Retos crecientes de la reproducción asistida

Conferencia de Jesús Aguilar, director de laboratorio de IVI

25 oct 2017 / 10:16 H.

Una niña, nacida en Sevilla el pasado 11 de octubre, es la cuarta bebé en España y tercera en Andalucía no solo libre de una enfermedad hematológica genética que sus padres portan y que padece su hermano, sino 100% compatible con él para que la sangre de su cordón umbilical le cure. Esto es posible desde que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) incluyó, en 2005, en su cartera de servicios el diagnóstico genético preimplantatorio y, en resumidas cuentas, supone emplear la reproducción asistida para traer al mundo un ser humano para curar a otro. Es una de las posibilidades que ofrece la ciencia, como explica el jiennense Jesús Aguilar Prieto, licenciado en Biología y doctor en Biología por la Universidad de Jaén, que dirige uno de los laboratorios de la clínica del grupo IVI, en Vigo.

Invitado por el Colegio Oficial de Biólogos de Andalucía, que estuvo representado por su vicepresidente Alberto Puig, el científico planteó las posibilidades de las técnicas reproductivas que ya no solo son demandadas por parejas formadas por hombres y mujeres y homosexuales, sino que se aplican, incluso, a personas que son seropositivos y, por lo tanto, portadora de anticuerpos del sida, o para aquellas mujeres que quieren garantizarse la posibilidad de traer un hijo al mundo, aunque sea a una edad “más avanzada”, para lo que, cuando son más jóvenes, deciden congelar sus óvulos.

Las posibilidades, de hecho, son ya casi infinitas, como explica el experto jiennense, y cada día está más cerca la posibilidad de elegir “bebés a la carta”. Es decir, a medida que se descubre cada vez más, gracias a trabajos como el de Juan Francisco Martínez Mojica, investigador de la Universidad de Alicante, que, al descubrir que las bacterias utilizan un método para inmunizarse abrió la puerta a la revolución en la manipulación genética, la edición de las células.

Es posible eliminar cánceres hereditarios y llevar a la práctica procesos como manipular los gametos, las células sexuales masculinas y femeninas, para revertirlos a su estado original. Esta “revolución”, al menos en España, se desarrolla en un marco legal que es de los más vanguardistas del mundo y que garantiza que no haya un uso inadecuado de este tipo de avances científicos.