Rumba catalana: Jaén pone estribillo a las ocho estrofas andaluzas de Barcelona

Alegato de Juan Espejo sobre raíces, diversidad y la convivencia en la presentación de Crónicas de Jaén VII en la Casa de Andalucía de Barcelona

24 ene 2024 / 16:30 H.
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Peret defendió en Eurovisión, en 1975, Canta y sé feliz, pero ya era el rey. Los Manolos, con más campanas en los pantalones que la torre de una catedral, soberbios, cantaron en aquella gran Olimpiada de Barcelona 92 Amigos para siempre y saltaron catapultados al estrellato. Entre medias se puede escribir buena parte de la epopeya de la rumba catalana, música de raíces, de mestizajes antes y ahora, a la que le importa un bledo su origen, si español o catalán. Empeño estéril que en otros ámbitos puede resultar perverso. Del mensaje optimista de Peret a la oda desenfadada de Los Manolos. Ahí puede condensarse el mensaje de quienes transterrados por los avatares de sus vidas creen firmemente que es posible vivir y convivir, enriquecerse, no necesariamente con dinero, mezclando raíces, origen y destino.

Seguramente eso pensó el director de Diario JAÉN, Juan Espejo, cuando decidió presentar también su libro compilatorio Crónicas de Jaén VII en la Casa de Andalucía de Barcelona. Esta vez la empresa requería de un tren, el que no tiene Jaén, que va sobre sus raíles a una media de 250 kilómetros por hora. El salón de actos de la Casa de Andalucía abarrotado de jiennenses-catalanes o viceversa, de las ocho provincias originarias, además de catalanes de “padre y madre” con sus dos apellidos inconfundibles. Oliver, Ramón: “Estoy enamorado de Andalucía”. Barahona, Hilario: “Mi mujer es de Tocón —paisana y amiga del autor— y tanto yo me acoplé a su forma de vida y cultura como ella a la mía. Eso es lo que funciona”. Entre ellos, la anfitriona, Paquita Marín, sevillana de origen, presidenta de la Casa de Andalucía, casada con un linarense, Rafael Lombardo, también su vicepresidente. Esta fue su declaración de intenciones: “Nuestra entidad hace cultura, hace gastronomía, huele a todo lo que huela Andalucía”. Su confesión de multiculturalidad: “Soy andaluza, lo digo por todas partes, y estoy muy orgullosa de vivir a Cataluña. Voy a Andalucía siempre que puedo”. Se congratuló del 55 aniversario de la fundación de la Casa que preside, de su junta directiva “consolidada”, aunque, como en cualquier familia, “hemos pasado de todo, pero estamos orgullos de representar lo que representamos”. Y una determinación: “Queremos seguir trabajando por nuestra cultura, pero queremos fusionarla con otras y lo estamos consiguiendo; estoy orgullosa de lo que hago y si tuviese que empezar lo haría otra vez”.

Volvía Diario JAÉN tras 17 años desde su primera visita. Entonces se inauguró una exposición conmemorativa del periódico por su 75 aniversario. Y en su sede, la que precedió a la actual, sonó la voz inconfundible de Paco Ibáñez cantando Andaluces de Jaén. Así lo recordaba Paquita: “Fue un exitazo de público; el recuerdo más bonito para mí es que mi nieto había nacido pocos días antes y tengo una foto de él con Paco Ibáñez, cuyas manos hacían más bulto que mi nieto. Esa felicidad se la debemos a Juan Espejo, que después de 17 años ha querido venir aquí a presentar su libro”. En reconocimiento le entregó un pergamino conmemorativo del acto y le impuso la insignia de la entidad.

<i>El salón de actos de la Casa de Andalucía, repleto de asistentes a la presentación.</i>
El salón de actos de la Casa de Andalucía, repleto de asistentes a la presentación.

Por ahí comenzó el autor. Recordando el evento del año 2007 y la intervención de Paco Ibáñez. “He hablado con él esta mañana y no puede venir porque está griposo, me encarga que os de un fuerte abrazo y sus saludos”, le dijo a Paquita Marín. Espejo no contemplaba extenderse con su libro, porque en el fondo es una “excusa para encontrarnos y mostrarnos los afectos”. Aseguró a renglón seguido que cree en ese mundo, el de los afectos, “en la sensibilidad”, y mostró su contento por la aventura iniciada con Eleuterio Muñoz, presidente de DIARIO JAÉN, S. A. presente en el acto, en 2013. “Hemos forjado una alianza que nos lleva a contar historias” porque entiende que “el periodismo es comunicación”, pero no tiene por qué “ser lejano, frío y neutro”. ¿Qué defiende Espejo?: “Contar historias con nombres y apellidos de gente extraordinaria y sencilla, de gente que vive a solas en una ladea o en un barrio de una gran ciudad, pero que hace de su vida dignidad y dignidad, la que veo aquí en vosotros”.

