Reconocimiento a los pequeños grandes escritores
Diario JAÉN entrega los premios del XXXI Concurso de Redacción Prensa-Escuela “Jóvenes Periodistas
El futuro de las letras está asegurado. En la Sala 75 Aniversario a rebosar de público, los jóvenes escritores tuvieron su merecido reconocimiento en la entrega de premios del XXXI Concurso de Redacción Prensa-Escuela “Jóvenes Periodistas”. Las instalaciones de Diario JAÉN se llenaron de padres, madres, profesores y alumnos, amantes de las letras, que se unieron para el colofón a esta edición con una recompensa para las mejores plumas del futuro que ya demuestran su gran capacidad para contar historias con gran pasión.
El amor por la lectura y la importancia de la prensa en las aulas unen a los concursantes de este año, que entregaron redacciones de gran calidad, con Diario JAÉN, organizador de la cita junto a junto a la Consejería de Educación y en colaboración con la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos “Los Olivos”, El Corte Inglés y la Fundación Unicaja. Fue Antonio Sutil, delegado de Educación, quien presidió el acto y que destacó la maestría de la pluma de los jóvenes escritores.
HISTORIA
El certamen, creado en 1988 y que por tanto llega a su trigésimo primera edición, fue una iniciativa pionera en Andalucía y hoy es el único de sus características que se mantiene en el calendario escolar. Entre sus objetivos, está acercar la prensa escrita a los escolares, despertar su curiosidad e invitarlos a escribir, a crear sus propias noticias y redacciones en las que plasmen su particular mirada a la realidad e inquietudes. Asimismo, fomenta la lectura de prensa para crear ciudadanos informados y críticos, capaces de analizar la cambiante realidad diaria dentro de un mundo sobresaturado de información, especialmente en el ámbito digital.
El jurado de esta edición tuvo muy complicado dar un veredicto dado el gran nivel de muchos de los relatos presentados a concurso, cuya temática este año debía versar sobre la visión acerca de la sociedad actual, en la que sus autores daban auténticos ejemplos de buen hacer con el papel y el bolígrafo. Algo que estos jóvenes escritores convirtieron en historias de amor, de confianza y de sentimiento hacia la tierra de origen, pero en los que tampoco faltaba la crítica.