Óscar Puente: “Mi objetivo es paliar el déficit y corregir las desigualdades”
El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible superó las expectativas generadas con su visita a la capital con el anuncio de un paquete de proyectos que tiene en el ferrocarril y en las carreteras el futuro de una tierra en la que admite discriminación histórica

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LA ENTREVISTA
Está al frente de una de las carteras que más dinero maneja de todo el Gobierno central, una responsabilidad con más espinas que rosas, de esas que hacen que no paren de pitar los oídos, porque si no surge un problema en las vías del tren es porque se bloquea una carretera o se colapsa un aeropuerto. Se nota que el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente Santiago (Valladolid, 1968), es municipalista. Empatiza con los territorios, es realista y, si sabe que un proyecto tiene visos de incumplimiento, prefiere no tirarse al barro. Lo dejó claro en su visita a Jaén, una provincia que asegura que no perderá de vista.
—¿Cuál es el medio de transporte en el que más le gusta viajar al ministro de Transportes?
—Yo creo que en el tren. Hoy en día es el medio de transporte que, si uno pudiera elegir, elegiría, porque es rápido, sobre todo en un país con cuatro mil kilómetros de alta velocidad, porque es muy cómodo, uno se puede levantar, estirar las piernas... Y porque viaja de centro a centro de los núcleos de población, que es una gran ventaja frente al avión, además de ser muy seguro. Por lo tanto, por comodidad, por seguridad y por rapidez, el tren.
—¿No habrá venido en tren?
—No, no. Estuvimos barajando la posibilidad, pero por agenda la única opción era el coche.
—Ministro, ¿entiende el hartazgo de Jaén por la discriminación histórica en materia de infraestructuras de comunicación?
—Sí. Yo creo que hay territorios en nuestro país que, por razones presupuestarias y de prioridad en las infraestructuras, se han quedado rezagados y es lógico que Jaén esté disgustado, pero para eso estamos, para intentar paliar ese déficit y corregir esas desigualdades.
—¿Sabe que en el último episodio que tuvo Jaén con la alta velocidad le hicieron la cobra?
—La famosa cobra, sí (ríe). No voy a justificar esas decisiones, pero es verdad que, en materia de infraestructuras, casi nada es caprichoso y todo tiene una explicación. A Jaén no le beneficia la orografía y, al final, normalmente se trazan las líneas por aquellos lugares en los que es más económico y más sostenible desde el punto de vista medioambiental. Es verdad que uno, cuando coge un mapa y tira una línea entre un punto y otro, hacer una recta es muy sencillo, pero hacerlo sobre el territorio es más complicado. Para lo que estamos es para paliar esas carencias y, de ahí, esos anuncios que hacemos en Jaén.
—¿Por ejemplo?
—Lo más importante es que tenemos ya el informe favorable al estudio del baipás de Montoro, ahora tenemos que seleccionar una de las cinco alternativas que se manejan en el informe previo al informativo y vamos a intentar optar por la solución que más tiempo reduce y dejar el Madrid-Jaén en menos de tres horas, que es de lo que tenemos que hablar ya, no de velocidad, sino de tiempos en los traslados. Un directo de esta manera estaría en las dos horas cincuenta, lo cual ya nos situaría en unos tiempos muy competitivos. De hecho, con las seis paradas, incluso, estaríamos muy poco por encima de las tres horas. Yo creo que vamos a optar por esta solución y espero que pronto podamos tener en marcha la redacción de los proyectos. Va a ser una inversión de casi cuatrocientos millones y considero que eso le va a dar un salto importante a Jaén, reduciendo a una hora el tiempo de llegada a Madrid.
—Un compromiso. ¿Será este el Gobierno que traiga la alta velocidad a la provincia?
—Eso espero. La estamos llevando a Almería, la vamos a llevar a Huelva, que son los territorios en los que faltaba, y también a Jaén. Ese es mi compromiso.
—El exministro Francisco Álvarez Cascos puso la primera piedra en 2002, a través de Linares-Vadollano....
—Es una pregunta que me hacen muy a menudo. Yo creo que, basta con analizar la trayectoria de los distintos gobiernos, para saber quién hace los anuncios y quién construye las vías. En los últimos cinco años, España ha incorporado 750 kilómetros en su alta velocidad, más que toda la Unión Europea junta. De hecho, salvo Francia, Alemania e Italia, si sumamos los kilómetros de alta velocidad de toda la Unión Europea no superan los 750 kilómetros, y eso lo hemos hecho en los últimos cinco años. Quiero que este sea un Gobierno que hace anuncios y cumple y, en concreto, yo creo que ya me vais conociendo como ministro. Una vez me dijo Carlos Alsina que yo no quería ser popular, porque decía que era muy complicado el tren directo entre Madrid y Burgos y tengo una respuesta para eso, y es que si para ser popular tengo que mentir, no lo haré. Por lo tanto, si tengo que hacer un anuncio es porque es viable y porque lo vamos a sacar adelante.
