“Me gustaría que entren más chicas y no tengan miedo por ser mujer”
Entre la alegría y el orgullo se debate Mónica Gómez, más conocida en el mundo del graffiti y la pintura como “Icat”, tras conocer que el próximo lunes recibirá, en el Aula Magna de la Universidad de Jaén, uno de los premios Jaén Joven 2018. “Ha sido una sorpresa inesperada, y la sensación es increíble”, reconoce. El dibujo ha sido una de sus pasiones desde que era pequeña, y gracias a su pareja conoció el graffiti. “Me gustó mucho las posibilidades que ofrece y, a partir de ahí, nos fuimos moviendo. Podría decir que, en la actualidad, he pintado en prácticamente todas las provincias de España, ya sea por trabajo en sí para asociaciones, administraciones, Ayuntamientos o particulares, o porque he participado en diferentes concursos”, afirma Gómez.
Sus obras dependen del encargo que reciba, pero por lo general, cuando tiene libertad de expresión, entre las temáticas que cuentan con más peso entre sus obras está la de mujer, con el principal objetivo de fomentar la presencia femenina en el graffiti, un sector que por lo general ha estado dominado por los hombres: “Me gustaría hacer un llamamiento para que cada vez entren más chicas, que se animen y que no tengan miedo por el tema de ser mujer, que es un oficio como cualquier otro”. Otras temáticas son la naturaleza y los animales, con un claro mensaje sobre la importancia de promover su respeto. Además del arte urbano, Mónica Gómez comenzó poco después a trabajar en la pintura tradicional (óleo, acrílico o acuarelas, entre otras técnicas).
Con respecto a la situación actual de este campo creativo, recuerda que hace un tiempo se permitía tan solo expresarse de esa forma artística en eventos, concursos y actos “contados”, mientras que reconoce que en la actualidad se están abriendo más las puertas y cada vez está más clara la diferencia entre arte y vandalismo. Por otra parte, lamenta que el movimiento esté casi desaparecido por la provincia, y si antes se encontraban muchos grandes, guiados entre otros por el linarense Miguel Ángel Belinchón, “Belin”, pero afirma que poco a poco se han ido por motivos laborales. “Es importante también que se den espacios para que la gente pueda expresarse de forma artística y aprender unos de otros”, concluye.