y que incluye también los daños morales ocasionados. Ella ha logrado mantener abierto este procedimiento por la vía penal.

Casos que suelen resolverse por la vía civil para evitar el banquillo

Es muy difícil que los casos por presuntas negligencias médicas prosperen por la vía penal. De hecho, en la provincia, apenas se han celebrado un par de juicios en la última década —uno fue por un aborto ilegal y el otro acabó con una sentencia absolutoria—. Normalmente, los casos que llegan a los tribunales suelen comenzar con una denuncia penal para que el juzgado de instrucción realice las primeras diligencias previas. Normalmente, esos procedimientos terminan archivados, porque es muy difícil demostrar la existencia de una mala praxis médica que sea consecuencia de una imprudencia profesional grave. Por eso, la mayoría de estos procedimientos acaba en la jurisdicción civil, donde se arreglan con una indemnización económica. Esta vía no está, ni mucho menos cerrada, en el caso de esta mujer en cuyo organismo se dejaron una gasa quirúrgica. Fuentes cercanas al caso explican que, a lo largo del procedimiento, ha habido negociaciones para intentar cerrar la causa con un acuerdo que incluya una compensación por los daños ocasionados. Sin embargo, por el momento, no ha sido posible. En esta causa también están llamadas a responder como responsables civiles la clínica privada y dos compañías aseguradoras.

El detalle

Protocolo . En los quirófanos se sigue a rajatabla un protocolo estandarizado para evitar que se produzcan “olvidos” de material quirúrgico en el organismo del paciente. El enfermero instrumentista, junto con el enfermero circulante y el cirujano responsable del quirófano en ese momento deben efectuar y responsabilizarse del correcto recuento de gasas, compresas, torundas y objetos punzantes e instrumental médico. Es lo que se ha investigado durante este procedimiento.