—¿Su propuesta de integración ferroviaria en la capital es diferente a la de otras ciudades?
—Es muy similar a las propuestas de integración que estamos desarrollando en otros sitios de España. El caso de Granada es muy parecido. Se trata de hacer proyectos viables. Se ha hablado mucho de soterramientos en este país. Vengo de una ciudad en la que, durante treinta años, se vendió el cuento del soterramiento, cuando no es viable económicamente ni aconsejable técnicamente. Estamos desarrollando iniciativas en superficie, que garanticen primero la permeabilidad, que hagan un tratamiento de toda la trama viaria homogénea, de bordes, que incluyan espacios de encuentro... Son verdaderamente espectaculares y tienen una ventaja enorme: que son realistas y asumibles. En el caso de Jaén hablamos de 45 millones de euros, incluso incluyendo la intermodalidad de la estación y consiguiendo que tren y autobús jueguen y se comuniquen. Eso es asumible con un acuerdo entre las administraciones, no creo que sea difícil que nos pongamos de acuerdo y que encontremos la financiación necesaria para desarrollar el proyecto. Cuando hablamos de miles de millones de euros es muy difícil desarrollar. La de Jaén, como la de Granada, tiene una gran ventaja, y es que no requiere de un gran estudio informativo, por lo que podemos ir a la licitación directa y, por lo tanto, hablamos de que, en un horizonte temporal muy próximo, eso puede ser una realidad. Yo lo que hago ahora es invitar al diálogo a las partes, al Ayuntamiento, a la Junta de Andalucía y que nos demos la mano como nos la hemos dado en Granada o en Almería.
—¿Todo esto es fruto de la moción censura entre el Partido Socialista y Jaén Merece Más?
—No. Por ejemplo, el baipás de Montoro coincide que ya tenemos el informe de viabilidad, por lo que no depende de nada. Lo de la integración sí tiene más que ver, porque hemos dado paso a un Ayuntamiento en el que hay una posibilidad de diálogo que con el anterior no existía, y no por una cuestión de signos políticos, porque, como le he puesto antes el ejemplo de Granada y Almería, yo me entiendo muy bien con alcaldes o alcaldesas del Partido Popular, o en otros territorios, Alicante, Ponferrada o Santander, porque asumen que su papel no es hacer oposición al Gobierno de España, sino buscar el mejor interés para sus ciudades. Luego hay muchos con los que es más difícil trabajar. Sin embargo, ahora hay una oportunidad de diálogo y vamos a intentar aprovecharla.
—Tren convencional. No hay manera de llegar a Sevilla o a Madrid en un tiempo decente y los usuarios optan por el vehículo particular. ¿Hasta cuándo?
—Por un lado, vamos a poner en marcha ese baipás a Montoro y, al mismo tiempo, estamos trabajando en la red convencional, en la línea por Alcázar de San Juan, y acabamos de invertir 130 millones de euros, vamos a renovar el material ferroviario con las nuevas 480, que nos permitirán ir a 200 por horas; sé que hay cierta polémica porque se reclama que se utilice la serie 121, pero es que no se puede aprovechar hoy en día porque es una serie que va a 250 kilómetros por hora y la vía no lo permite. De momento, estamos con los 449, que es la más moderna que tenemos en red convencional, pero en cuanto tengamos la 480, que está en construcción, la incorporaremos para mejorar los tiempos y el servicio.
—¿Debe ser el Corredor Central Ferroviario la esperanza de los ciudadanos jiennenses?
—Es una oportunidad. Jaén forma parte del Corredor Central Ferroviario. No en vano, de toda la renovación que estamos haciendo desde Algeciras para conectar con Zaragoza, una parte discurre por Jaén, en concreto, seis u ocho túneles que estamos incrementado el gálibo están ubicados en la provincia, por lo que es un corredor que atraviesa esta tierra. Si somos capaces de generar sinergias con el tejido industrial y productivo y dar salida a las mercancías de Jaén o entrada a las procedentes de otros lugares a través del tren, creo que es una oportunidad, indudablemente, como para todos los territorios.
—¿Y la Red de Transportes Transeuropea?
