“Miguelillo” espera 170 días para confesar que mató a Magalhaes

Alega que lo hizo en defensa propia porque la víctima le esgrimió primero la escopeta y “vio su vida en peligro”

16 nov 2017 / 08:44 H.

Miguel Ángel O. M. ha tardado 170 días en confesar que mató de un disparo a Alberto Magalhaes Amaro. Durante todo este tiempo, más de cinco meses y medio, “Miguelillo” había guardado silencio sobre un crimen que conmocionó a toda la sociedad jiennense. Las dos veces anteriores que fue llamado por la magistrada que instruye el caso, Carmen Ballesteros, este vecino de la capital se acogió a su derecho a no declarar. Ayer, por fin, habló. Lo hizo durante casi una hora para admitir que descerrajó un tiro de escopeta contra Magalhaes y que lo hizo por despecho, tras descubrir que la víctima estaba esa noche con su esposa. Además, alegó defensa propia: “Vi mi vida en peligro”, llegó a decirle a la magistrada, según consta en la declaración, a la que ha tenido acceso Diario JAÉN.

La versión de “Miguelillo” se ajustó al guion previsto. Tenía muy poco margen de maniobra, porque son muchas las pruebas contra él que ya existen en el procedimiento. Hay que recordar que el otro implicado en los hechos, su cuñado Rubén M. C., ya reconoció hace un mes que lo llevó en coche hasta la casa de la víctima en la madrugada del 25 de mayo. El “Perenne” explicó que Miguel Ángel O. M. no llevaba escopeta —solo un bate de béisbol— y que escuchó la detonación pocos minutos después de que Alberto Magalhaes llegara a su casa. Añadió que inmediatamente regresó “Miguelillo” y que ya venía con una escopeta “negra y recortada” en las manos.

El autor confeso de los hechos también se ajustó a esa versión de lo sucedido aquella madrugada. Fue un interrogatorio duro y muy tenso en el que, en un momento dado, se negó a seguir contestando a preguntas del abogado de la familia de la víctima, que ejerce la acusación particular. A grandes rasgos, Miguel Ángel O. M. insistió en que disparó en defensa propia tras descubrir que había estado con su mujer. Relató a la juez que fue a buscar a la víctima para pedirle “explicaciones”. Y añadió que, sobre las seis de la mañana, Alberto Magalhaes llegó a su casa en coche y que, al verlo, se bajó, sacó una escopeta del maletero y lo encañonó. “Miguelillo” agregó que logró quitarle el arma “en un forcejeo con dos movimientos” y que, entonces, la víctima le dijo que estaba descargada y que iba a subir a su casa “a por una de verdad”. Fue en ese momento, cuando según el acusado, le disparó “a la cabeza a algo más de un metro de distancia”, pensando que el arma “no tenía balas”. “Vi mi vida en peligro”, aseguró, una y otra vez, según las fuentes consultadas.

“Miguelillo” exculpó a su cuñado de los hechos y dijo que solo lo acompañaba. De hecho, la defensa de “El Perenne” tiene previsto solicitar en los próximos días su puesta en libertad —está en prisión preventiva por estos hechos, al igual que el autor confeso del crimen—.

Arrepentido. Miguel Ángel O. M. terminó su declaración judicial asegurando que está muy arrepentido por lo que hizo y que fue algo que no estaba planeado. Negó, igualmente, haber alardeado ante su esposa y otros familiares de haber matado a Magalhaes. “No recuerdo eso”, dijo cuando le preguntó al respecto el abogado de la acusación particular. Fue en ese momento cuando decidió no contestar más preguntas formuladas a ese letrado. “Miguelillo” también hizo hincapié en que es consumidor habitual de drogas y que, esa noche, se había tomado dos gramos de cocaína.

Con respecto al arma, aseguró que se deshizo de ella en una zona cercana a una estación de servicio de Granada, durante el viaje de huida hacia Fuengirola, donde fue detenido por la Policía Nacional cuatro días después de cometer el crimen. Con esta declaración, la instrucción de la causa está prácticamente terminada. El juicio, que se celebrará con un jurado popular, está cada vez más cerca. Antes, falta que las partes presenten los escritos de calificación de los hechos.