En eso derivó una pregunta de su presentadora, Dolores Fernández, acerca de las declaraciones de Gabriel Rufián, el dirigente de Esquerra. La pregunta: Apoyando al débil no te equivocas, le ha respondido a Rufián sobre el término charnego... Y la respuesta sobre la frase en la que el político catalán dijo sentirse orgulloso de que sus abuelos hubieran huido desde Jaén y Granada a Cataluña y de estar orgulloso de ser charnego se puede resumir en estas frases del autor. “Salieron por lo que salieron, o porque todas las inversiones fueron para el norte y no tuvieron las mismas oportunidades que otras comunidades del norte”. O “en La Bobadilla (Alcaudete) viven muchos dignamente y orgullosos de llevar el apellido Rufíán, y lo llevan con una gallardía que él no tiene”.

Juan Espejo agradeció la acogida de los andaluces en Barcelona, de los jiennenses presentes, de sus primas y primos de Tocón, de sus hijas Carmen y Rosa María, de su pequeña nieta Carla. Les recordó la matriz recibida de sus padres, Miguel, ya fallecido, y Cipriana: “Allí donde estés tiende siempre la mano, colabora y trabaja”. También el apoyo de la Caja Rural de Jaén en la edición de sus libros y la presencia de su representante, Raúl Medina. Respaldó también el acto la delegada de la Junta de Andalucía en Barcelona, Esperanza García. “Sois los cronistas del pasado y del presente y en la actualidad el primer periódico en la provincia. Felicitaciones. Andalucía tiene un potencial periodístico impresionante”, le dijo a Espejo. Y cantó para cerrar el acto la artista catalana María Muñoz un Andaluces de Jaén con sabor a bolero. ¿Quién dijo que estos anhelos no son posibles?

<i>Francisco Javier Márquez Sánchez, senador del PP por Jaén y exalcalde de la capital</i>
Francisco Javier Márquez Sánchez, senador del PP por Jaén y exalcalde de la capital

“Me ha dado tortas y me ha elogiado; no es vaselina, con eso se gana mi respeto ”

El exalcalde de Jaén asegura que hay circunstancias que propician “extrañas” relaciones entre el político y el periodista o viceversa. Y lo explica: “Agradezco la gentileza de invitarme a este acto de hoy, especial para mí, porque Juan me presentó en Sevilla cuando yo era vicepresidente de la Red de Ciudades Españolas por el Clima que presidía Juan Espadas (PSOE), quien tuvo la gentileza también de acompañarme”, precisó. Añadió otro. “Quiero agradecer que hayan venido a este acto especialmente hoy. Como bien se ha dicho aquí, hubo declaraciones fuera de tono de un político —por Gabriel Rufián— y Juan lo abordó en su última crónica, para que luego diga que no las leo —risas entre el público—; sin embargo, este acto muestra todo lo contrario. Las personas, por motivos diferentes, a veces, nos vamos del lugar donde hemos nacido, no queremos perder nuestros orígenes y sabemos que las cosas tienen que sumar, no restar ni dividir”, argumentaba el senador. “Es importante conservar el apego de donde se viene, pero también conjugarlo donde se está”, precisaba a continuación. El ejemplo, la Casa de Andalucía en Barcelona, “que como el resto de entidades en España, procura juntar sensibilidades”. Para Márquez, “es lo que tendría que hacer la política, que como también se ha dicho aquí, es el arte de hacer posible lo imposible, aunque últimamente se dedica a hacer imposible lo posible”, sentenciaba. Se detuvo igualmente en ponderar la actividad de Diario JAÉN, porque si se valora “que el fenómeno de Mercadona se estudia en universidades, a Diario JAÉN habría que estudiarlo también: 83 años en pie, en una provincia media y bien posicionado, que no ha perdido sus costumbres, y sigue con su filosofía editorial firme”. En estos tiempos de digitalización, “aparecen periodistas y pseudoperiodistas, medios y pseudomedios, competencia en definitiva, y este medio está muy asentado”, valoraba. La clave la puso en personas que han apostado por el medio, “como Eleuterio (Muñoz), su presidente”, sus “grandes trabajadores” y un director “que es el Cholo Simeone del periódico”, precisaba también. “Juan tiene experiencia cuando hace la crítica, a mí me ha dado tortas y me ha elogiado; con eso se ha ganado mi respeto y no es vaselina. Mantiene su filosofía aunque tenga que pivotar sobre sus ejes y de eso tienen mucho también sus crónicas. Conoce la provincia al dedillo y esa es su fuerza y la de su medio. Os invito a leerlas y saborearlas”, concluía Márquez ante un concurrido público.

