“Mi padre me pidió relaciones sexuales y me tocó mis partes”
El acusado niega los supuestos abusos, que se produjeron en casa de la abuela

Aprincipios de este siglo, cuando era apenas un veinteañero, Rafael H. B. pasó muchas horas detrás de una pancarta, apostado a las puertas de la Delegación de Asuntos Sociales. Acudió a los medios, cortó calles para llamar la atención y se puso en huelga de hambre. Todo para pedir que la Junta le devolviera la custodia de sus hijos, que le fueron retirados por la Administración autonómica por diversos episodios de supuestos malos tratos.
Ayer, más de quince años después de aquello, Rafael H. B. se sentó en el banquillo de la Audiencia. Está acusado de abusar de una de sus hijas a la que, presuntamente, realizó tocamientos en sus partes íntimas en dos episodios registrados el 25 de diciembre de 2017 y el 9 de febrero de 2018. Los supuestos abusos se produjeron en la casa de la abuela paterna. A esa vivienda acudía la menor cada vez que salía del centro de protección en el que estaba interna, después de que la Junta la declarase en desamparo en 2005. “Esos días ni tan siquiera vi a mi hija. Estaba en Proyecto Hombre”, explicó el procesado a los magistrados de la Sección Segunda. Fue un interrogatorio brevísimo, de apenas un par de minutos, y en el que el acusado negó los hechos que se le imputan una y otra vez: “Todo es una mentira”, señaló.
Como suele ocurrir en estos casos, la Fiscalía sostiene las acusaciones en el testimonio de la víctima, que actualmente tiene 16 años. Su versión es la principal prueba de cargo contra el acusado. La chica, que declaró a través de videoconferencia, fue muy contundente. Volvió a acusar a su padre de haberla sometido a tocamientos en dos ocasiones. “Me dijo que si quería tener relaciones sexuales con él y me tocó los pechos”, relató la chica. El caso se destapó cuando ella contó a sus tutores a través de una carta lo que, presuntamente, le había hecho su progenitor. La fiscal quiso apuntalar su declaración con una pregunta muy incisiva: “¿Lo que estás diciendo es porque quieres hacerle daño a tu padre?”. “No. Lo digo porque fue lo que pasó y creo que es mejor para todos”, contestó ella con seguridad. Las psicólogas ratificaron su informe en el que califican de “probablemente creíble” la versión de la menor.
En la misma casa en la que se produjeron los supuestos abusos estaban la abuela y otro hijo del acusado: “Yo no vi ni escuché nada”, explicó la anciana, que también fue interrogada ayer como testigo. “Estaba en otra habitación”, había especificado antes su nieta. El hermano de la supuesta víctima, que ya es mayor de edad, fue el siguiente en declarar. En primer lugar, dijo que no se acordaba de nada. Cuando la fiscal le “refrescó” la memoria leyéndole el testimonio que prestó durante la instrucción, contó lo siguiente: “Escuché golpes que venían de la habitación de mi hermana. Estaba mi padre dentro. No me dejaban abrir la puerta. Al final, pude entrar”. “¿Qué vio?”, le preguntó la representante de la Fiscalía: “A mi padre metiéndole mano por el pantalón a ella”, respondió el chico. Sin embargo, a preguntas del abogado defensor, el testigo volvió a decir que no se acordaba bien y admitió que su hermana lo había denunciado a él mismo por otros supuestos abusos que, finalmente, no habían sucedido. El juicio quedó visto para sentencia.