Se intensifica el consumo de aceite y baja su valor

Los hogares amplían hasta un 2,3% la compra del zumo, aunque la facturación continúa en descenso

30 sep 2019 / 11:40 H.

El consumo doméstico de aceite se incrementó hasta un 2,3% el año pasado. Así lo expone el último Informe de Consumo Alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que indica que el volumen más alto de compra fue en el mes de enero (en torno a los 50.000,00 litros). Sin embargo, a pesar de este significativo aumento en el volumen de ventas, el balance de la facturación del aceite fue negativo, con un descenso del 1,5% con respecto a 2017 y que encuentra su principal causa en la contracción que sufren los precios del oro líquido.

Asimismo, este mismo informe no plantea unos buenos resultados si se analizan los datos con una perspectiva más a largo plazo. De hecho, se aprecia un descenso continuado en el volumen de compra de aceite desde el año 2010. Eso sí, esta “mala racha” se ve interrumpida en 2018 con el citado repunte del 2,3% y, según apuntan las cifras registradas por el Ministerio durante los primeros cinco meses del año, parece que este año se volverá a tener un balance positivo respecto al volumen de ventas. En concreto, de enero a mayo de este año la cantidad de aceite vendida ha superado todos los meses la alcanzada durante 2018, siendo, por ahora, enero el mes que volvió a presentar un mayor porcentaje de evolución (1,4% más).

La cara negativa a estos buenos datos la pone, en este caso, la facturación conseguida por la venta de aceite en España. En comparación con 2017, el año pasado no solo sufrió una bajada del 1,5% del valor del aceite, sino que también se redujo el gasto per capita (-1,9%) y el precio medio del mismo (-3,7%). Los canales de venta en los que más descendió el precio medio fue en los hipermercados (-5,5%, llegando a los 3,17 euros el litro) o en los supermercados y autoservicios (-4,4%, con 2,76 euros el litro). En lo que respecta a los primeros cincos meses de este año, la evolución del valor del aceite de oliva, en este caso particular, parece tener la misma tendencia: continúa negativa. De hecho, desde enero se observa un descenso paulatino en la variación que se registra en comparación con 2018. Mientras que el año empezó con una pérdida de valor del 5,7%, en febrero se pasó al -8,2%; en marzo, -9,8%; en abril, -12,6%, y en mayo la reducción llegó al 13,6%. A la espera de los datos obtenidos este verano, todo apunta a que la facturación seguirá siendo negativa, pues los precios del aceite de oliva no llegan a superar el umbral de rentabilidad.