Ni rastro de la “Puerta de Alcalá”
El Ayuntamiento niega que se catalogaran las piezas para poder recolocarlas
Fin de la historia. Pero no porque se termine ahora, sino porque se acabó en aquel momento en el que las máquinas derribaron los restos de una fábrica de perfumes que “molestaba” para construir el aparcamiento Avenida. El Ayuntamiento no tiene constancia de la existencia de piezas catalogadas y, lo mismo que la fuente de la Plaza Coca de la Piñera o el Teatro Asuán, la popular “Puerta de Alcalá” solo podrá ser recordada en imágenes.
El concejal de Cultura, Turismo y Patrimonio, José Manuel Higueras, asegura que se destruyó en una época en la que “se destruía todo”. Se refiere, en concreto, a la etapa en la que gobernaba el Partido Popular en la capital. “Perdimos mucho patrimonio”, subraya. Niega que la fachada de lo que fue una fábrica de perfumes esté guardada en algunas dependencias municipales y recuerda cómo las máquinas acabaron con ella en junio de 2005. “No se puede recuperar porque se perdió todo. Si alguien guardó algunas molduras, no sabemos dónde están”, asegura. Imposible resulta la propuesta ciudadana encaminada a recuperar lo que quedaba de un edificio que, en la confluencia del Paseo de la Estación con la actual Avenida Eduardo García Maroto, también fue Cuartel de la Guardia de Asalto. Otra cosa es la “W” que, ahora, está en el Parque Diego Torres, una escultura que recuerda al mundo íbero y que su propio autor se empeñó en que se conservara en una nave privada para, ahora, rescatarla del olvido.
“Es una pena todo lo que perdimos en una época del Partido Popular salvaje en la que recogimos firmas para salvar el patrimonio, pero dio igual. En una bravuconada, se cargaron, por ejemplo, la fuente de la Plaza Coca de la Piñera para que no fuera una plaza nunca más. Fue una época muy oscura para nuestra ciudad”, denuncia José Manuel Higueras. Recuerda que la conocida como “Puerta de Alcalá” tenía valor arquitectónico, relacionada con el “regionalismo de Jaén” y, aunque fue discutible su conservación solo como fachada en su momento, lo que resulta indiscutible es que nunca se debió perder. “Había empeño porque desapareciera cualquier rastro de aquella vieja fábrica de perfumes, porque el Partido Popular le quitó hasta el nombre a la plaza y lo sustituyó por el de Policía Nacional”, manifiesta el concejal encargado de Patrimonio.
Hay quienes tienen fotografías en las que se aprecia, tal y como publicó este periódico en su edición de ayer, que los arcos y los elementos más artísticos fueron envueltos en telas preparadas para su posterior conservación. Sin embargo, la interpretación que realiza el Ayuntamiento es que alguien se las llevó, porque no hay dependencias municipales en las que aparezcan. Lo más probable es que se destruyeran por completo. Basta con ver la virulencia de las máquinas para darse cuenta de que difícil resulta que quedara rastro de la “Puerta de Alcalá”. Lo único que quedará para la posteridad es la parada del tranvía que, si se pone en marcha, se llamará Plaza de los Perfumes. O, al menos, esa era la intención.