Soledad Aranda: “Tenemos que remangarnos”

La delegada de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural Repite al frente de una cartera que es el motor económico y social de la provincia y es consciente de que quedan muchas cosas por hacer jiennenses

17 oct 2022 / 17:23 H.
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LA ENTREVISTA

Empezó muy pequeña a trabajar en las tareas propias del campo, con dieciséis años se ganó su primer jornal y, hoy en día, es delegada territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural. Soledad Aranda Martínez (Villacarrillo 1978), es bióloga y repite al frente de una cartera con la que se siente cómoda y, a la vez, con una responsabilidad que pesa. Sus recetas para el desarrollo de un sector que es motor económico y social en Jaén las tiene claras.

—¿Se esperaba repetir en el segundo mandato?

—Esperaba que Juanma Moreno volviera a ser presidente, algo justo, Andalucía ha reconocido el trabajo hecho y sí esperaba ser presidente. Lo de repetir yo ni sí ni no. La verdad es que estaba a gusto en la Delegación, un área con la que me siento cómoda, un sector muy acogedor y que tiene una relación muy íntima con la Administración pública, lo que tiene sus cosas buenas y malas.

—¿Qué le parece el equipo de delegados de la Junta?

—La combinación perfecta, hay gente con mucha experiencia en la gestión, gente que viene del sector privado y muy importantes para la provincia, del ámbito político y, por lo tanto, en el conjunto hacemos un equipo compenetrado y bien dirigido.

—¿Qué balance puede hacer de su primera legislatura?

—La verdad es que, cuando llegué, lo hice con miedo, porque era poco conocida en el ámbito provincial y se esperaba mucho de mí. Yo vine a intentar poner esa sabia nueva e ideas diferentes a lo que hasta ahora existía en esta casa, por lo que mi balance después de cuatro años tengo que decir que es satisfactorio. Formar parte del Gobierno del cambio es histórico y para mí es un orgullo.

“La gente está cansada de escuchar y quiere que los políticos nos remanguemos, por lo que esa es mi hoja de ruta”

—¿Cuáles son sus prioridades para los próximos cuatro años?

—La pasada legislatura estuvo marcada por situaciones difíciles desde el punto de vista social, con una pandemia de la que aún tenemos secuelas y ahora afrontamos una etapa con dificultades, sobre todo en el sector agrario, que es el principal de la provincia, por lo que la responsabilidad es aún mayor. La gente está cansada de escuchar y quiere que los políticos nos remanguemos, por lo que esa es mi hoja de ruta.

—¿Cómo lleva ser delegada de Aguas en un momento especialmente difícil por la sequía?

—No es fácil, porque estamos en una situación en la que humanamente no podemos hacer que caiga agua del cielo y, además, nuestra cuenca es intracomunitaria, dependemos del Ministerio de Transición Ecológica a través de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, con lo que, aunque son muchos los guiños que desde la Junta hacemos para Jaén, necesitamos la colaboración estatal y nos estamos encontrando con serias dificultades. Somos el patito feo de los regantes de Andalucía, porque no tenemos las inversiones que hacen falta en infraestructuras.

—¿Qué puede hacer la Junta para amortiguar el golpe?

—No qué puede hacer, sino lo que estamos haciendo. Ahora con la aceituna colgada del árbol vemos los efectos, pero el problema lo arrastramos desde hace tiempo y, en este sentido, hemos aprobado dos secretos de sequía con medidas concretas para ayudar al sector agrario y ganadero y le hemos dado una vuelta a nuestro marco normativo con las medidas 21, 22 y 23. El esfuerzo que estamos haciendo en propiciar aguas regeneradas y nos gustaría que se pudieran destinar para riego, pero no depende de nosotros y eso es lo que reivindicamos. Hay otra cuestión importante: la doble tarifa eléctrica. Es verdad que hay medidas de bonificación para los hogares españoles con tres mil millones de euros por parte del Gobierno, pero no podemos ayudar con la energía en las casas y cobrarla en el campo, donde se pagan unos precios desorbitados en el coste energético que hace inviables los riegos. Nuestra hoja de ruta es bajar los impuestos en momentos de crisis para dejar el dinero en el bolsillo de la gente y propiciar la creación de empleo.

