Reino Unido se divide con el aceite

Los partidarios del zumo de la aceituna crecen frente a los que aún lo rechazan

30 ago 2016 / 15:30 H.

En el Reino Unido se puede ser del United o del City, si se es de Manchester, o del Chelsea o del Arsenal, si se vive en Londres. Sin embargo, ahora también se puede ser partidario o detractor del aceite de oliva. Las estrategias de promoción, el interés por la cocina mediterránea —en pleno auge en el mundo— y la pujanza del turismo de las Islas Británicas en España hacen que el zumo de la aceituna, poco a poco, entre en una cultura en la que la mantequilla continúa tremendamente arraigada en los fogones.

Pese a que se trata de un país cercano y bastante favorable para las exportaciones —al menos por el momento, ya se verá lo que ocurre después del “Brexit”—, la venta del “oro líquido” ha crecido —los volúmenes de los últimos años son bastante significativos—, pero no con la misma fuerza que lo ha hecho en otros países, como en Estados Unidos, Brasil, Francia, Alemania o China, en el que los porcentajes que marcan el aumento son mucho más favorables para los vendedores de la grasa de la aceituna. Está claro que el aceite “choca” con la cultura británica mucho más que con la italiana, griega e, incluso, francesa, por lo que su crecimiento resulta mucho más moderado.

No obstante, también hay que tener bien presente un firme movimiento de oposición que siempre se ha mostrado contrario a la implantación del “oro líquido” en su gastronomía, simplemente, porque se trata de una grasa y esta palabra lleva a pensar que resulta perjudicial para la salud de las personas.

Hasta un semáforo. Este movimiento ha hecho que el aceite tenga “luz roja” en el semáforo de la salud que existe en Gran Bretaña, al igual que otros alimentos que se consideran poco saludables porque favorecen la obesidad y las enfermedades que van asociadas a ellas. Además, Gran Bretaña, junto con los países nórdicos, siempre han rechazado que el consumo de aceite de oliva se promocionara con fondos de la Unión dentro del programa de alimentación saludable en las escuelas —en España, en cambio, sí que se hace—.

Sin embargo, el pensamiento único de que el aceite resulta perjudicial para la salud comienza a resquebrajarse y cada vez existen más partidarios de sus bondades. El zumo de la aceituna se valora en Gran Bretaña cada día más no tanto por su sabor —hay choque cultural—, sino por sus propiedades saludables para las personas. Quizá el mejor ejemplo está en un estudio que se hace público ahora que indica que el zumo de la aceituna resulta bueno para prevenir las enfermedades del corazón, que es todo lo contrario a lo que siempre se han creído por allí. Precisamente, el incremento del prestigio del producto como alimento saludable se muestra como una gran ventaja para apostar por las estrategias de promoción y venta, que llegan aprovechando estos “buenos vientos” que se sustentan en la salud.