<i>María José González Rosúa, licenciada en Historia del Arte y funcionaria de la Generalitat</i>
María José González Rosúa, licenciada en Historia del Arte y funcionaria de la Generalitat

“Juan consigue lo que se propone y no es tan serio como puede parecer”

Sus padres nacieron en Tocón, allí se casaron y, como muchos, marcharon a Barcelona en busca de trabajo. Sus hijos, sin embargo, nacieron todos en el pequeño pueblo granadino. Su madre, sola en la gran ciudad y con el marido trabajando todo el día, bajaba al pueblo a dar a luz en compañía de los suyos. Es María José González Rosúa, que se define como “amiga de Juan de toda la vida”. Del que dice que es “menos serio de lo que parece”. Licenciada en Historia del Arte y funcionaria de la Conselleria d’Educació de la Generalitat, está casada con un empresario catalán, Hilario Barahona Subirats. El relato de amistad de María José pretendía descubrir otras facetas de la personalidad de Juan Espejo, de sus determinaciones, y de una vertiente, también, “lúdico-festiva”, dijo entre risas. Pero lo que descubrió fue el encuentro de dos mundos, un descubrimiento que permitía a los niños y niñas toconeros soñar con otro, lejano, en la urbe metropolitana. Y, a la vez, a los que llegaban cada mes de agosto a Tocón, sumergirse y divertirse en sus raíces. “Las vacaciones eran impresionantes, desde primeros de agosto”, afirmaba María José mientras Juan asentía. Y en verano celebraban las fiestas locales: “Salíamos a la calle a pasarlo bien, había columpios, barcas, norias, eran veranos maravillosos”. Detalla que hacían carnaval en pleno verano, con carrozas. Y recuerda que Juan se vestía de vaquero con sus amigos y otros de indios. “Me acuerdo de verlo con su sombrero y su cinta al cuello, pero lo mejor fue cuando quisieron ser Los Beatles. Montaron la carroza y las amigas les ayudamos a vestirse con sus trajes negros y sus corbatas. Luego hacían el recorrido y tocaban en playback como si fueran los músicos; la gente flipaba al ver a los cuatro amigos porque estuvieron geniales”, rememora. Pasaron los años. “Juan se hizo más mayor, con 18 años más o menos, todo lo que quería lo conseguía, por eso ha llegado donde está; era muy insistente”, relataba entre sonrisas de su amigo. Como muestra un botón: “Quería conducir el coche de su padre, se lo pidió tan jovencito y al final lo convenció. Fuimos al pueblo de al lado a divertirnos, cosas de chicos y de aquellos tiempos, que no olvidamos”. Insiste María José: “Yo en Barcelona salía a la calle, pero sin moverme de mi portería; en Tocón teníamos todo el pueblo y campábamos en libertad con gente acogedora”. Con los años, las visitas casi desaparecieron, hasta 2004, con el Reencuentro de hijos de Tocón, que organizó Juan, recuerda. Lo mismo que sus viajes para seguir formándose en la Universidad Popeu i Fabra u otros con Apache, sus amigos, que actuaban en Luz de Gas. “Siempre lo pasábamos genial”. No uno, descubrieron dos mundos.

<i>Lola Fernández Estévez, escritora y filósofa</i>
Lola Fernández Estévez, escritora y filósofa

“Las crónicas de Espejo huelen a aceite, a olivos, a campos, a minas...”

Dató al autor, nacido el 20 de septiembre de 1963 en Tocón, pequeño municipio de Granada, al que definió como periodista de largo recorrido y polifacético, por sus iniciativas periodísticas, además de sus 27 años como director de Diario JAÉN, sus corresponsalías en revistas y en TVE, sus consultorías de medios de comunicación en Suramérica y su compromiso y apoyo a organizaciones no gubernamentales en misiones por varios continentes. Se llama Dolores Fernández Estévez, es escritora y filósofa, cordobesa afincada en Cataluña, y acudió al acto con la encomienda de presentar a Juan Espejo y glosar su obra.

