Muere la memoria de la Transición
El que fuera secretario de Organización de la UCD en Jaén fallece a los 72 años

Decir Transición en Jaén era —y será siempre— hablar de Félix Martínez Cantos (Córdoba, 1944). El nombre del hombre que falleció la madrugada del lunes, poco después de que el reloj diera las doce, estará indefectiblemente ligado al momento en el que España, de la mano de la Unión de Centro Democrático (UCD) y de otros grupos políticos, como el PSOE, negoció el paso de la dictadura a una democracia ya consolidada. Secretario de Organización del partido de Adolfo Suárez en Jaén, Martínez Cantos fue, junto a Fernando Jurado o Fernando Arenas del Buey, una de las piedras sobre las que se edificaron las libertades de las que todavía goza la población.
Martínez Cantos llegó a la política por pura vocación de servicio público, sin pedir nada a cambio; por el quijotesco deseo de mejorar el mundo que le pillaba más de cerca, una Jaén en la que se afincó por el amor a la madre de sus seis hijos, la valdepeñera Juana Caballero. “Enemigo de la injusticia”, fue esta “sensibilidad social” la que, después de la extinción de la UCD, lo condujo al Partido Reformista Democrático (PRD) de Miguel Roca y, más tarde, al PSOE, en una pasión por la política y el anhelo del bien común que compatibilizó con su trabajo en la Administración pública, desde el Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona), adscrito al Ministerio de Agricultura, hasta la Agencia de Medio Ambiente (AMA), cuando las competencias fueron transferidas a la Junta de Andalucía, la Delegación de Obras Públicas y, finalmente, Empleo, donde se jubiló.
Amante de los libros, escritor nato y dueño de una lucidez y de una memoria envidiables, durante años, en las páginas de este periódico contribuyó a forjar la opinión de la sociedad jiennense sobre los temas más dispares gracias a ese alter ego que fue Almutamid y la relación epistolar que mantuvo con Fernando Arenas conocido también como Boabdil. Divertido, irónico y socarrón, lidió con la enfermedad con humor y la venció. En el año 2004, le diagnosticaron un cáncer de pulmón al que derrotó en la Clínica Universitaria de Navarra. Y, en 2015, volvió a hacerlo. Ayer, “la ironía de la vida quiso que un mal menor se lo llevara, con la ayuda del desgaste humano”. Pero si ya no su presencia física, en el recuerdo pervivirán la guasa y la mordacidad de ese gran conversador que, en los últimos años, había fijado “despacho” informal en cualquier mesa de la cafetería La Cafetera, en la calle Hermanos Pinzón. Desde allí, Félix Martínez Cantos miraba el devenir de la capital, sin perder su sentido crítico. Y, cuando la realidad le rebasaba, resumía: “Es el estilo Jaén”.
“Se distinguió por tender puentes”
Como una “grandísima persona, con mucha capacidad de diálogo y de relación con los demás”. Así recuerda el que fuera subdelegado del Gobierno en Jaén y expresidente local del PSOE, Fernando Calahorro, a Félix Martínez Cantos. “En contraste con la época actual —evocó—, Félix se distinguió por su capacidad para tender puentes entre las instituciones propias de su época (herederas del franquismo)” y las fuerzas de cambio que se habían mantenido en la clandestinidad, como el PSOE, y hasta en la ilegalidad.
“Chocado” —dijo— por el fallecimiento, Fernando Calahorro destacó: “[La muerte de Martínez Cantos] es una pérdida importante para la provincia. Ahora mismo, él era la persona que mejor podía hablar de los inicios de la UCD, un partido que se creó desde el poder y al que supieron darle un giro democrátrico, siendo punta de lanza en la modernización de España, con la Transición”.
Pero la inquietud política de Martínez Cantos no desapareció con la extinción de la Unión de Centro Democrático. También militó en el PSOE, y sobre su presencia en la agrupación local, de la que iba y venía, valoró: “Era una persona con gran sentido crítico y bastante independiente. Tenía criterio, que no es algo muy corriente en la militancia diaria de los partidos. Lo mantuvo en la UCD y, después, en el PSOE”.
Fernando Calahorro
economista y expresidente del PSOE local
“Su humor socarrón escondía disgustos”
Cuentan que las charlas entre Félix Martínez Cantos y Manuela —más conocida como Manolita— Parras eran interminables. “Había una relación muy querida entre nosotros”, reconoció a este periódico la que fuera exconcejal del PSOE en el Ayuntamiento de la capital en los tiempos de Antonio Manuel Foche. Se conocieron en 1977, un año después de que ella y su marido Luis, “recién muerto Franco”, tuvieran que dejar Cazorla e instalarse, “forzosamente”, en la capital por “temas políticos”. “Félix Martínez Cantos llevaba todo el tema de la UCD en Jaén y Luis era socialista, pero tuvimos siempre una muy buena relación”.
