“Solamente fue un simple intento”

La defensa dice que fue sexo consentido y la acusación insiste en fue violación

02 oct 2019 / 11:35 H.

Hubo un intento de consumo carnal, pero no se realizó, creo que no llegué a penetrarla”. Sergio R. M. declaró ante el tribunal que lo ocurrido la noche del 15 de octubre de 2017 fue consentido. El joven granadino, de 27 años, está acusado por el Ministerio Fiscal de intentar abusar sexualmente de una estudiante italiana e Erasmus, de 21 años, durante la Feria de San Lucas. La acusación particular, por otro lado, mantiene que fue una violación y que “atentó contra la libertad sexual de ella”.

El acusado relató en la Audiencia Provincial cómo conoció a la joven esa misma noche, en una de las casetas del ferial y bailaron juntos con “tocamientos”. Entonces los dos salieron del lugar y se dirigieron hacia un lugar apartado, detrás de unos servicios. Ahí se “enrollaron”. “Ella no expresaba palabra”, afirmó y, según su defensa, se “mostró participativa”. “Fue un simple intento, quizás chilló un poco porque tal vez le dolía”, concluyó y resaltó que no “fue a más” porque aparecieron los vigilantesde las casetas y sintió miedo, por lo que se apartó de ella.

La joven estudiante, que se encuentra en su país de origen, no acudió al juicio al haber declarado en su día por prueba preconstituida. Contó que esa noche bebió unas tres o cuatro copas, además de un par de chupitos en las casetas del ferial de la capital. También indicó que recuerda haber bailado con el acusado, pero no el momento en que se marcharon del lugar. “Recuerdo que gritaba porque no quería estar ahí y que le dije que me hacía daño”, dijo al relatar el momento en que sintió el dolor en sus genitales. La joven declaró que no recuerda haber querido mantener relaciones sexuales y que hasta entonces nunca las había tenido.

Los cuatro testigos fueron los vigilantes de las casetas que, a punto de marcharse tras su turno, vieron que su coche no arrancaba y regresaron a la zona de casetas en busca de unas pinzas. Los cuatro coincidieron en que en ese momento escucharon “gritos de auxilio” y fueron a ayudar. Subrayaron que “no eran gritos de placer o gemidos, ni mucho menos” y que, cuando se acercaron y preguntaron qué ocurría, el joven huyó y dejó a la chica ahí, llorando. “Si fuera consentido, no la habría dejado tirada o se habría escapado”, dijo uno de los vigilantes en el juicio. Otro de ellos describió que la joven estaba “como un trapo”, en estado de shock y sin pronunciar palabra, “solo lloraba”.

En la documentación presentada en el juicio se reflejó que los exámenes biológicos determinaron la presencia de líquido seminal previo a la eyaculación en la cavidad vaginal y anal aunque, según los forenses, no necesariamente tuvo que haber penetración, pero hay signos indirectos con una “alta probabilidad” de que sí hubo. No se vieron desgarros, lesiones ni sangrado que implicaran el uso de violencia. Además, los análisis químicos no detectaron otras sustancias aparte del alcohol ingerido, por lo que mostraba una “embriaguez moderada”. Aun así, la médico forense apuntó que no se descartó que hubiera presencia de otras sustancias que no fueran detectadas por sangre ni por orina.

Tras escuchar todas las declaraciones, no hubo modificación en las calificaciones de las partes. Así, Fiscalía mantiene la acusación por un delito de abuso sexual intentado, por lo que pide dos años de cárcel y una indemnización de 3.000 euros. La fiscal apuntó que “no se puede decir si hubo o no acceso carnal” y que, además, no se empleó fuerza ni intimidación. De todas formas, si el tribunal finalmente estimara que hubo delito de abuso sexual, el Ministerio Fiscal pide que se imponga la pena mínima de 4 años de cárcel.

La acusación particular, por su parte, insiste en que hubo una agresión sexual, que el acusado “atentó contra la libertad sexual en la modalidad de violación”, y se sustenta en las pruebas de los médicos forenses que llevan a “una probabilidad alta de penetración”. Por ello, reclama doce años de prisión —la pena máxima— y una indemnización de 100.000 euros por los daños morales y las secuelas.

La defensa del joven solicita la libre absolución y estima que todo fue consentido, así como que no hay pruebas de que el acusado actuara en contra de la voluntad de la mujer, ni que se llegara a consumar la relación carnal.

En un primer momento, la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Jaén ordenó prisión preventiva, comunicada y sin fianza para el joven como presunto autor de un delito de abusos sexuales. Sin embargo, al día siguiente la víctima declaró no acordarse de muchas cuestiones, por lo que quedó en libertad y pudo salir de prisión, eso sí, con cargos.

La sentencia del caso quedó vista para sentencia a la espera de la decisión final del tribunal.