Los albergues cierran tras el triste adiós a los temporeros

Solo 5 de los 24 centros siguen abiertos y todos con camas libres

05 ene 2016 / 09:16 H.

Los pueblos aceituneros de Jaén dan cama, comida y billetes a todas las personas que quieren buscar jornales en la campaña olivarera. No importa de dónde venga, al lugar que se dirijan después, cuál sea su raza, su religión o su sexo. Aquí, desde que se puso en marcha este dispositivo, que fue en 2002, tienen techo, manutención y viajes en autobús costeados, una iniciativa que nació como un recurso para dotar de mano de obra al campo y no dejar a nadie en la calle —el fin era laboral—, pero que se ha convertido en un programa de atención con carácter social. No hay provincia española —pese a que Jaén está entre las más pobres— que tenga un dispositivo solidario igual.

A falta de las estadísticas oficiales, que se divulgan cuando concluye el dispositivo especial, las sensaciones y los testimonios de los hombres y de las mujeres que trabajan en los 24 municipios aceituneros que tienen albergue dicen que han venido muchos menos que otros años y que, también, se han marchado bastante antes. Su despedida ha sido triste porque la mayoría se va tal y como ha venido: con su petate en la espalda y las manos vacías. Conseguir jornales ha sido tremendamente complicado y un hueco en una cuadrilla algo así como ver un “grajo blanco”. De hecho, seguro que muchos jiennenses han visto como algunos temporeros hasta han tenido que mendigar para conseguir algo de dinero después de recorrer varios pueblos de la provincia y constatar que no había jornales. Solo 5 de los 24 centros de atención al temporero permanecen abiertos. Y algunos están a punto de “echar el cierre”. Alcalá la Real, Martos, Torredonjimeno, Úbeda y Jaén todavía tienen el dispositivo en marcha. La Delegación del Gobierno afirma que la media de ocupación fue del 73% en la noche del domingo al lunes, que es la última con registro oficial. No obstante, añade que en todos existen camas disponibles.

En la noche del 30 de diciembre, permanecían abiertos también los de Porcuna y Villatorres, que han sido los últimos en cerrar por la baja ocupación que registraban los centros. De hecho, entonces la red estaba al 44%. El ritmo de recolección de la aceituna ha sido vertiginoso. Por eso, ya no queda mucho trabajo en el campo y las expectativas de encontrar un tajo prácticamente son nulas. Los temporeros que llegaron un poco más tarde —a comienzos de diciembre— tuvieron unas posibilidades prácticamente remotas, ya que los tajos ya estaban disparados en plena recolección. En cambio, los que vinieron antes contaron con opciones mínimas —algunas más que los otros—, ya que el tremendo paro que existe en Jaén hizo que los agricultores eligieran la mano de obra entre los vecinos de sus pueblos y entre los mil y un compromisos que tenían de amigos y familiares que le habían pedido algunos jornales para ayudar a sus casas. Hasta las mujeres lo han tenido muy complicado para encontrar un jornal. Tal vez, por esto, no se han visto féminas en la red de atención al temporero, pese a que antes sí que venían algunas para intentar lograr empleo.

No existe un día fijado para la clausura definitiva de los centros que permanecen abiertos, pero no tardarán mucho. Los ayuntamientos de la provincia tienen claro que se trata de un recurso para no dejar en la calle a las personas que intentan buscar jornales, pero saben que conseguir alguno, a estas alturas, resulta muy complicado. De ahí que muchos de los usuarios usan ya los centros como un refugio ante el mal tiempo de comienzos de enero.

El dispositivo de la capital espera unos días más para refugiar a 40 personas

El dispositivo especial para atender a los temporeros en la capital estaba a punto de cerrar. Sin embargo, el mal tiempo ha hecho que creciera en ocupación, por lo que esperará unos días más antes de echar el cierre. El Gobierno municipal confirma que ayer atendía a alrededor de 40 personas, por lo que se consideró que cerrar las habitaciones especiales y el plan de comidas haría que el centro de transeúntes se colapsara y tuviera apreturas. Por eso, pese a que la idea inicial pasaba por dar por finalizado el dispositivo de atención al temporero, se decidió prorrogarlo unos días más para que las personas que están alojadas y, sobre todo, las que llegan no se quedaran en la calle.

De ahí que se espera que la meteorología anime algo más la ocupación. No obstante, se tiene presente que la campaña aceituna está en la recta final, por lo que se volverá al dispositivo de transeúntes en cuanto que mejore el tiempo o, lo que es lo mismo, se marchen las nubes. Queda por ver las cifras de ocupación. El año pasado fueron las más bajas y este puede que, incluso, superen al anterior. Hay menos temporeros en España que hacen campaña por las provincias y, además, las escasas opciones de jornales han retraído a otros tantos.