“Si no retrocedo me clava la horca, me liquida allí mismo”

María —es un nombre figurado— asegura estar viva “de milagro”. Esta vecina de la capital dice que su exmarido intentó matarla en la tarde del 1 de septiembre de 2015. En concreto, acusa a José Luis L. M., de 60 años, de tratar de atravesarla con una horca de cinco puntas. “Si no retrocedo, me la clava, me liquida allí mismo”, explicó al tribunal, entre lágrimas y protegida por un biombo para no ver la cara de su antigua pareja. Justo detrás de ella, el hombre escuchaba su relato, mientras negaba con la cabeza una y otra vez.

María aclaró que el ataque con la horca fue el último y el más grave de una larga lista de episodios de malos tratos. “Siempre ha sido un violento, nunca cambió. Todo lo contrario. Conmigo y con sus hijas fue a peor”, explicó la mujer. De hecho, José Luis L. M. fue condenado en 2006 por un delito de malos tratos. Lo que ocurrió el día de autos es que la mujer llegó a las instalaciones del negocio familiar, ubicado en una nave del Cerro de Las Canteras. Iba acompañada de otro trabajador. “Fuimos a recoger varios enseres para pintar. Cuando me vio aparecer, empezó a insultarme y a amenazarme. Después, cogió una horca y vino corriendo a por mí”, explicó. Según la versión de la mujer, pudo esquivar el ataque en un primer momento, aunque, posteriormente, José Luis L. M. llegó a alcanzarla en el vientre, sin llegar a clavarle las puntas. “Alguien desde el cielo se puso por medio aquel día y me salvó la vida. Fue un milagro”, concluyó la mujer.

Antes que ella fue interrogado el acusado. “No sé por qué estoy aquí”, le dijo a la presidenta del tribunal cuando le leyó sus derechos. “No recuerdo nada” o “esas no son palabras mías” fueron sus respuestas más comunes. José Luis L. M. relató al tribunal que sufrió un accidente de tráfico en abril. Tras recibir un fuerte golpe en la cabeza, quedó en coma y, al despertar, tenía problemas de memoria. Cuando le preguntaron por los hechos, contestó que ni tan siquiera sabía lo que es una horca. Hubo que enseñársela, pero no la reconoció como suya. Tampoco se acordaba de haber insultado a su exmujer ni de haberla amenazado de muerte en presencia de la Policía. “En mi vida, solo he hecho cosas buenas”, reflexionó cuando el abogado de la acusación particular le preguntó si sabía distinguir entre el bien y el mal.

La defensa de José Luis L. M., que lleva en prisión preventiva desde el día de autos, siempre ha sostenido que su cliente es “inimputable”, es decir, que no tendría que haberse sentado en el banquillo de los acusados como consecuencia de sus graves problemas psicológicos. Además, también cuestiona que el ataque con la horca llegara a producirse en los términos en los que describe la denunciante. Se basa en el informe del médico que atendió a la mujer en Urgencias y que no apreció lesión alguna en el abdomen. El juicio quedó visto para sentencia.