Música del cielo para la Madre de San Ildefonso

La Virgen de la Capilla desfiló por su barrio arropada por una multitud de devotos y custodiada por la Policía Local. La alcaldesa mayor lució un vestido claro y un manto dorado con flores bordadas

12 jun 2016 / 11:23 H.

Un hecho histórico ocurrió el 11 de junio de 1430 en Jaén. Las crónicas recogen que, esa madrugada, la Virgen, vestida de blanco, descendió a la ciudad. Y, después de 586 años, los jiennenses lo celebran por todo lo alto. El “día grande” de la patrona principal comenzó en la Basílica Menor de San Ildefonso con la tradicional misa votiva de los cabildos catedralicio y municipal. El templo “se quedó pequeño” para celebrar la eucaristía, presidida por el nuevo obispo, Amadeo Rodríguez, quien proclamó que el descenso de María “es la manifestación de Dios”. “Necesitamos esos ojos misericordiosos de María, esa feminidad, esa maternidad, para sentir al Señor”, manifestó, ante un buen número de devotos, representantes del clero y de la Corporación, después de que el alcalde, Javier Márquez, entregara a la imagen el bastón de mando. La fiesta continuó, ya en la calle, con la ofrenda de flores, en la que participó una multitud de fieles y que, como es habitual, contó con la colaboración de la asociación Lola Torres.

El momento más esperado llegó por la tarde, cuando la Madre de San Ildefonso salió triunfal de la basílica para “bendecir” a los jiennenses en un impresionante desfile. La procesión la abrieron, como novedad, más de trescientos músicos, de distintas bandas y de diferentes cofradías, que tocaron, primero, “Rocío del Cielo” y que, antes, se habían concentrado en una primera jornada de puertas abiertas en la Plaza de Santa María. Cuando ya abandonaban la Plaza de San Ildefonso para situarse en la Reja de la Capilla y seguir por Capitán Aranda Baja, salió el resto del cortejo. Tras los músicos caminaron representantes de las cofradías de Pasión y Gloria de Jaén, que rindieron honores, de esta manera, a la Virgen de la Capilla. También estuvieron presentes una treintena de mujeres vestidas con mantillas de color claro y un nutrido grupo de pastiras y chirris, con lo que la hermandad quiso recuperar esta tradición. Representantes de la Corporación, con el alcalde a la cabeza; el obispo, Amadeo Rodríguez, y agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local participaron asimismo en un desfile que vivió uno de los momentos más intensos con la salida de la Virgen, entre miles de aplausos y un manto de flores que “cayó del cielo”. Mientras que la alcaldesa mayor de la ciudad iniciaba su trayecto, no le faltaron los “vivas”, seguidos de la música de la Banda de Nuestra Señora de la Amargura de Jaén, que le dedicó “Como tú ninguna” tras los acordes del himno nacional.

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La jornada contó, como es tradicional, con la ofrenda floral en la que colaboró la asociación Lola Torres. Por la tarde, en la procesión, la gran novedad fue la apertura del desfile por parte de una “macrobanda” de más de trescientos músicos llegados desde diferentes provincias, que durante semanas realizaron ensayos y que, ayer, también tocaron en la Plaza de Santa María de Jaén.