Preocupa el paro, el empleo y la vivienda en la provincia

Casi un millón de andaluces viven en situación de pobreza y exclusión social

16 nov 2019 / 11:36 H.

Andalucía es una comunidad dinámica demográficamente, con niveles reducidos de renta por habitante, tasas elevadas de desempleo, pobreza monetaria y desigualdad de renta, y tiene un gasto social inferior a la media española. Este sería el dibujo, a grandes rasgos, que traza en su primera conclusión el informe Foessa (Fundación de Cáritas), sobre Exclusión y Desarrollo Social en Andalucía relativo a 2018, presentado ayer en La Económica. La traducción de estos rasgos socioeconómicos a cifras concretas revela que 997.000 andaluces viven en situación de pobreza y exclusión social. En situación de pobreza integrada están 1.006.000 andaluces. Este concepto concierne a las personas que son pobres en términos monetarios, pero que están integradas socialmente.

“La imagen de Andalucía sirve perfectamente para Jaén”, explica a este periódico Raúl Flores, sociólogo, coautor del informe y secretario técnico de Foessa, la Fundación creada por Cáritas para estudios sociales. “Pero si hay que destacar dos elementos diferenciadores de Jaén. Serían el laboral y económico, el envejecimiento y sus cuidados”, matiza. La dependencia de la provincia del comportamiento cíclico de la agricultura (años buenos y años malos), y de las “olas” positivas y negativas de los servicios vinculados al turismo, por ejemplo, “la hace más vulnerable en términos de empleo”. Por otra parte, el envejecimiento de la población, cada vez con más mayores, y el perfil de municipios pequeños diseminados por la provincia plantea dos problemas sociales: “Uno, el de los mayores que necesitan cuidados, y el otro es que los municipios pequeños van perdiendo servicios básicos que en las ciudades los tenemos a la mano”, subraya. Del informe destaca un aspecto positivo y tres muy preocupantes. El positivo, dice, “es el aumento del espacio de integración social en los últimos tiempos y la reducción de la exclusión”. Desde el punto crítico de la crisis económica y hasta hoy 500.000 personas han salido de situaciones de exclusión social. Preocupa, y mucho, el aumento de la desigualdad social en la región. El 20% de los que menos tienen ha perdido un 7,3% de sus rentas respecto a la media. Por contra, el 20% más rico la ha incrementado un 0,5%. La dicotomía entre más pobres y más ricos no es el problema principal, advierte. El problema “es que los más pobres están muy lejos de la clase media y no tienen perspectiva de alcanzarla”.

Preocupan también paro y empleo. El primero no baja y el segundo, por su alta temporalidad, lastra la salida de situaciones de exclusión. La vivienda completa la triada. Unos 750.000 andaluces se quedan casi sin nada en el bolsillo para atender otras necesidades básicas cuando pagan cada mes el gasto de su vivienda.