Se hizo pasar por su vecino para adquirir dos teléfonos móviles

Agentes adscritos a la Brigada Local de Policía Judicial de la Comisaría de Linares detuvieron a un hombre que, presuntamente, contrató dos líneas telefónicas haciéndose pasar por su vecino. Supuestamente, sustrajo la correspondencia de la víctima para hacerse con sus datos de identificación y bancarios. Tras ello, dio de alta dos líneas de teléfono y contrató la adquisición de dos teléfonos de alta gama valorados, cada uno, en más de 2.000 euros.

Las investigaciones se iniciaron a raíz de una denuncia interpuesta en Comisaría por parte de la víctima, quien manifestaba que se había percatado que en la cuenta de ahorros de su entidad bancaria se había realizado un cargo mediante domiciliación bancaria por un importe de 441,87 euros, emitido por una compañía telefónica.

Si bien la víctima era cliente de esa compañía, se extrañó al comprobar el recibo tan elevado, por lo que se puso en contacto con la empresa con el fin de pedirle explicaciones del importe y el concepto del mismo, siendo informado que dicho importe correspondía a la contratación de dos nuevas líneas telefónicas, así como dos terminales de teléfono asociados a las mismas. Según la empresa, tanto las nuevas tarjetas como los terminales les fueron entregados el pasado 23 de marzo en su domicilio, enviándole copia del contrato y una grabación de voz de la operación. La víctima, por supuesto, no reconoció ni el documento ni la voz que había sido grabada.

Los investigadores analizaron la documentación y grabación de voz aportadas por la víctima, consultando en diversas bases de datos policiales con el fin de obtener la titularidad del número de teléfono utilizado para la realización de la contratación, correspondiendo a una mujer, vecina de Linares, que tenía contratadas hasta nueve líneas telefónicas. Una vez identificada, los agentes la requirieron para que informara sobre el número concreto con el que se cerró la contratación denunciada.

Sin embargo, la mujer desconocía tal número de teléfono, así como que ella había contratado las nueve líneas, pues solo le constaban cuatro; la suya, la de su marido y dos de sus hijas. Los agentes continuaron con el estudio y consulta de diferentes bases de datos y descubrieron que el número en cuestión pertenecía al hijo de la mujer y que esta no recordaba. Una vez identificado, los investigadores le interrogaron con el fin de que diera explicaciones acerca de los hechos acontecidos.

El arrestado reconoció a los investigadores la autoría de los hechos, manifestando que días atrás, cuando bajaba de casa de su madre, vio una carta de su vecino en el suelo, siendo esta de una compañía telefónica, la recogió y se fue a su vivienda, la abrió y con los datos de la factura contactó con la empresa desde su teléfono particular haciéndose pasar por su vecino con el fin de obtener los dos terminales telefónicos de alta gama que tres días más tarde le fueron entregados, no dudando en decirle al repartidor cuando preguntó por la víctima, que él era su hermano.

Al ser preguntado por lo que había hecho con los terminales, manifestó a los agentes que debido a una serie de deudas que tenía, uno de ellos lo vendió a una persona por 250 euros y el otro se le rompió al caerse por las escaleras de su edificio quedando inservible.