“Nuestro invitado ha sido reconocido con galardones provinciales, regionales y nacionales; es el periodista que lleva más tiempo al frente de una sección fija semanal en un periódico y ha contribuido a situar a Diario JAÉN como un medio independiente lejos de intereses de los grandes grupos”, quiso destacar del autor de las crónicas que compila el libro entre 1992 y 2023. “Nuestro autor es espejo de la sociedad que le rodea”, apuntaba en su introducción, para destacar que “en ese espacio valiosísimo que es la respuesta individual” a coyunturas y realidades, sus crónicas son “palabra de libertad, de entusiasmo, de mejora y por la prosperidad, que tanta falta hace”. Tras citar algunas frases textuales y de obligado contexto —”A los ricos les gusta le aceite”, o “El trabajo dignifica, pero lo cierto es que escasea para los mismo de siempre”, entre otras—, aseguraba que las crónicas de Espejo “huelen a aceite, a olivos, a campos, a pipirrana, a minas, a paparajotes, a cultura, a tierra de soles”. Un análisis periodístico, añadía, “a lo Benito Pérez Galdós”, que denota “un gran conocimiento de la vida de Jaén, del saber andaluz”, que remueve “conciencias y alienta la autoestima, sin dejar la crítica del sujeto moral, estimulando al bien común de sus paisanos, dispuesto también a señalar los fallos del sistema”. Después, pidió permiso al autor para preguntar, y lanzó la primera sin esperarlo. Espejo aceptó el envite, claro.

—¿Qué es para ti Jaén?

—Jaén son cuatro palabras, las mismas del nombre del periódico. Es la tierra que me ha acogido, el viejo Santo Reino, tierra de frontera y encrucijada de caminos que nunca tuvo la buena mirada que se posaba sobre otras de la Meseta para arriba. Ahora, de la mano de la autoestima nos estamos y nos están descubriendo. Con el turismo de interior se está focalizando una realidad mucho mayor de futuro. Se da en ella una circunstancia poco habitual: sólo el 17% de su población vive en la capital, el resto lo hace en pueblos y aldeas, aunque tiene ciudades grandes como Linares —hace pausa y saluda a linarenses presentes—, y esa distribución de la población nos lleva a una realidad transversal en la provincia, multicultural, de comarcas diversas, desde El Condado, a la Sierra Sur, Sierra de Segura, La Loma o la Sierra de Andújar...”.

—¿Es la provincia de Jaén una tierra olvidada por el Reino de España? (¡Esa es fácil!, dicen desde el público)

—Completamente olvidada, lo he apuntado antes. Es la tierra con menos inversiones, secularmente, y da igual el color del gobierno, tanto en la comunidad como en el Estado. ¿Saben lo de la cobra? Granada tiene AVE, que va de Córdoba a Málaga y Antequera para llegar a la capital vecina, sin pasar por Jaén. Ironía trágica o el mayor esperpento, por llamarlo de alguna manera. Y es un ejemplo de tantos otros.

—La ciudadanía económica, política y la del mundo son los tres tipos de derechos de una ciudadanía plena. Después de Almería, Jaén, con una renta de 9.l59 euros anuales, es la segunda más pobre del país, 1 de cada 4 jiennenses vive en la pobreza, según el último informe de Cáritas. ¿Qué le han hecho a Andalucía, qué le han hecho a Jaén?

—Almería va ahora como un tiro, cuando en los años 70 estaba por detrás de Jaén. En el periódico nos preguntábamos el por qué ellos sí y nosotros no. Hay un hecho evidente, los productos hortofrutícolas de Almería están en los supermercados de Centroeuropa cada mañana. Y en Jaén somos los mayores productores de aceite de oliva del mundo, pero buena parte lo envasan los italianos y se quedan con la plusvalía. Indagamos e indagamos y en unas jornadas con la Cámara de Comercio de Almería le preguntamos a su presidente. Y nos lo dijo muy claro. Aparte de trabajar e invertir, Almería está donde está “porque pasamos hambre y ustedes con los olivos siempre han tenido aceite y pan para comer; nosotros hemos tenido que buscarnos la vida para no pasar hambre”. Esto nos dijo, textual.

—Citas la autoestima, no te cansas de alentar a tus paisanos, me recuerda a Blas Infante... ¿Qué le pasa a la autoestima de un pueblo cuando se le abandona políticamente?

—Estamos convencidos de que escalar más cotas de desarrollo tiene que venir de la autoestima. Somos la primera productora de aceite, tenemos el mayor bosque del mundo creado por el hombre con el olivar y la mayor superficie de Europa en parques naturales. Somos cabecera de cuenca con el Guadalquivir, el Renacimiento andaluz... Si no hay autoestima no hay crecimiento y llegará, pese a la partitocracia imperante y que estemos fuera de las rutas oficiales. Yo defiendo la política y a los políticos y esto no excluye las críticas. El futuro es bueno, pero con esquinas y tropezones.

Jaén