—Jaén está en la Red de Transportes Transeuropea, aunque no el término municipal, pero sí en global. Para que los lectores nos entiendan, esta línea tiene tres categorías: red básica, básica extendida y global. La primera es la que queremos que esté construida en 2030 y ahí entra la línea 400 de Jaén, por lo que es lo máximo que se puede tener. Luego la parte del término municipal de Jaén está en la red global, prevista para 2050. Sin embargo, eso no significa que no vayamos a actuar, de hecho, en la Palencia-Santander estamos ya actuando. Sí digo que la red 400, la de Alcázar de San Juan, es red básica y en esa sí estamos actuando mejorando la línea, la señalización, el trazado y el material rodante. Todo.
—El Ministerio de Defensa construye, en este momento, un Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación en la capital. ¿Está Jaén preparada para atraer empresas?
—Tiene que estarlo. Nosotros vamos a trabajar en las comunicaciones ferroviarias, tanto por ferrocarril como por carretera.
—Hablemos de carreteras. Hay un compromiso de licitar todos los tramos de la A-32. ¿Se mantiene firme la promesa?
—La A-32 tiene siete tramos, cinco están en servicio y cuatro los hemos puesto nosotros, es decir, dos de cada tres kilómetros de esa carretera los ha puesto en marcha el Gobierno del que yo formo parte. En este momento faltan dos tramos y los dos están en redacción. De hecho, esto es un anuncio, saldrán a exposición pública este año, tan pronto complementemos el procedimiento, aprobaremos los proyectos y licitaremos la obra.
—Esta misma semana se aprobó en esta casa, en la Diputación, una moción para reclamar la A-81. ¿Lo ve factible?
—Estamos trabajando en las zonas más congestionadas, en el entorno de Granada y la variante de Badajoz, además de los estudios ambientales de varios de los tramos de esa carretera. Por lo tanto, sí, estamos en ello.
—¿Usted ve normal que Jaén no esté conectada por autovía con la vecina Córdoba?
—Vengo de Valladolid y me preguntan por León. Voy a Extremadura y me hablan de Badajoz y Cáceres... Esto no es exactamente así. Hay una autovía a pocos kilómetros, lo que ocurre es que quizás no es el tramo más corto. Aquí lo que ocurre es que la carretera más directa es de titularidad autonómica y es la comunidad la que tiene que tomar la decisión de desdoblarla o no.
—Hay quienes dicen que, cuando viajan, al regresar saben cuándo han llegado a Jaén por los baches. ¿Hay dejadez en materia de conservación?
—Nuestra red de carreteras es la más extensa de la Unión Europa en alta capacidad y la tercera del mundo, sólo Estados Unidos y China tienen más kilómetros que España. Es tremendo. Antes mirábamos a Alemania o a Francia y, sin embargo, ahora estamos muy por delante. ¿Qué significa? Que hemos hecho mucha red, pero no la estamos conservando todo lo bien que deberíamos y, en este sentido, ahora estamos empezando a volver los ojos a la conservación. De hecho, el año pasado destinamos 1.500 millones de euros a la reparación, que es la cifra que nos recomendaban los expertos, como mínimo, para una adecuada conservación, pero tenemos un déficit que arrastramos y ese dinero no es bastante hasta que no lo tengamos todo al día. En todo caso, priorizamos mucho la conservación, el viernes adjudicamos 13 millones de euros en la provincia y esto lo estamos haciendo en todos los territorios a través de contratos marco, de varios años de duración, para tener mejor conservadas las carreteras y Jaén no será una excepción.
—¿Qué conoce de Jaén?
—No he tenido tiempo suficiente para conocerla a fondo, pero lo que veo es que es una maravilla, una provincia con mucha naturaleza, con los olivos, con los parques naturales que tiene, la sierra, el patrimonio... A ver si mejoramos las infraestructuras y conseguimos que se acerque más gente.
—Tenemos hasta aeropuerto...
—Sí, en el que también estamos invirtiendo. Este año tenemos planificados 22 millones de euros de inversión y vamos a ver si seguimos trabajando entre todos para que la provincia de Jaén sea más conocida y visitada.
“Defiendo la democracia interna”

Considera que, una vez construido, el tranvía es una de las mejores opciones de transporte de viajeros urbano de todos cuantos existen, aunque asegura que hoy en día ha soluciones más rentables económica y socialmente. No entiende cómo Andalucía no acepta la quita de deuda.
—Tenemos un tranvía parado desde 2011. ¿Cree que se deberían depurar responsabilidades cuando hay un gasto público por medio?
—No conozco en profundidad el caso del tranvía de Jaén. Yo soy municipalista y, en su día, fui un gran defensor del tranvía. No quiero entrar en polémicas, porque si dijera lo que pienso ahora, yo que he sido un gran defensor...
