Rozalén amadrina la promesa de amor de un jiennense y una costarriqueña

El joven le pide matrimonio a su novia en el Festival de Lavanda, en el municipio de Brihuega

03 ago 2024 / 17:32 H.
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Nunca es fácil una pedida de mano. Los nervios solo pueden ser borrados por el valor; ese paso adelante, esa rodilla al suelo, como muestra de rendición ante lo evidente: no hay otra igual, ni la habrá. Preparar el momento perfecto nunca es fácil y siempre depende de los gustos e inquietudes de sus protagonistas. En esta ocasión, Ramón Estébanez, oriundo de Jaén capital, lo tuvo claro. Tras cuatro años de noviazgo con Paola Salas, llegada a España desde Costa Rica, encontró en el Festival de Lavanda de Brihuega (Guadalajara, Castilla La Mancha) el escenario ideal para sentar las bases de una vida en común. Para ello, pudo contar con una inestimable ayuda. Dos meses antes del comienzo del festival, Estébanez contactó con el equipo de la artista invitada, Rozalén, para saber si podrían darle una opción para comprar la entrada del festival ante la falta de disponibilidad. El equipo, un par de días después, decidió no venderle dos entradas, sino regalárselas para que pudiera hacer realidad su pedida de ensueño.

Así, en el impresionante atardecer sobre el campo de lavanda de Brihuega, Rozalén detuvo su concierto para dar paso a un anuncio importante. Fue ella misma, de hecho, la que dio orden a su equipo para que la pedida se hiciera realidad. Sin esperarlo, el nombre de Ramón resonó en el escenario. Desde el fondo del público, vestido de blanco ibicenco, estaba nuestro protagonista junto a Paola. Aunque sorprendido, sin dudarlo un momento y en un campo teñido de violeta, Ramón se arrodilló para pedir la mano de Paola, ante la atenta mirada de cientos de asistentes y de la propia artista. Poco se hizo esperar la respuesta. La enorme sonrisa delataba a la novia, que antes de dar el esperado sí, ya se sabía prometida. El aplauso y vítores de los asistentes y la enhorabuena de la propia Rozalén pusieron el broche de oro a una experiencia que recordarán toda la vida. Un correo electrónico no bastó para agradecer el gesto. “Nada de eso, le darás las gracias tú mismo”. Esa fue la respuesta del equipo, que tras el concierto fueron a buscarlos para llevarlos al camerino de la artista. Rozalén los recibió, dándoles la enhorabuena, al tiempo que dejaban una foto para el recuerdo. Momentos inolvidables que sellaron la unión indisoluble entre Jaén y Costa Rica.




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