Primera condena en firme para el “falso Iniesta” por estafa

Compró de forma fraudulenta una almazara jiennense

08 ene 2019 / 09:16 H.

A Blas Fernando G. A. se le conoce como el “falso Iniesta”. Desde hace unos años, este “empresario” aragonés de 50 años recorrió Andalucía en busca de sociedades e industrias con problemas económicos con el objetivo de adquirirlas. Para seducir a sus víctimas, creaba una confusión interesada para hacer creer que tenía relaciones comerciales con el grupo empresarial del genial futbolista del Barcelona. Es más, en algunas ocasiones, llegó a copiar en sus tarjetas de visita el logotipo de las bodegas que Andrés Iniesta tiene en Fuentealbilla, el municipio de Albacete donde nació. Blas Fernando G. A. dejó una de sus tarjetas en una almazara de Baeza. Adquirió la fábrica (Aceites Villapardillo) utilizando ese ardid. Sin embargo, al final, todo resultó ser un fraude en toda regla. La Audiencia de Jaén castiga con dos años de cárcel al “falso Iniesta” por un delito de estafa. Además, deberá indemnizar a la víctima con 1,2 millones de euros. Una sentencia que acaba de ser ratificada íntegramente por el Supremo. Es la primera condena firme por fraude para Blas Fernando G. A., que tiene decenas de denuncias y procesos judiciales abiertos por toda España.

La sentencia explica que el empresario contactó con el propietario de la almazara, que estaba “acuciado por la situación económica”. Le ofreció adquirir el negocio a cambio de subrogarse en las deudas como contraprestación. Según manifestó un testigo que declaró en el juicio, celebrado el pasado 10 de abril, el procesado aseguró durante las negociaciones que tenía “mucho dinero” y “tratos con Andrés Iniesta”. La operación de compraventa se firmó a finales del año 2012. El “falso Iniesta” solo entregó pequeñas cantidades en metálico y se comprometió a constituir un aval como garantía.

Sin embargo, el procesado no cumplió con sus compromisos y no hizo frente a las deudas que el negocio tenía con proveedores y con bancos. Eso motivó que las entidades financieras embargaran las instalaciones y las fincas del vendedor de la almazara, que figura como fiador solidario de los préstamos que pidió para Villapardillo. Mientras tanto, el “falso Iniesta” desmanteló toda la almazara. Sacó maquinaria y otros elementos de las instalaciones, valorados en unos 240.000 euros.

Toda esta operación provocó que el empresario acabara sin bienes y sin dinero. “ES la ruina económica y moral”, explicó en el juicio. “La intervención causó un grave perjuicio económico al vendedor”, añadió la sentencia de la Audiencia. El perjudicado, que mantuvo en solitario la acusación particular, ya que la Fiscalía no presentó cargos en este caso, pidió inicialmente una condena de 4 años de prisión para el “falso Iniesta”. El condenado recurrió la sentencia ante el Supremo. El Alto Tribunal ha rechazado sus alegaciones, con lo que se confirma la sentencia: “El ánimo defraudatorio queda acreditado ante el incumplimiento de lo expresamente pactado por el recurrente”, remarcan los magistrados.

Blas Fernando G. A. tiene antecedentes penales por delitos de coacciones y falsificación en documento privado. Tiene o tuvo a su nombre empresas como “Alimentación Iniesta”, “Iniesta Color” o “Iniesta Fruit”. Presuntamente, repitió el mismo “modus operandi” en la adquisición de la conservera gaditana “El Rey de Oros”. De hecho, en Barbate está declarado como persona “non grata”. También es conocido en su tierra natal, ya que intentó comprar el Real Zaragoza diciendo que representaba los intereses de un jeque y que tenía relación con el fallecido Johan Cruyff.

Su patrón de engaño siempre era el mismo: presentarse bajo una apariencia de solvencia económica destacada y de un importante poderío empresarial adornado con coches de alta gama, relojes de lujo y presumiendo de sus famosos y futbolísticos socios. Todo en el “falso Iniesta” era fachada.

os detalles

Crisis. El Supremo da por probado que el estafador, el “falso Iniesta”, se hizo cargo de la empresa jiennense Aceites Villapardillo, en serios problemas financieros como consecuencia de la crisis, con la que incumplió todos los acuerdos y a la que abocó a la ruina.

Declarar. Luis Fernando G. A. tiene ahora que abonar los 1,2 millones de euros de indemnización al empresario estafado si quiere evitar entrar en prisión. El pago de la responsabilidad civil es un requisito para beneficiarse de una posible suspensión de la pena.

Otras causas. El conocido como “falso Iniesta” tiene varios procedimientos judiciales abiertos por estafa en varias provincias españolas. Presuntamente, siempre repetía el mismo “modus operandi”.

de oficio. En el procedimiento referente a la almazara jiennense, el Ministerio Fiscal no llegó a presentar cargos. La causa fue sostenida por la acusación particular, ejercida por el empresario estafado, que estuvo representado por un letrado de oficio.