Tradición y vanguardia como un sello distintivo
La Casa de las Tartas abre nueva tienda en el número 39 de la Avenida de Madrid


Tradición y vanguardia —aunque tira más la primera que la segunda— se dan la mano en La Casa de las Tartas, una pastelería camino de cumplir los 50 años de trabajo en la capital del Santo Reino. Ahora, están a punto de abrir un nuevo despacho en el número 39 de la Avenida de Madrid con el objetivo de acercar los productos de toda la vida a los clientes de siempre, que dejan de subir a la calle Bernardas debido, entre otras cosas, a la peatonalización de casi todo el barrio.
En este sentido, la inauguración de la nueva tienda no es más que un intento por reinventarse y por dar vida a un negocio que, ahora mismo, flojea un poco. Hacen de todo, pero siempre de manera artesanal. Da igual lo que les pidan —incluso aunque sean algunas de las nuevas modas importadas desde Estados Unidos (EE UU)—, no hay nada que se les resista. Aunque al final los clientes prefieren los productos tradicionales, como las magdalenas o los ochíos, también hacen tartas de zanahoria, cupcakes y brownies para chuparse los dedos. “Se pusieron muy de moda las tartas de fondant, pero al final el cliente se da cuenta de que son tartas muy vistosas pero que, a la hora de comer, prefieren el clásico bizcocho bañado y con crema”, dice Salvador Gutiérrez, gerente de La Casa de las Tartas junto con sus dos hermanos. Él aprendió de pastelería gracias a su padre, que lo metió a trabajar con él cuando decidió dejar sus estudios. Desde entonces, se formó en esto de la repostería de la mano de profesionales de la talla de Oriol Balaguer o Paco Torreblanca. El caso es que este negocio siempre se mueve en aras de aprender nuevas técnicas para sorprender a sus clientes. Ya lo afirma el dicho: “Renovarse o morir”. Pero, lógicamente, no dejan de lado el carácter tradicional y artesanal que los define, algo que los mantiene aún ligados a su clientela de toda la vida. Así, no se persigue otra cosa que ofrecer al cliente las últimas novedades para mejorar la calidad de los productos que muestran en sus vitrinas. Sin embargo, los amantes del dulce apuestan todavía por la tradición, y es que artesanos como los profesionales que se afanan cada día en el obrador de La Casa de las Tartas quedan muy pocos en la ciudad, y es que el cambio en los modelos de negocio y de producción hacen que las nuevas pastelerías que abren se vean obligadas a trabajar con productos industriales. Ellos, desde luego, no van a cambiar su sello.