Seis meses de cárcel por fingir ser psicólogo

Manuel F. R. emitió informes judiciales durante tres años

26 may 2016 / 13:00 H.

Manuel F. R. engañó a todos durante más de dos años. Entre 2011 y 2013, este cordobés sin oficio conocido se hizo pasar por psicólogo e hizo informes periciales para el Instituto de Medicina Legal de Jaén que sirvieron como prueba en casi medio centenar de procedimientos judiciales. Ayer, Manuel F. R. aceptó una condena de seis meses de cárcel. Admitió ante la magistrada Valle Elena Gómez, del Penal número 1, ser autor de un delito de intrusismo. No fue necesario celebrar el juicio. El falso psicólogo decidió apechugar con los hechos para que el castigo se le redujera todo lo posible —inicialmente, la Fiscalía y la Junta pedían una condena de once meses de cárcel—. Y es que Manuel F. R. tenía poco margen de maniobra para defenderse. Firmó como psicólogo 48 informes periciales que fueron aportados en otras tantas causas judiciales, casi todas relacionadas con víctimas de violencia sobre la mujer. Posteriormente, ratificaba esos documentos ante los juzgados de la provincia que se los habían encargado y ante los que se presentaba como psicólogo e, incluso, como doctor en Psicología.

Fue un juez de Jaén el que detectó, en febrero de 2014, que Manuel F. R. carecía de la titulación necesaria. Después de ponerlo en conocimiento de la Fiscalía, se abrió un proceso judicial contra este hombre de 54 años que acaba de terminar con una condena de seis meses de cárcel por un delito de intrusismo.

La pregunta que surge es cómo pudo colarse este falso profesional en el engranaje de la Administración de Justicia. Por aquel entonces, el Instituto de Medicina Legal, el órgano que elabora esos informes judiciales, estaba desbordado. Así que la Junta tuvo que contratar a una empresa externa para cubrir el servicio. Manuel F. R. trabajaba para esa sociedad y, pese a su ausencia de titulación, pasó los filtros. Todas las causas judiciales en las que este falso psicólogo intervino como perito tuvieron que ser revisadas. Muchas quedaron en papel mojado, pues fueron impugnadas por alguna de las partes y hubo que repetir los procedimientos.