Nuria López Marín: “Estamos hartos de papeles y de ideas, queremos realidades”

La secretaria general de CC OO en Andalucía está convencida de que la pandemia eclipsa problemas estructurales en la economía y el empleo que no pueden pasar desapercibidos

11 oct 2020 / 17:01 H.
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Conoce a fondo los problemas de Jaén, tiene clara la hoja de ruta que necesita la provincia para crecer económicamente y sabe que, aunque las condiciones no son las más idóneas para reivindicar, no está dispuesta a quedarse de brazos cruzados ante una pandemia convertida en la excusa perfecta para deteriorar las condiciones de los trabajadores. Nuria López Marín (Écija, 1978), secretaria general de Comisiones Obreras (CC 00) en Andalucía, pisa tierra jiennense en la Jornada Mundial del Trabajo Decente dispuesta a reclamar la dignidad laboral de hombres y mujeres que habitan en medio de un mar de olivos. Da pistas que hay que tener en cuenta para vislumbrar por dónde puede ir el futuro.

—¿Teme usted que la pandemia de la covid-19 pueda acabar con la decencia en el trabajo?

—Tengo claro que aquellas zonas, sectores y empresas que tienen un trabajo estable y una negociación colectiva clara lo que sí permiten es dignificar las condiciones de trabajo y de vida de las personas que lo ocupan y hacer mejorar y progresar la propia sociedad en la que se implantan. Por lo tanto, lo que sí tendemos siempre es a que haya mejores condiciones laborales porque el empleo siempre es digno, lo que cambian son las condiciones en las que se desempeña. Lo que la pandemia ha dejado es condiciones de trabajo indignas y necesitamos un refuerzo tanto por parte de las empresas como de los distintos gobiernos en todas las partes del mundo. Nos ha sorprendido, por ejemplo, cómo el trabajo de la dependencia venía soportando muchos recortes en nuestro país en las espaldas de las trabajadoras y vemos que necesita un refuerzo para dignificar las condiciones de trabajo en este sector.

—¿Qué es lo que más le preocupa del panorama económico y laboral de Andalucía?

—En medio de una pandemia, lo que nos preocupa es cómo somos capaces de superar esta situación garantizando que las empresas sobrevivan y que el empleo no se resienta, porque es el elemento fundamental para poder sustentar y satisfacer nuestras necesidades. Por lo tanto, salvar nuestro tejido productivo y salvar el empleo, además de garantizar unas buenas condiciones laborales y proteger a las personas que, en estas circunstancias, no tienen un puesto de trabajo. Estas son nuestras grandes preocupaciones. Y en todo este escenario, reforzar los servicios públicos, que han permitido que la salud, que es el bien más preciado que tenemos las personas, se garantice en estos tiempos de pandemia.

—¿Cree que la prórroga de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) son una tabla de salvación?

—Siempre que en España viene una crisis económica, destruye enormemente el empleo, además de caer el Producto Interior Bruto y caer la actividad. Llegamos a tener seis millones de parados en la crisis anterior, por lo que si comparamos aquel momento con este, el instrumento de los ERTE ha permitido salvar el desempleo y muchas empresas mantienen a sus trabajadores para que, cuando salgamos de esta situación, que puede durar un año o dos, las empresas puedan tirar de los trabajadores para incorporarse a la actividad.

—¿Pueden ser un arma de doble filo, una prolongación de la agonía como antesala a los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE)?

—Vamos a trabajar para que eso no ocurra. Estamos en medio de una pandemia que es temporal, la vacuna aparecerá, el virus se irá y, un año o dos, todo pasará. Lo que intentamos es cruzar ese río para intentar luego estar en las mejores condiciones cuando la actividad se recupere con total intensidad. El Gobierno de este país ha entendido la situación y ha puesto los medios necesarios. Yo creo que si, en un momento determinado, hay que prorrogarlos, no habrá mayor problema.

—¿Cómo augura que será esta nueva crisis económica?

