Llega el juicio por el caso “Benita”
La huida de la joven de Arquillos destapó los supuestos abusos de su padrastro con el consentimiento de su madre

El 7 de julio de 2014, Benita Callejas no aguantó más. Ese día, la joven, que entonces tenía 19 años, decidió poner fin al “infierno” que era su vida. Salió corriendo de su casa de Arquillos. Se escapó para refugiarse en la vivienda de un amigo, donde permaneció escondida durante cuatro días. Su huida tuvo un motivo: presuntamente, Benita y su hermana Isabel habían sufrido los malos tratos y las violaciones de su padrastro, Pedro Antonio F. O. Unos episodios de violencia sexual que, según la Fiscalía, fueron consentidos e, incluso, alentados por su propia madre, María del Carmen O. E. Presuntamente, la progenitora, además, obligaba a que su hija se prostituyera con ancianos del pueblo. La pareja fue detenida y estuvo en prisión preventiva durante casi nueve meses. Salieron en libertad provisional a finales de marzo de 2015.
“Benita se hace la víctima para destrozarnos la vida”, se defendió María del Carmen O. E., el pasado 6 de junio, cuando la Audiencia hizo un primer intento por celebrar el juicio de este caso que conmocionó a la opinión pública nacional. La vista oral fue suspendida porque el padrastro renunció a su abogado a ultimísima hora. Hoy, la pareja y uno de los vecinos que, presuntamente, pagó por tener sexo con la adolescente vuelven al banquillo.
El guion será el mismo que hace cuatro meses. Es decir, la Fiscalía tratará de demostrar que las dos hijas mayores del matrimonio padecieron un calvario: “La vida en esa casa fue un infierno para ellas, debido a múltiples agresiones verbales y físicas, así como las violaciones sufridas por ambas desde que contaban con quince y trece años de edad, respectivamente”, señala el escrito de acusación provisional, firmado por Ana Carolina Parejo. Todos los abusos y agresiones se produjeron, según recoge la Fiscalía, con el conocimiento y consentimiento de la madre que llegó a decir a su pareja y también acusado que “si alguna vez tenía falta que lo podía hacer con ella o con alguna de sus hijas, que para eso había tres mujeres en casa”. “Todo es una mentira. Pido a todos que me ayuden para que sepan lo que es la niña, para que se sepa la verdad y salgamos de este lío”, pidió María del Carmen O. E. en las puertas de la Audiencia, cuando se suspendió el juicio.
La madre, que se enfrenta a una petición de 52 años de cárcel, será la primera en dar explicaciones hoy ante los magistrados de la Sección Tercera. Después, será interrogado el padrastro. Pedro Antonio F. O. se enfrenta a una petición de 32 años de prisión. Y completará la nómina de acusados Santiago L. C., quien, presuntamente, pagaba dinero a la pareja por mantener sexo con Benita. Para el, se reclaman 20 años.
La Fiscalía ha llamado a declarar como testigos a ocho personas en este caso. La propia Benita será la primera en ser interrogada. Declarará a través de una videoconferencia. Ella es la principal prueba de cargo que tiene la acusación pública. Por eso, la estrategia de defensa pasará por intentar desacreditarla y presentarla ante el tribunal como alguien que miente.
Junto a ella también vivían su hermana Isabel, otro hermano mayor de edad y tres hermanos pequeños. El Ministerio Público quiere escuchar en la sala de vistas el testimonio de los mayores. Cuando se destapó el caso, Isabel negó que se produjeran los abusos. Sin embargo, dos meses después, acudió voluntariamente a la Guardia Civil y dijo que todo lo contado por su hermana Benita era verdad. No obstante, cuando llegó la hora de ratificar este testimonio en el juzgado, la joven se negó a declarar. La otra gran prueba con la que cuenta la acusación es una carta escrita por Isabel en 2008, en la que relataba parte de esas agresiones después de protagonizar un intento de fuga de su casa. El hermano de ambas, Ignacio, siempre ha defendido la inocencia de su madre y su padrastro. Al juicio también está citado el vecino del pueblo que dio amparo a Benita después de que se escapara de su casa. La mantuvo escondida en su domicilio durante más de tres días, hasta que, finalmente, la llevó a la Guardia Civil para que denunciara los hechos. Tiene el estatus de “testigo protegido” y no se conoce su identidad.
La Guardia Civil detuvo a la pareja un día después de que Benita fuera localizada sana y salva en casa de un amigo. Al día siguiente, el juez envió a ambos a prisión preventiva. Desde entonces, la Junta de Andalucía asumió la tutela de los tres hijos que tiene en común la pareja y que son todos menores de edad. María del Carmen O. E. reclamó a la Administración autonómica que le devolviera a los niños.

Santiago L. C. es el tercer acusado en el caso “Benita”. La Fiscalía sostiene que este vecino del pueblo, ya jubilado, llegó a pagar a la madre y al padrastro por mantener sexo con la joven. Incluso, el octogenario llegó a abordarla varias veces para forzarla. Lo curioso es que Santiago L. C. fue cazado por la Guardia Civil de Algeciras cuando regresaba de Marruecos con su coche cargado con 25 kilos de hachís.