Muere Elena Camy Rus, exsubjefa de Tráfico en Jaén

Diario JAÉN, en recuerdo a Elena Camy, una mujer referente en la provincia

15 may 2024 / 14:08 H.
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Elena Camy Rus, exsubjefa de la Jefatura Provincial de Tráfico de Jaén y, antes, funcionaria del antiguo Gobierno Civil, falleció este martes. Desde aquí, nuestro reconocimiento a una mujer jiennense de bandera. “Es hora de que los políticos piensen un poco en nosotros y dejen de pensar en ellos”, dijo Elena Camy en una entrevista con el director de Diario Jaén, Juan Espejo, en abril de 2005. A continuación, el texto integral de la entrevista:

Es de Jaén de toda la vida y se la conoce por su trabajo en el Gobierno Civil y en Tráfico, donde goza de mando en plaza. Aquí descubre sin miedos lo que piensa de su tierra y de sus políticos; un lujo de mujer libre.

Es tan conocida en Jaén como en la provincia. Por aquí, porque es de aquí de toda la vida y hace gala de ello. Por los pueblos, porque desde Tráfico le ha dado los papeles del carné a decenas de miles de jiennenses, que se han quedado con su cara, en el buen sentido. Estricta y fiel cumplidora de su trabajo no es una funcionaria al uso (al uso que tenemos de los funcionarios, el que con desparpajo nos descubren siempre los chistes) y es tan puntual tanto para entrar como para salir. Elena Camy hace gala de jaenerismo por todos sus poros y a su gracejo particular suma una vasta cultura, sustentada en unas constantes ganas de conocer y de aprender. Hija del psiquiatra Pedro Camy, que fue director de los Prados, y nieta de Manuel Rus, catedrático del antiguo Virgen del Carmen, hace valer que su independencia no es sólo aparente desde el primer momento de la entrevista, y sin recovecos dice que “en Jaén no se arriesga en nada”, ni empresarial ni políticamente.

—¿Qué le pondría y qué le quitaría a Jaén?

—”A Jaén le pondría afán de lucha de sus ciudadanos y le quitaría un poco de suciedad y también un poco de mala educación”. Así es, en estado puro, Elena Camy Rus, polemicista y entrañable, que dispara pero al tiempo se deja querer, una mujer con sello propio, para lo bueno y para sus líos constantes y algunos sonantes en la Jefatura Provincial de Tráfico, de donde es subjefa y tiene que torear aspirantes a carnés, padres de aspirantes a carnés, examinadores de su padre y de su madre, anónimos ciudadanos que guardan interminables colas para pagar una multa y conocidos ciudadanos que siempre intentarán camelársela para que les quite la multa. No hay término medio en su vida, se entrega a todo, en cuerpo y alma. Y no le va mal. Es ella siempre, algo muy en desuso en un mundo actual de convicciones firmes, pero no definitivas.

—¿Se conduce bien en Jaén?

—”No, es problema de la organización del tráfico y del conductor. No somos buenos conductores, tenemos mucha prisa”.

—Para que te quien una multa, ¿qué se hace?

—”Ser buenos, comportarse bien y no caer más.” Cambio de tercio para hablar de Jaén y de sus pueblos; se conoce la provincia como la palma de su mano y habla de ella con conocimiento. Todos tenemos derecho a expresarnos, pero en este caso, se da la circunstancia de que sus comentarios, compartidos o no, son rigurosos, ni inducidos, ni fatuos, por el simple hecho de que conoce la realidad que le circunda.

—¿Qué diferencias hay entre Jaén capital y Jaén provincia?

—”Hay algunos pueblos que nos superan, no Linares. Nos superan Úbeda y Baeza, que han sabido conservar lo que se hizo allí, conservar la cultura. Eso no se debe a sus dirigentes sólamente, se debe a su propio pueblo. Otro pueblo que nos ha superado, en empuje empresarial y económico, es Mancha Real. En Jaén hay un nivel cultural grande, pero después ves casos como el de Cazorla y te dices que no será tanto de lo que presumimos. Lo que veo –remarca– es que en los pueblos hay un empuje, hay una lucha y yo en Jaén, eso no lo estoy apreciando”.

—¿Se debe a algo?