“No pierdo la esperanza de que llueva y que la aceituna que hay en el árbol engorde, pero es verdad que será una cosecha mala”

—Malas noticias con la sequía y con la cosecha de aceituna...

—En este caso me gustaría que el aforo no se cumpliese. Yo no pierdo la esperanza de que llueva y que la aceituna que hay en el árbol engorde, pero es verdad que será una cosecha mala, aunque no la peor de los últimos años. Esperamos que el precio siga en los mismos niveles para compensar, que tampoco es bueno que suba mucho para que no se caiga el mercado.

—Los agricultores perciben dos mensajes diferentes con respecto a la Política Agraria Común (PAC), uno del Gobierno y otro de la Junta. ¿Qué pasa?

—Yo soy muy práctica y ojalá nos equivoquemos, pero si no cambian las previsiones del Gobierno y en la próxima campaña se aplica el Plan Estratégico, habrá una merma que para el sector del olivar calculamos en sesenta millones de euros al año en Andalucía, de los que cuarenta pertenecen a Jaén.

—¿Por qué?

—Porque si yo hago una agrupación de regiones productivas de aquellas zonas que más valor tienen con las que menos y las suma en una, la convergencia me dice que de donde más hay pasa a donde menos hay. Jaén tiene un derecho de valor más alto, porque, como buen estudiante, ha hecho bien los deberes y tiene buenas notas. No podemos castigar al agricultor que se ha gastado el dinero que viene de Europa en modernizar sus explotaciones y que produce más precisamente por eso. El Gobierno central nos habla de la existencia de un plan específico para el olivar tradicional de 27 millones de euros, pero es para toda España y no especifica qué es olivar tradicional. Por último, en cuanto a ecoesquemas, nosotros no estamos pidiendo que nos apartemos de las directrices europeas, pero las condiciones que ponen no las tenemos claras, porque hablan de aplicar unas normas que en el olivar tradicional ya se cumplen. Lo que pedimos es que las prácticas medioambientalmente sostenibles se tengan en cuenta en el presupuesto sin tener que hacer algo adicional.

—¿Cómo va la ejecución de los proyectos de la ITI?

—Yo estoy contenta, porque nuestro compromiso se ve que es una realidad. Lo que pedíamos era convocatorias específicas para ser competitivos en infraestructuras y garantizar el relevo generacional y vamos muy bien.

—¿Qué políticas van encaminadas a Desarrollo Rural?

—Si nosotros fomentamos el sector primario y lo dotamos de riego, lo que conseguimos es que nuestros pueblos no se mueran y eso es, precisamente, desarrollo rural. Lo hacemos con medidas concretas en el PDR de este año y del próximo y con las ADR, que tienen calado en los territorios.

“Mi primer trabajo remunerado fue en el olivar con dieciséis años”

—Usted procede del mundo rural. ¿Ha recogido aceituna?

—Desde que era bien pequeña, con mi padre y mi madre, tenemos pocas olivas, pero nos juntábamos con otros familiares e íbamos al campo. Mi primer trabajo remunerado fue en el olivar con dieciséis años. Llevo pocos años sin ir a recoger aceituna, pero el campo me apasiona.

—¿Cómo le gustaría que la recordaran cuando tenga que dejar el cargo?

—Vengo de la Administración pública, fue durante siete años primera teniente de alcalde en Villacarrillo y me gustaría que me recordaran como me recuerdan en mi pueblo, donde me piden que vuelva, lo que me demuestra que he sido útil para la gente. Me siento orgullosa de haber escuchado en esta casa que nunca se nos puede olvidar que somos servidores públicos.

Jaén