—Ya es diferente por ese mantenimiento del empleo que se está haciendo, de tal forma que las familias siguen teniendo una renta que entra en sus casas para pagar sus necesidades más elementales y, además, se ha cubierto con un escudo social a través de medidas como el ingreso mínimo vital que viene para proteger a las personas. También están las ayudas a las pequeñas y medianas empresas, al autónomo de barrio. Nosotros entendemos que estas medidas tienen que servir también para darnos cuenta de que había cosas que cambiar. Andalucía no puede depender tanto del sector turístico, tenemos que apostar por atraer un tejido industrial que permita sustentar nuestra economía y genera empleo de futuro. No es posible que hayamos tenido que buscar equipos de protección individual, cuando tenemos capacidad y los recursos necesarios para construirlos en Andalucía. Nos falta que vengan industrias potentes para que puedan crear empleo de otra manera.

—El tejido industrial agroalimentario de Andalucía es uno de los más potentes de Europa, ¿no lo cree?

—Efectivamente, han crecido las exportaciones agroalimentarias y el campo ha servido de sostén para la economía andaluza en tiempos de pandemia, pero tendremos que ver cómo ese bagaje que hemos aprendido durante la pandemia permita generar empleo de futuro y estabilidad, tanto para los empresarios como para los trabajadores.

—En ese sector está el del aceite, el que predomina en la provincia, con un comportamiento ejemplar durante la pandemia que, sin embargo, no encuentra recompensa en el precio. ¿Cómo se puede arreglar esta preocupante situación?

—Nosotros pensamos que es necesaria una apuesta por parte de los gobiernos autonómico y nacional por reforzar los productos autóctonos y tener una mayor capacidad de exportación y comercialización. Ahí es donde tenemos que esforzarnos no solo con el aceite, sino con todos los productos que son fruto del valor propio que tiene la agroindustria. Lógicamente la apuesta pasa por una aglomeración de empresas para que sean más fuertes en el valor de nuestros productos y, sobre todo, alejar el corto plazo, la especulación, porque muchas veces, en esa forma de trabajar, se pierde una posición privilegiada que tenemos en el medio y largo plazo de rentabilidad, y yo creo que ahí tenemos que apostar colectivamente para que el producto estrella de Jaén tenga una larga vida al precio que se merece. Controlando la especulación, podemos apostar por reforzar el producto.

—¿Cómo ve la organización de una campaña de aceituna que será también diferente?

—Nos parece que las autoridades, especialmente las autonómicas, se lo tienen que tomar en serio. No es posible que la Consejería de Agricultura quiera solucionar el problema, simplemente, con PCR. Hace falta una inversión real para que haya equipos de protección individual, para que haya alojamientos adecuados, garantías para los temporeros que vienen y para los residentes, protocolos claros... Lo vamos a reclamar de manera contundente.

—¿Qué pasa si los ayuntamientos deciden no abrir los albergues de temporeros?

—La decisión no es solo de los ayuntamientos, sino que la Junta de Andalucía tiene que decidir y apostar por establecer mecanismos alternativos y, sobre todo, garantizar que los alojamientos se den en condiciones dignas y seguras para que el conjunto de la ciudadanía se vea beneficiada. El trabajo genera riqueza. No vale criminalizar a la persona que viene a buscarse la vida y a beneficiar al conjunto de la sociedad, por lo que la Administración tiene que adoptar una inversión clara.

—Los expertos aseguran que la dificultad de la incorporación de la mujer al campo se verá acrecentada por la covid. ¿La pandemia eclipsará problemas que son endémicos?

—Ya lo estamos viendo, la pandemia sirve de excusa para ocultar los problemas que hay de fondo, como son los salariales, que en Jaén son los más bajos del conjunto de Andalucía y de España. Estamos también viendo cómo el coronavirus traslada la tarea de los cuidados a la mujer. El teletrabajo es muy peligroso, porque, principalmente, quien se acoge a él es el que tiene unas condiciones que pueden ser más peligrosas, y fundamentalmente son mujeres, a las que volvemos a meter sin garantías en las casas y sin que funcione la corresponsabilidad. También se esconde la salud laboral, de hecho ha aumentado la siniestralidad porque estamos tan centrados en el coronavirus que no atendemos a otras situaciones de riesgo que son preocupantes. Y, por último, la igualdad, cuyos planes de empresa están guardados en el cajón.

