Manuel Parras, presidente de la IGP Aceite de Jaén, respalda la inigualable Carrera de San Antón

El catedrático hace balance en una entrevista con Diario JAÉN de sus dos años al frente del Consejo Regulador de la IGP Aceite de Jaén

11 ene 2024 / 16:00 H.
Ver comentarios

LA ENTREVISTA

Los productores de la provincia depositaron su confianza en él para presidir la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Aceite de Jaén, que ya abarca más de 60 marcas de oro líquido y certificó, la pasada campaña, más de un millón de kilos de aceite de oliva en un escenario en el que disminuye su consumo. La IGP respalda la XLI Carrera Urbana Internacional Noche de San Antón, la cita deportiva en mayúsculas del próximo sábado, 13 de enero.

—Poco más de dos años se cumplen desde que está al frente del Consejo Regulador de la IGP Aceite de Jaén. ¿Cómo recuerda su proceso de creación?

—Me incorporé al proyecto en 2017, justo cuando recibimos un escrito de la Comisión Europea (CE) que nos hizo verlo todo muy negro... Sin embargo, lo conseguimos tres años después, para lo que fue básico desplazarnos a Bruselas, donde conversamos con los evaluadores de la CE. En este mundo tan virtual, adquiere más importancia que te vean la cara. También fue determinante que restringiéramos la cantidad de aceite de oliva que se puede certificar al limitar la misma a los aceites procedentes de aceitunas no recolectadas antes del 31 de diciembre.

—Se busca una mayor calidad.

—Claro. Además, con ello trasladamos a los agricultores jiennenses que deben adelantar la cosecha por dos motivos, porque es la fórmula para obtener más calidad y, por lo tanto, que su aceite sea certificado; y porque, contrariamente a lo que antes se pensaba, si la cosecha es temprana, el árbol se recupera mucho mejor par al siguiente.

—¿Ha calado el mensaje? ¿Ha ganado el aceite de Jaén en calidad en los últimos años?

—En Jaén se hacen aceites de calidad desde hace 15 años. La prueba más evidente es la Fiesta del Primer Aceite y los premios en el ámbito nacional, y sobre todo internacional, que consiguen nuestros caldos. La cultura de la calidad hace tiempo que está asentada, lo que ocurre es que tenemos muchos olivos, más de 300.000 hectáreas de regadío, y aunque no contamos con olivares superintensivos, tenemos el territorio más productivo de España. Producimos muchísima cantidad, pero también muchísima calidad. No hemos alcanzado el pico, pero vamos en la dirección correcta.

—¿Qué requisitos se exigen a un aceite para obtener la IGP?

—Se exigen parámetros físico-químicos y organolépticos más estrictos que únicamente conseguir vírgenes extra para que la auditoría certifique los aceites. Quienes hacen calidad, no tienen complicaciones en conseguirlo.

—¿Por qué es ventajoso para las marcas certificar su aceite?

—Es muy beneficioso para las empresas más pequeñas que no pueden invertir tanto dinero en promoción. El año pasado destinamos alrededor de 170.000 euros para tal fin, que aún es muy poco para el potencial que podemos alcanzar, pero tampoco podemos trasladarle al mercado la idea de que compren aceite de Jaén cuando es imposible que haya al no tener cosecha en las dos últimas campañas. No obstante, trabajamos en un proyecto para conseguir fondos de la Unión Europea, que financia hasta el 70% de los esfuerzos que se dediquen a la promoción. Otros de los beneficios que conlleva pertenecer a la IGP Aceite de Jaén es el aprendizaje de las buenas prácticas de otros socios que tengan más experiencia, además del asesoramiento.

—¿Cómo se ha comportado el mercado internacional?

—Es paradójico. Por lo general, el consumo de aceite de oliva crece en países como Estados Unidos, Japón, Canadá... en todos. Sin embargo, en los países productores, Italia, Grecia y algo menos España, disminuye. Tiene algo que ver con los precios, pero sobre todo con el envejecimiento de la población, y es que todavía no hemos conquistado a los jóvenes para el consumo de aceite de oliva, más bien vamos en la dirección contraria. El sector de la restauración tampoco está muy preocupado por el uso del aceite de oliva en la cocina y, con estos precios, el desenganche puede ser todavía mayor.

—En números, ¿cuál es el balance? ¿Cuál ha sido la acogida de la IGP entre los productores?

—Es positivo por varios motivos. Pese a las dos últimas campañas, que son muy negativas, crecemos en número de inscritos, y eso es importante. La gente apuesta por la Indicación Geográfica Protegida, tenemos más de 60 marcas que pueden llevar el logotipo de la IGP y, el año pasado, hablamos de una campaña ya cerrada, certificamos más de un millón de kilos de aceite de oliva virgen extra. El 90% de lo que se certificó, se envasó.

—¿Qué objetivos se marca la IGP Aceite de Jaén a corto plazo?

—Este año elaboraremos un plan de formación y nos refugiaremos más en acciones de promoción en el mercado doméstico, trataremos de acercarnos a Casas de Jaén en España. También haremos promoción en mercados exteriores, donde entendamos que puede haber familias jiennenses, por ejemplo en Suiza. Igualmente, nos embarcaremos en acciones de promoción interna para que la gente nos conozca y sepa lo que es una Indicación Geográfica Protegida.

Jaén