Natural de Jaén 2025: José Ángel Cabrera, el médico que llevó el corazón de su tierra a la élite
El cardiólogo ha recibido esta mañana el reconocimiento de la UJA a una exitosa trayectoria en el ámbito cardiovascular
La Universidad de Jaén ha vivido esta mañana una de esas jornadas en las que el orgullo de una tierra se personifica en un nombre: el del cardiólogo José Ángel Cabrera Rodríguez, distinguido como Natural de Jaén 2025. El Salón de Actos de la Antigua Escuela de Magisterio acogió la entrega de reconocimiento a un ilustre jiennense como Cabrera, a quien el rector de la UJA definió como “una persona que tocó el cielo de la medicina internacional sin dejar nunca de pisar el suelo de Jaén”.
El acto comenzó con la intervención de Nicolás Ruiz, quien puso el foco en el talento de la gente de la provincia: “La sociedad jiennense todavía no es consciente del talento que tenemos en Jaén, así como de lo mucho y bueno que hacen los jiennenses fuera de Jaén”. Reivindicó que este reconocimiento “es un premio a la identidad y a la capacidad de proyectar lo mejor de nosotros más allá de nuestras fronteras”, y pidió romper ciertos complejos históricos: “Tenemos que valorar lo que somos y lo que tenemos”.
Ruiz repasó la lista de nombres que anteriormente recibieron este galardón. Desde la cantaora Carmen Linares al cineasta Miguel Picazo, pasando por investigadores como Tomás Palacios, el arquitecto Luis Berges, la escritora Fanny Rubio o la magistrada Esperanza Pérez Espino. Una galería que definió como “una amplia representación del talento que emana desde Jaén en las más diversas disciplinas”. A partir de hoy, dijo mirando al premiado de este año, Cabrera “amplía y engrandece esta galería de jiennenses ilustres”.
A continuación, tomó la palabra la vicerrectora de Cultura de la UJA, Marta Torres. Ella fue la encargada de desgranar los méritos del homenajeado, dibujando con todo lujo de detalles la trayectoria del que es hoy un referente internacional en la medicina cardiovascular. Director del Departamento de Cardiología de Quirónsalud Madrid, jefe de servicio en varios hospitales universitarios, catedrático de Medicina Cardiovascular y líder de múltiples proyectos pioneros. Cabrera acumula publicaciones científicas, libros fundamentales en la especialidad, proyectos punteros y cientos de conferencias, un currículum al que se suman múltiples reconocimientos nacionales e internacionales, incluyendo repetidas menciones en las listas de Forbes como uno de los mejores médicos de España.
La parte más humana del perfil la pusieron las voces de sus pacientes, leídas por la propia vicerrectora de Cultura. Sus reseñas hablaban de “profesionalismo y empatía”, “trato inmejorable”, “amabilidad excepcional” y de un médico “que siente la profesión en cada paciente”.
Llegado el turno del premiado, José Ángel Cabrera habló al auditorio desde la raíz, recordando a sus antepasados y a cómo su infancia en la capital modeló la persona que es hoy día. Así evocó sus años de estudiante en el IES Virgen del Carmen y sus comienzos en el estudio de la Medicina antes de marcharse a Granada. Narró esa vida “de idas y venidas” durante años, viajando cada fin de semana para volver a Jaén, a sus amigos, a su familia y a su novia —hoy esposa— Elena. “Vengo siempre que puedo. Aquí descansan mis seres queridos y están mis raíces”. Sobre su ciudad natal habló de los paseos por sus calles, del tapeo, de encontrarse con allegados en cada esquina y de la cercanía de su gente: “Jaén tiene un ritmo de vida que te concilia con el ser humano”.
También recordó episodios personales que marcaron su vocación, como la muerte de su madre en 1978, alejándolo del futuro artístico que se había imaginado. “Quise ser médico porque creí que ese era el camino que tenía que tomar. Vi cómo se marchó mi madre, no se pudieron hacer ciertas cosas y yo creía que podía aportar algo diferente”, remarcó desde el atril. Tras hacer un repaso por su trayectoria y los seres queridos que le acompañaron hasta la cumbre de la medicina, el recto de la Universidad de Jaén cerró el acto con unas sentidas palabras de gratitud hacia el galardonado de este año: “Premiamos a ese niño que soñaba con ser pintor y que acabó haciendo del corazón su obra de arte. El destino, a menudo caprichoso y a veces cruel, tiene sus propios planes para forjar a los grandes hombres”.