“Si dudara de mis empleados, tendría que cerrar la puerta”

José Castillo acusa a JeC de estar “manchando” el nombre de su empresa

27 oct 2017 / 10:44 H.

A José Castillo no le gusta figurar. El dueño de la empresa que, desde 1961, gestiona el transporte público urbano en la capital es esquivo con los periodistas incluso cuando el equipo de Gobierno local programa una convocatoria para presentar un nuevo autobús. Su opción siempre ha sido el silencio. Sin embargo, la presión social, sindical y mediática que soporta a raíz de la Comisión Extraordinaria de Transparencia y Control de Concesionarias es tal, que, en la encrucijada y con Jaén en Común (JeC) en el cogote, recogiendo quejas de los usuarios del servicio, ha decidido salir momentáneamente de la sombra para asegurar que no duda de sus empleados. “Si desconfiara de ellos, tendría que cerrar la puerta de la cochera”, dice, si bien no niega que los tornos, cuya eliminación ya está aprobada, son un elemento de control “de los viajeros y del personal”.

“No me aparto. Como empresa privada que soy, debo tener mis números muy claros. Pero no he dicho que a mí me estén robando los trabajadores”, remarca Castillo, que, el miércoles, se reunió por la tarde con el comité de empresa para recalcárselo. El empresario no estuvo en la comisión extraordinaria del lunes. Acudió su hijo, tercera generación de esta empresa familiar. Pero, a partir de los relatos de “políticos y no políticos”, explica: “Matilde Cruz (PSOE) empezó a apretarle sobre los tornos y mi hijo le contestó: ‘Mi padre no es partidario de quitarlos porque sirven para el control de viajeros y personal. Le dijo concretamente que hemos echado a un tío por robar”. Ha sido “recientemente”, y, en 56 años, precisa que es “el segundo” empleado al que ha tenido que echar “a la calle” por “pillarlo in fraganti”, robando. “Han sido dos, pero los políticos invierten las tornas a la prensa”, censura el empresario, que insiste: “No puedo hablar mal de mis empleados porque colaboran todo lo que pueden”.

homologación. Convencido de que, “como el torno, no hay nada” para controlar, conjuntamente, a viajeros y empleados, el empresario admite que, en lo que va de año, los autobuses pasan la inspección técnica sin estos sistemas, que la concesionaria incorpora después. Según Veiasa, no cumplen la normativa, pero Castillo no entiende que se le diga ahora, cuando durante 56 años pasaron las ITV con ellos. Como advierte el edil de Personal, Miguel Contreras, esto no significa que los tornos no estén homologados y, de hecho, lo que el Ayuntamiento ha pedido a la empresa es que acredite su homologación. Pero Castillo confiesa: “Documentación de los tornos no tengo”. “Ayer llamé a una casa de tornos y me ha dicho que, por supuesto, están homologados, aunque en los autobuses no supo contestarme”. Y añade: “Estoy en quitarlos. Llevo un año en pruebas, pero no voy a meterme en unos laboratorios, que costaría un pastón para dos meses”.

Como publicó ayer este periódico, hasta ahora, se han probado dos sistemas de control alternativos: un láser horizontal que estaría a la altura del torno y la instalación de una cámara arriba, para contar cabezas”. “Estamos en pruebas todos los días y me han dicho que, para la semana que viene, tenemos que ir viendo resultados”, indica el empresario, deseoso “de que esto se solucione”. “Posiblemente, para primeros de año”.

Sin embargo, con el negocio “saltando a la tercera generación”, la campaña de JeC está haciendo mella. “Están manchando la empresa”, sentencia Castillo, que niega que no se respete la limitación de pasajeros en los autobuses, defiende que “los conductores están avisados para dar hojas de reclamaciones”, los vehículos se limpian “todas las noches” y, en cuanto se avería el aire acondicionado, el coche va al taller. El comité de empresa, por su parte, insta al grupo municipal a “parar” ya una campaña que considera que también los desacredita a ellos.