—Usted ha dicho públicamente que el Gobierno andaluz está ausente en los grandes problemas. ¿Qué le parecen los planes anunciados cada martes?

—Se lanzan desde los Consejos de Gobierno muchos planes que luego no llegan a ser realidad. Se habló de un plan de refuerzo de la Atención Primaria y vemos cómo está colapsada, no hay un refuerzo para favorecer la incorporación de plantilla de enfermería, médicos y auxiliares, cuesta mucho pedir una cita y, por lo tanto, no se llegan a materializar los planes anunciados. Esta semana firmamos un acuerdo con el Gobierno andaluz, fruto de una huelga general que hubo en el sector de la enseñanza, para que se incorporen más docentes y vamos a seguir vigilantes porque ese acuerdo se cumpla, ya que hasta ahora las medidas de reforzamiento no las estábamos viendo. El papel lo soporta todo, pero la realidad sobrepasa al papel y no vemos que la Junta de Andalucía esté en lo problemas reales que tienen los trabajadores y el conjunto de la ciudadanía. El Gobierno andaluz no está en la agricultura, no está en la industria, en las políticas de dependencia o en las de igualdad. En las competencias autonómicas hay mucho margen de actuación y, sin embargo, siempre espera a que venga alguien de arriba a darle una respuesta y creo que eso dice poco a favor de la capacidad de autogobierno que tiene la Junta de Andalucía. El Gobierno tiene que plantear unos presupuestos expansivos.

—¿Por ejemplo?

—Creemos que la protección del empleo es clave, que los servicios públicos necesitan un refuerzo y que el presupuesto de la Junta de Andalucía remodele nuestra estructura productiva. El turismo está bien, pero necesita un revisión para competir con otros mercados y, sobre todo, una industria potente, moderna, que apueste por la I+D+i, por la inversión productiva, por el desarrollo, por la investigación... Necesitamos empleo estable y apostar por los procesos de digitalización y de economía verde para proteger nuestro entorno.

—Habla de Educación. ¿Qué le parece la última medida anunciada por Javier Imbroda?

—Nos parece que el consejero se levante y diga una medida no es la solución. El sistema público no es una cosa de improvisación, necesita seriedad, propuestas, trabajo con la comunidad educativa y al consejero de Educación le cuesta mucho trabajo dialogar.

—Está usted en la provincia con la tasa más alta de paro de España. ¿Cómo se puede combatir tan dañina estadística?

—El camino para combatir el paro es que haya un tejido productivo fuerte y eso necesita industria en su sentido más amplio, no solo en la del tornillo. Es la única forma de arraigar la población al territorio, con industrias del futuro que necesitan el apoyo de los gobiernos, encargados de reorientar la producción. El déficit es algo secundario en un momento como el actual y si hay que subir los impuestos al que más tiene en beneficio de los que menos tiene, el Gobierno andaluz no puede tener unas políticas impositivas favorables solo a unos pocos, sino para el conjunto de los ciudadanos.

—¿Ve los fondos de la ITI como una oportunidad?

—Nuevamente todo en papel, queremos ver realidad. Los presupuestos y las ideas son bienvenidos, pero necesitamos hechos. Los empresarios y los sindicatos somos los que tenemos que ayudar a trazar las iniciativas encaminadas a mejorar el tejido productivo en una provincia muy rica pero necesitada de sacarle la rentabilidad productiva que tiene. Estamos hartos de papeles y planes, queremos hechos y realidades.

—¿Cómo está CC OO?

—En Jaén, en Andalucía y en España está muy bien. Creo que hemos hecho un esfuerzo en todas las empresas dando la cara por nuestros trabajadores durante la pandemia para ayudarles a resolver las miles de dudas y conflictos y eso garantiza que, a día de hoy, CC OO sea la primera organización sindical de Andalucía y de España, que aumenta la afiliación y al 50% de hombres y mujeres, lo que nos llena de orgullo. Gozamos de buena salud para dar la batalla.

Jaén