—Quizá porque hay un desencuentro político. Si en los pueblos luchan por su patrimonio, pues igual aquí, vamos a unirnos todos, y si necesitamos un teatro, vamos a dejar de pelearnos y hacemos un teatro. Me erijo en transmisora de la necesidad de los ciudadanos de Jaén, yo no soy política, ni estoy afiliada a ningún partido político, pero yo creo que los ciudadanos nos merecemos, los de Jaén capital, que los políticos piensen un poco en nosotros y dejen de pensar en ellos mismos”.

—Una gran parte de la culpa la tienen los políticos, pero otra parte será de la ciudadanía, que calla...

—”La gente de mi generación dejó que el Cervantes se viniera abajo y en La Puerta de Segura, por ejemplo, se pusieron delante de un árbol milenario para que no lo cortaran. A mí, muchas veces me dicen los historiadores que gran parte de nuestra filosofía, como ciudad, es que ha sido fronteriza, eso es papanatismo... En general, a la ciudadanía le da igual que la mande éste, el otro, que el de más allá. Ahora, también es verdad que yo no he visto gente que pase más que la gente de Jaén, pero a la vez también es verdad que hablas con amigos tuyos y están también indignados”.

—Luego...

—¿Que qué nos pasa? Yo no le echo la culpa de todo a los políticos, yo creo que los ciudadanos tenemos gran culpa, porque no sabemos exigir, no sabemos decir lo que queremos, y no sabemos hacerle llegar nuestra cosas. Parece que lo único que nos importa es salir de copas, ir de viaje, que tengamos vídeo...”.

No puede uno rehuir una pregunta clave para saber qué piensa esa parte de laciudad de la labor de otra pata de esta sociedad, la que sustentan los periodistas y ante ella Elena Camy Rus responde rotunda: “También podíais poneros la mano sobre el pecho y luchar más. Hay que ser críticos y el medio de comunicación está para ser crítico, no para alabar a un político de turno, está para ser objetivo, eso es lo que esperamos los que vamos al quiosco. Puede que conectéis poco con el ciudadano, no sé, hacéis muchas entrevistas, pero necesitáis transmitir. El ciudadano en Jaén es incapaz de decir lo que quiere, ni escribe, ni va, solamente los lunáticos somos los que escribimos, los demás, nadie. Vosotros sóis la intercomunicación; sóis capaces de decir ‘vamos a recoger esto y vamos a transmitirselo a la clase política’, lo que ocurre es que ¿todo medio de comunicación es tan suficientemente objetivo como para llevar a cabo esa intercomunicación?”. Y concluye: “¿No tienen los medios de comunicación de Jaén sus connotaciones políticas?”.

Ante semejante vendaval sólo cabe una respuesta, la de la honrada subjetividad en el ejercicio de la profesión periodística y pasar al contraataque (es broma), como mejor defensa porque la subjefa provincial de Tráfico no rehuye ni una sola de las preguntas a las que se le somete. Esta tampoco: —¿Es Jaén conservadora por su gran “parque” de funcionarios, una “clase” poco habituada a los cambios, a la reforma?

—”Yo soy funcionaria desde hace 35 años y no he sido conservadora en mi vida, soy batalladora, luchadora, todos mis jefes me conocen por chillar y reivindicar. Sólo hay una cosa, el de funcionario es un trabajo muy acomodaticio. Hay funcionarios que sin embargo no están descubiertos; por su signo político o por lo que sea y luego, no hay un buen equilibrio, eso hay que tenerlo claro.

—¿...?

—”Lo explico, a la UCD se le reprochó que con las autonomías iba a haber más funcionarios, un gasto duplicado y se nos decía que no, que se produciría un trasvase de funcionarios... Yo no me lo creí entonces y qué ha sucedido, más funcionarios, más gasto público, con una alevosía, la Policía Local gana más que la Policía Nacional, en la Junta se gana más que en el Estado. Se ha creado un clientelismo y ¿dónde se va el funcionario? al sitio donde se trabaje menos y le paguen más, por eso se produce el desequilibrio entre organismos de la propia Administración pública”.

Texto publicado en Diario JAÉN, el 29 de abril de 2005, en la sección Veinte sobre Veinte y en la obra ‘Diario de un náufrago’, del director de Diario JAÉN, Juan Espejo.

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