“No la violé, me pidió ayuda y la acompañé hasta su casa”

La presunta víctima reitera que el acusado la abordó y la agredió sexualmente

15 nov 2016 / 11:57 H.

Solo la llevé hasta el portal de su casa, porque estaba borracha y me pidió ayuda. La acompañé y me fui”. Así negó George C. haber violado a una vecina de Torredonjimeno en la noche del 2 de marzo de 2015. La Fiscalía sostiene que este ciudadano rumano persiguió a la víctima desde el Parque Municipal hasta su casa, la metió con violencia en el zaguán de su vivienda y, tras sujetarla con fuerza, le introdujo los dedos en la vagina y en el ano en contra de su voluntad. “Eso es mentira. Solo la acompañé a su casa por ayudarla, pero no tuve relaciones con ella”, insistió, una y otra vez, el acusado desde el banquillo de la Audiencia Provincial.

La versión que ofreció la mujer de lo que ocurrió aquella noche fue totalmente distinta. La víctima relató que salió en pijama y zapatillas para darle una vuelta a su perro por los alrededores de su domicilio, tal y como era su costumbre. Añadió que vio a varios conocidos suyos en un parque —entre ellos estaba el acusado— y que, tras hablar un momento con ellos, se marchó del lugar. “Nada más abrir la puerta del portal de mi casa, me sorprendió por detrás. Me cogió de los brazos y lo hizo. Me quedé sin respiración. No podía ni hablar”, relató la mujer, que declaró protegida por un biombo para que su supuesto agresor no pudiera verla. “Me resistí y me defendí como pude. Cuando él terminó, me amenazó con matarme si contaba algo”, añadió esta vecina de Torredonjimeno.

Esa misma noche, la mujer acudió a la Guardia Civil para denunciar lo que le había pasado. Sin embargo, según explicó, no pudo hacerlo porque se encontró que el cuartel estaba cerrado. Al día siguiente, aclaró que, como consecuencia de las lesiones, apenas se pudo mover de la cama y que, finalmente, acudió al médico por consejo de unos amigos. Dos días después, el Instituto Armado detuvo a George C., que pasó varios meses en prisión preventiva por esta causa.

Además de la declaración de la presunta víctima, el procesado también tiene en su contra el hecho de que sus restos biológicos se encontraban en las ropas que la mujer vestía el día de autos. George C. trató de justificarlo asegurando que esas prendas eran de su esposa y que se las había dado a la denunciante unos días antes: “Yo la ayudaba siempre que podía y mira ahora el lío que me ha metido”, señaló. La mujer, por su parte, aclaró que el pantalón que llevaba aquella noche era suyo.

Los forenses confirmaron ante el tribunal que la víctima presentaba lesiones compatibles con una agresión sexual y añadieron, además, que su relato era creíble.

Por todo ello, la Fiscalía mantuvo su petición de nueve años y diez meses de cárcel para George C., al que acusa de un delito de agresión sexual y otro de amenazas. Además, solicita que no pueda acercarse a la víctima a menos de 300 metros durante una década. A la misma calificación se sumó la acusación particular, en representación de la denunciante.

Por su parte, la defensa solicitó la libre absolución, al considerar que no hay pruebas de cargo contra su cliente. Argumentó, además, que hay un testigo que aseguró que vio al acusado acompañar a la víctima hasta su portal. El juicio quedó visto para sentencia.