—Atrévase...
—La infraestructura tranviaria tiene un coste muy elevado y mucha rigidez. Cuando uno traza una red ya sabes que esa línea es inmovible, incluso si tienes que hacer obras te obliga a paralizar el servicio. Hoy en día, con los autobuses eléctricos articulados de alta capacidad se pueden generar una especie de redes semitranviarias, sin catenaria, sin vías, mucho más flexibles y a unos costes mucho más reducidos. He estado hace poco en Abu Dabi, en Dubai, y ahí se están planteando hacer una red tranviaria, me consultaron y les aconsejé la opción del autobús articulado eléctrico, porque basta con reservar un carril y con el coste de un kilómetro de tranvía tienes para once o doce autobuses. Es una apuesta de otros tiempos, aunque es verdad que hay muchos territorios en el mundo que apuestan por el tranvía. Lo que sí es verdad es que lo que hay que hacer es aprovechar la infraestructura, eso es evidente, y ahora parece que hay una posibilidad de impulsarlo. Una vez que está hecho, es un medio de transporte muy interesante, de altísima capacidad, que permite unas altas frecuencias, es limpio, sostenible... Cabría plantearse si era la mejor opción hacerlo, lo que es indudable es que, una vez hecho, no se puede dejar.
—¿Será sensible el Gobierno central con Andalucía, a través de la financiación, para corregir desequilibrios?
—Acabamos de poner encima de la mesa una propuesta para dar 18.000 millones de euros de la deuda de Andalucía. A mí me tiene muy desconcertado la respuesta de la Junta, porque si uno mira la hemeroteca, no mucho más atrás, ve que el presidente se conformaba con una quita de 17.000 millones, y ahora 18.600 no los quiere. Yo vengo de una tierra, Castilla y León, en la que la quita es menor, pero le supondría sólo en intereses en torno a 450 millones al año, la de cosas que se pueden hacer con ese dinero, porque son dos hospitales como el Río Ortega de Valladolid, que es uno de los más importantes de España, de hecho viene gente hasta de Canadá a verlo. Es verdad que se dice que la vamos a tener que pagar entre todos, pero lo que sí es cierto es que a las comunidades autónomas les libera de una cantidad importante de recursos para poder mejor los servicios públicos, como la educación o la sanidad. No es explicable que no se acepte. Quiero recordar que, en el tiempo que llevamos gobernando, hemos transferido a las regiones cien mil millones más que en la legislatura de Mariano Rajoy.
—Como ve, a perro flaco todo son pulgas. ¿Debería ser una cuestión de Estado la convergencia entre territorios?
—Tiene que haber una convergencia entre personas, más que entre territorios, es decir, lo que tenemos que hacer es igualar al máximo las rentas, los salarios mínimos, los medios, los recursos... Por lo tanto, debemos de favorecer a los lugares en los que las rentas son más bajas y hay más dificultades para acceder en el empleo.
—Cuestión orgánica. Dijo usted en el Congreso, en aquella investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo, cuando le hablaba de ganador a ganador, que el PSOE es de sus militantes. ¿Cómo ve que dos compañeros del PSOE compitan por el liderazgo en Jaén?
—Yo soy un defensor de la democracia interna y de las elecciones primarias, de hecho, todo lo que he sido en mi vida lo he sido gracias al voto de los militantes. Fui candidato a la Alcaldía de Valladolid, tuve que pasar por dos procesos de primarias para serlo y en el último, con el que accedí a la Alcaldía, gané por treinta y dos votos. Es verdad que el escenario ideal es que nos pongamos de acuerdo, pero si hay discrepancia en torno a quién es la mejor persona para representar las siglas, hay que elegir y la mejor manera es que la decisión la tomen los militantes.
—¿Considera usted que es una apuesta segura María Jesús Montero para afrontar una posible reconquista del PSOE en la Junta de Andalucía?
—Absolutamente, porque es una persona que tiene todo lo que un ciudadano pide a un político: integridad, capacidad de trabajo, amor por la tierra y talento.
—¿Qué opinión le merece que Felipe González, con Carlos Mazón sentado a su lado, diga que lo de la dana fue un fracaso de la política en general?
—Llevo observando mucho tiempo a Felipe González y he preferido no pronunciarme por las cosas que dice o hace. Yo creo que es muy obvio y me da pena. En la vida el rencor es un veneno que te tomas tú creyendo que vas a matar al de enfrente. Su figura, al menos para la gente a la que le importaba Felipe González, la está eliminando.