Esquiva a los lugares comunes en los que es tan fácil caer cuando se hace la semblanza de alguien que ha fallecido, Manolita Parras enfatizó de Martínez Cantos su faceta como padre. “Él fue hijo único y, cargado con seis [vástagos], los sacó a todos adelante”. Y lo consiguió —indicó— en una situación económica que no siempre fue holgada. “En el proceso de la destrucción de la UCD, se quedó arruinado y salió adelante con la ayuda de personas que lo queríamos”.
“Fue muy buen padre, amigo de sus amigos” —recalcó la exconcejal del PSOE— y con un sentido del humor “socarrón, ácido y con retranca, mucha retranca”, que, para Manolita Parras, en realidad “escondía su verdadero disgusto por lo que le angustiaba”.
Manuela Parras
exconcejal del PSOE en el ayuntamiento de jaén
“Siempre estaba dispuesto para todo”
Más que un amigo, Alejandro Mola sentía ayer que había perdido a un “hermano”. Coincidió con Martínez Cantos en la UCD. Si Félix era el secretario de Organización en Jaén, Mola lo fue de Política Municipal. Recordó aquellas primeras elecciones municipales de una democracia aún en pañales: “Teníamos que coordinarnos con los candidatos, con los comités locales y rara era la semana que un día o dos no nos desplazábamos a algún pueblo. El contacto y el trabajo fueron intensísimos para que se asentara la democracia”.
Extinta la UCD, Mola abandonó la actividad política. Félix no. “Era un socialdemócrata. Siempre tuvo una especial sensibilidad social”, indicó. El amigo ensalzó a un hombre “excepcional como ser humano”, que siempre estaba “dispuesto a ayudar y disponible para todo”; que se entregada “en cuerpo y alma” a sus amigos.
“Nunca perdimos el contacto”, concluyó Mola, que evocó que, cuando había elecciones: “Siempre echábamos nuestras charletas”. También lo hicieron para las del pasado 20 de diciembre, aunque Félix ya aparecía “un poco agotado”, afectado también por la pérdida de Fernando Arenas.
Alejandro Mola
Abogado y exresponsable de política municipal de ucd en jaén
“Estuvo muy preocupado de la realidad social”
“Como llevé el tema de personal de la Junta de Andalucía, en Gobernación, tuve relación con Félix Martínez Cantos y fue un hombre con una enorme sensibilidad social”, resumió el director de Cáritas Diocesana, Rafael López-Sidro. Martínez Cantos colaboró con la organización dependiente de la Iglesia y, en este sentido, López-Sidro valoró la “preocupación” que siempre exhibió por “la realidad de nuestro entorno, intentando aportar sus ideas para la búsqueda de soluciones que lo mejoraran”. “Ha hecho una magnífica labor. Siempre lo hemos tenido en consideración y ahora también en el recuerdo”, apuntó.
Rafael López-Sidro
Director de Cáritas Diocesana
“Su visión de la vida y de la política era generosa”
Joven militante de la UCD, Miguel Sánchez de Alcázar conoció a Félix Martínez Cantos cuando este estaba al frente de la Organización del partido en Jaén. “Hizo una labor importantísima. Marcó una etapa”, enfatizó el que fuera alcalde de la capital por el PP entre 1999 y 2007. “Solo se me ocurren palabras de agradecimiento por su amistad y por su ejemplo”, señaló, mientras se deshacía en halagos hacia la persona de Martínez Cantos. “Eficiente, noble, inteligente. Se nos va un señor en la política y en la vida”, sintetizó Sánchez de Alcázar, que aseguró: “Félix tenía una visión de la vida y de la política muy generosa. Pudo serlo todo y renunció a la política activa, ocupando, incluso, algún cargo de concejal”. Confesó que se lo propuso, siendo él alcalde. Y Martínez Cantos no quiso. “Era una persona muy coherente y muy libre. Tenía la virtud de decir la verdad, no lo que quisieras escuchar y, en política, no es fácil”, sentenció.
Miguel Sánchez de Alcázar
Exalcalde de Jaén
“Félix tenía el tercer ojo reflexivo”
“Una fuente informativa inagotable”. Así resumió el secretario local del PSOE, Manuel Fernández Palomino, a Félix Martínez Cantos, con quien tuvo una relación “más intensa en los últimos años”. “Era un tío genial, desde la lógica”, lo definió. Y, acto seguido, explicó: “Te hacía reflexionar sobre lo que tenías delante de los ojos y que, quizás, no veías o veías como algo normal. Félix te hacía reflexionar desde la ironía y el humor y, entonces, te dabas cuenta de que lo que parecía normal, no lo era y de que había que cambiar las cosas”.
Para Fernández Palomino, Martínez Cantos tenía la facultad de “saber criticar desde la ironía”. “Tenía el tercer ojo reflexivo y, a pesar de que su salud empezó a empeorar hacía tiempo, seguía escribiendo”.
Manuel Fernández Palomino
Secretario Local del PSOE