Se jubila Diego Soto Marchal, el hombro de todos los alcaldes: ¿Quieren saber quién es?

Después de 42 años al servicio de la capital, cierra las páginas de su libro laboral con la satisfacción del deber cumplido

22 mar 2024 / 17:43 H.
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El lunes todo será distinto en el Ayuntamiento de Jaén. Entre los despachos en los que se toman las grandes y pequeñas decisiones ya no estará una persona insustituible. Se trata de Diego Soto Marchal, un trabajador municipal con más de cuatro décadas de trayectoria que rompe los moldes del prototipo desfasado de funcionario. El hombro en el que lloraron todos los alcaldes desde la restauración de la democracia cierra hoy las páginas de su libro laboral con la satisfacción del deber cumplido y con una legión de amigos de todos los colores políticos.

Aprobó las oposiciones para entrar en el edificio de la Plaza de Santa María en 1982. Era alcalde el socialista Emilio Arroyo y se estrenó Pilar Palazón como primera mujer concejala, un contexto propicio para el aprendiz de una profesión en la que, con el inexorable paso del tiempo, puede presumir de haber tocado prácticamente todos los palos. Cultura y Festejos fue su primer destino, después recaló en Deportes e, incluso, hubo un tiempo en el que se mezclaron las dos áreas que obligaron a Diego Soto, con capacidad sobrada para escribir hasta con los pies, a organizar todas las actividades deportivas y festivas de una ciudad como Jaén.

Jefe del antiguo Negociado de Deportes, le tocó arrancar la maquinaria del Patronato Municipal en unos comienzos complicados y, a la vez, apasionantes. Más de veinte carreras de San Antón tiene en su haber profesional, un testigo directo de la organización de uno de los mayores acontecimientos de la capital que empezó con José Montané de forma modesta y se convirtió en toda una revolución social. El siguiente destino fue la Alcaldía, donde se convirtió en un experto en Protocolo que será misión imposible superar.

Todos los dirigentes municipales confiaron en Diego Soto desde el primer día hasta el último. Nunca hubo una voz discordante, porque lo que dice este funcionario de carrera y de corazón suele ir a misa, salvo la excepción que confirma la regla, que seguramente ni siquiera la habrá. Cierto es que como ciudadano de a pie tendrá su ideario político y su posicionamiento personal acerca del mundo que le rodea, pero su talento hizo que se adaptara siempre a las circunstancias del momento político con la altura de miras de todo un profesional. Controlar los nervios, necesarios para que la rueda marche, a través de una exhaustiva planificación fue y es el lema de Diego Soto, un pronosticador de los fallos que supo parar a tiempo y, cuando no hubo manera, los asumió en ese proceso de aprendizaje natural de vida misma. “Los funcionarios tenemos que trabajar con quien gobierne, porque conseguimos la plaza en unas oposiciones libres y esa es nuestra obligación”, dijo en una entrevista en el programa “A Golpe de Recuerdo”. Pudo jubilarse en octubre, pero esperó a que floreciera la primavera para dejar que el aire fresco entre al Ayuntamiento. Su aroma perdurará.

Un sonoro aplauso de despedida

Agustín González, alcalde de Jaén, no quiso empezar el pleno sin dedicar unas palabras a Diego Soto. “Un funcionario de la casa que, después de 42 años, se despide hoy por una buena causa, se nos jubila en contra de la voluntad de muchos. Diego, eres un pilar. Nosotros estamos aquí y todos pasamos, pero son los funcionarios como tú, con la profesionalidad y la excelencia que se consigue con una actitud que ha sido tu forma de ser durante estos 42 años. Muchas gracias por todo y a disfrutar, eres envidia de muchos”.

Jaén