Los vecinos de Las Protegidas están “hartos de engaños”

Las viviendas de Las Protegidas, construidas en el primer tercio del siglo pasado como solución para proporcionar alojamientos en una zona de expansión, se encuentran en uno de los barrios más codiciados de la ciudad. Pero su deterioro, debido a la falta de soluciones a su rehabilitación, hace que sus residentes, más que afortunados, se sientan cada vez más frustrados. Tejados de cañizo y problemas en las vigas se dejan sentir desde hace años en algunos de los inmuebles, que para nada tienen las condiciones de comodidad que se sobreentiende que debe tener un hogar.

“Estamos en punto muerto. Nos vemos impotentes, hartos de tantos engaños”. El agotamiento se deja sentir en el tono de Juan José de la Torre, presidente de la Asociación de Vecinos San Eufrasio y del Grupo 1060-José Antonio. “Hace dos meses, el delegado de Fomento y Vivienda, Jesús Estrella, se comprometió a estudiar el tema. ¿Después de 17 años?. Quedaba poco para las elecciones, y desde entonces ha estado todo quieto”, recrimina. El cabreo es común entre los vecinos, que ven cómo lo único que llega hasta la zona son promesas: “No tenemos ninguna realidad, y lo único cierto es el abandono y desidia en la zona. Y estamos en manos de los políticos”

Por parte del Ayuntamiento, tras el cambio de Gobierno, afirman que no han tenido ninguna comunicación. “Tan solo, también por parte de Jesús Estrella, que hace poco más de un mes pedía lealtad al Consistorio en este tema”, subraya. Así, considera que lo que ocurre en Las Protegidas, en las que residen más de 700 familias, es como la pescadilla que se muerde la cola: “Cuando el PSOE estaba en la Junta y el PP en el Ayuntamiento tenían muchas propuestas y soluciones, y ahora que vemos cómo han cambiado las dos administraciones de signo político, ninguna. Mientras tanto, la gente está desesperada”, concluye.

La declaración de Bien de Interés Cultural de estos edificios impidió que, en 2005, en pleno ciclo expansivo de la economía, Las Protegidas se beneficiaran de una promoción privada para sustituir sus pisos por otros nuevos situados en la misma zona. Entonces, la Junta de Andalucía, que estuvo en manos socialistas hasta enero de este año, acabó con la consiguiente indignación vecinal con la promesa de invertir 24 millones de euros para una rehabilitación integral. Sin embargo, el dinero no llegó, por lo que con el paso de los años los edificios están cada vez peor y los dueños no pueden arreglarlos como quisieran porque tienen la limitación de la protección cultural. Cuando estaba en la oposición, el PP apoyó a los vecinos en sus reivindicaciones. A mediados de marzo se anunció la creación de una comisión de trabajo, formada por expertos para intentar desbloquear la situación. Ese grupo técnico echó a andar, el 16 de mayo, con una primera reunión en la que también asistieron los representantes de los afectados, que pertenecen a las distintas comunidades que conforman estos pisos inscritos en el Catálogo de Patrimonio Andaluz. El estado de conservación de Las Protegidas es muy deficiente. “Una ruina”, repiten los vecinos cuando se les pregunta. La cimentación de algunos bloques está mal hecha, así como las antiguas techumbres de cañizo. No hay saneamiento, las cobijas están totalmente destrozadas y se dan problemas tanto en las estructuras como en las fachadas. Se han detectado grietas y las condiciones para vivir allí no son, ni mucho menos, las más adecuadas. El proceso para la descatalogación de Las Protegidas tiene un gran escollo, puesto que el Tribunal Supremo desestimó la demanda de los vecinos contra la inclusión de estos inmuebles en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.