Reconocimiento internacional a tres ingenieros informáticos

Los jiennenses lanzan una propuesta con el fin de mejorar la transparencia en las residencias de mayores

21 abr 2018 / 10:18 H.

La aparición de una gran diversidad de dispositivos con la capacidad de conectarse a internet ha hecho que, en la actualidad, existan multitud de posibilidades y nuevos retos en esa ámbito. Y eso es lo que han aprovechado tres egresados de la UJA: Francisco Javier Estrella, doctor en Informática; Francisco Moya, desarrollador Senior Android en la empresa Wave App, y Francisco José Quesada, estudiante de doctorado en la Universidad de Edimburgo.

“Estudiamos juntos y al terminar la carrera colaboramos con un grupo de investigación en la universidad. Pero hace tres años, a la vista de la falta de financiación, cada uno tomó su camino. Aun así, desde el principio teníamos la idea de hacer algo juntos, por lo que planteamos presentar una propuesta a la prestigiosa competición internacional Open IoT Challengue, creada por la conocida Organización Eclipse (Canadá) para fomentar la inclusión de estándares y software libre en el área del ‘internet de las cosas’, y hemos quedado en segunda posición”, explica Francisco José Quesada.

En concreto, su planteamiento pasa por la mejora de la transparencia en residencias de mayores para evitar casos de negligencia en el cuidado de los residentes. Para ello, diseñaron un sistema capaz de certificar en todo momento la posición de los usuarios en el interior de las instalaciones mediante dispositivos electrónicos de bajo coste. Una vez calculada la ubicación del residente, se almacena en un histórico permanente e inalterable distribuido a nivel mundial con un mecanismo para preservar la privacidad de estos datos.

La idea resultó escogida entre las 12 más originales de las 78 presentadas y, tras tres meses y medio de trabajo, se llevó el premio, valorado en más de 5.500 euros: “En vista de los resultados, estamos buscando financiación para profundizar en la tecnología, pulir carencias y aplicarla al mundo real. Porque, además de residencias, vemos la oportunidad de aplicarla en cárceles o con gente que tiene órdenes de alejamiento”.