Testigos afirman que el niño recogió el petardo del suelo
Facua reclama más inspecciones y vigilancia para evitar la venta a menores
La investigación del terrible accidente pirotécnico registrado la pasada Nochebuena en el barrio de Peñamefécit no ha hecho nada más que empezar. Un niño, de tan solo 13 años, perdió la mano izquierda después de que le estallara un petardo de gran potencia que trataba de encender. Las primeras hipótesis apuntan a que fue el propio menor el que cogió el artefacto del suelo, donde se había quedado sin detonar. Así lo apuntan algunos testigos presenciales de lo que ocurrió en la calle Murillo de la capital.
El objetivo de las pesquisas es aclarar cómo un niño pudo tener acceso a un petardo de efectos tan devastadores. Hay que recordar que los menores tienen prohibido el uso de este tipo de material pirotécnico. Lo que sí han explicado algunos vecinos a Diario JAÉN es que, en los momentos anteriores al accidente, lo que se vivió en el barrio fue una especie de “mascletá”, en la que se detonaron decenas de artefactos muy potentes: “Parecían bombas”, dice uno de los residentes de la calle Murillo, de forma muy gráfica. Ayer, todavía eran muchos los restos del material detonado que podían verse en las calles del barrio.
Según los primeros indicios, uno de esos petardos pudo quedarse sin detonar. Fue el que, al parecer, recogió el niño del suelo. Los testigos aclaran que la explosión se produjo en el mismo momento en que el menor intentó prender la mecha. El estallido fue terrible y, enseguida, se vieron las graves consecuencias. De hecho, en el lugar de los hechos, quedó un gran reguero de sangre perteneciente a la víctima.
Los vecinos alertaron al Servicio de Emergencias 112 Andalucía. Sin embargo, debido a la gravedad de las heridas, fueron los propios familiares los que decidieron trasladar al pequeño hasta el Hospital Materno Infantil. Allí, los médicos optaron por amputar la mano izquierda, ya que fue imposible reconstruirla. El niño también presentaba quemaduras en el pecho, en la córnea y en los párpados, aunque ya se le está aplicando tratamiento oftalmológico y no se teme por que pierda la visión. El menor sigue ingresado, aunque ya se encuentra en planta. Su estado es estable.
El terrible accidente ha vuelto a poner en el disparadero el controvertido asunto del empleo de petardos. De hecho, la Asociación de Consumidores Facua ha exigido un mayor control y vigilancia para evitar que se vendan petardos a menores. En este sentido, el colectivo asegura que espera que la Junta y el Ayuntamiento de la capital jiennense investiguen en qué establecimiento fue vendido el material pirotécnico para que puedan ser depuradas las pertinentes responsabilidades civiles y penales si se lo suministraron directamente al menor o a otros niños de su edad. Del mismo modo, Facua solicita que se evalúe si el producto cumplía con sus obligaciones en materia de etiquetado, donde debe advertirse de la edad mínima a partir de la que puede ser adquirido y utilizado.
A partir de ahora, se está a la espera de que el magistrado del Juzgado de Instrucción número 2 de Jaén, que estaba de guardia cuando ocurrieron los hechos, reciba el correspondiente informe hospitalario con las lesiones. Suya será la decisión de ordenar o no la práctica de diligencias de investigación. De momento, las fuentes consultadas confirman que el juez todavía no ha recibido nada.