Nuevo encarecimiento de los carburantes que redunda la volatilidad

De la alegría relativa a la preocupación. Estas es la sensación que viven las familias jiennenses a la hora de hacer un gesto muy cotidiano pero que genera auténticos quebraderos de cabeza como es llenar del depósito de combustible.

Durante los últimos meses y, sobre todo, desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara su polémica política de aranceles para todos los países del planeta —que ayer fue anulada por el Tribunal Internacional de Comercio de su propio país— los mercados se encuentran en un vaivén constante, de ahí que los precios fluctúen continuamente. Este es el caso tanto del diésel como de la gasolina, que durante los últimas semanas han experimentando una tendencia a la baja que, si se compara con episodios como los vividos durante la guerra de Ucrania, se nota, pero que se si me mira a corto plazo, no tanto. Aunque durante los últimos días la tendencia va al alza. El presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Jaén (Aeesj), Alfredo Arenas, apunta que este descenso debe ser más prolongado: “Esta caída debe durar, al menos, un mes”. En este sentido, añadió: “Cuando baja cinco céntimos por litro apenas tienen incidencia a corto plazo. Pero ahora, en cambio, está subiendo progresivamente”.

Arenas subraya también esa variabilidad permanente en la que se encuentra el mercado actualmente, dado que he han unido dos circunstancias: la bajada del precio del barril del petróleo y la subida del euro respecto al dólar. El presidente de Aeesj recuerda que, antes de la política arancelaria de Trump, el barril de petróleo estaba entorno a 66 dólares y, después, cayó a 57 o 58 dólares: “Aunque hoy —por ayer— ya se encontraba a 64 dólares”. Y respecto a la moneda comunitaria europea, su valor es actualmente de 1,14 dólares, cuando antes de que se implantaran los aranceles de EE UU su valor era de 1,08 dólares. Sin duda, estos cambios drásticos reflejan la tensión en todos los mercados.

El presidente de Aeesj, por otro lado, remarcó la tendencia que se esta produciendo en las estaciones de servicio de la provincia jiennense durante el último año que, por línea general, puede ser la línea común que se sigue en el resto de España. Y es que las estaciones de servicio desatendidas o de autoservicio le están ganando protagonismo a aquellas que tienen trabajadores. Alfredo Arenas calcula que el coste que puede suponer el personal laboral para una estación de servicio puede rondar el 70%: “Estas estaciones desatendidas el único coste que tiene es la construcción y la instalación. A partir de ahí, ya pueden funcionar sin problema y se ahorran ese 70% de coste en cuanto a nóminas”. Así, desde la patronal que integra a las estaciones de servicio de la provincia se calcula que, durante el último, cuatro estaciones de servicio, aproximadamente, hayan echado directamente el cierre, mientras que otras seis han apostado por su reconversión y ser ahora estaciones desatendidas. Por otro lado, Alfredo Arenas apunta que la situación económica del sector actualmente es, como califica, floja: “Llevamos dos o tres años con índices bajos y nosotros dependemos mucho de la movilidad en otros sectores como el comercio, la industria o la construcción. La situación está en calma, de ahí que nosotros tengamos poca venta”.